¿Qué es el piercing dental y cómo es el procedimiento?
La tendencia de perforarse las orejas, la lengua, el ombligo y otras partes del cuerpo es bien conocida. Existe también otra posibilidad en esta moda: ponerse un piercing dental.
Consiste en colocar una joya, gema o piedra sobre la superficie de un diente de la boca. Esto aporta brillo y algo de exotismo a la sonrisa.
Y aunque ahora esté de moda, no es algo nuevo. Los antiguos egipcios y los mayas ponían piedras preciosas en sus piezas dentarias como símbolo de grandeza y distinción.
La búsqueda de una sonrisa perfecta y atractiva es una gran preocupación para muchas personas. El piercing dental puede aportar algo de brillo, pero tiene sus riesgos. En este artículo te contamos cómo se colocan y cuáles pueden ser sus complicaciones.
¿Qué es el piercing dental?
El piercing dental consiste en la colocación de una joya o gema en un diente. La misma se adhiere sobre la superficie externa del mismo, en general sobre las piezas frontales y lejos de las encías. Los incisivos laterales y caninos superiores son los más elegidos por notarse más al sonreír.
Es un método no invasivo, indoloro y temporal. Pues no hay necesidad de hacer una perforación o agujero en el elemento dentario.
Existen diversas formas y tamaños de piedras, gemas y joyas para colocar en los dientes. Las más populares son los zafiros, los diamantes, los rubíes y los cristales. Suelen tener un diámetro de 2 milímetros.
También se consideran como piercings dentarios las parrillas orales, que son una cubierta decorativa que se coloca sobre las piezas dentarias. Estas suelen estar hechas de oro, plata y otros metales preciosos.
Un piercing dental puede durar desde 6 semanas hasta más de 1 año, dependiendo del método que se elija. Algunos se pegan de manera temporal y otros se cementan para tener una duración más prolongada. Vienen algunos extraíbles.
Lo más recomendable para su colocación es recurrir a un odontólogo especializado. Pues será quien mejor evalúe la situación bucal y use los materiales adecuados para evitar inconvenientes.
La mayoría de las veces, la decisión de usar un piercing dental se debe a una cuestión estética y de moda. Pero también pueden colocarse en lugares concretos para ocultar manchas y decoloraciones dentarias, o para desviar la atención de irregularidades en la mordida.
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¿Cómo es el procedimiento?
La manera de colocar un piercing dental es sencilla e indolora. Como ya mencionamos, es muy importante que se realice en un consultorio odontológico con un profesional especializado.
El dentista no solo tiene la capacidad y los materiales para realizar la técnica de manera correcta. Además, será quien verifique que la boca no presente ninguna patología y esté saludable para recibir el piercing sin complicaciones.
Para la colocación de un piercing dental convencional no hace falta tallar los dientes. El odontólogo limpia la superficie de la pieza y le hará un grabado con un ácido para preparar el esmalte.
Luego se aplica un sistema adhesivo y resina para retener la joya. Sobre esto se coloca con cuidado la gema elegida y se endurece con lámparas especiales.
Para quitarlas se puede esperar a que se caigan por sí mismas o visitar a un dentista para que las retire. Al sacarlas no queda ninguna marca ni alteración en el diente.
Existen otros tipos de ornamentos para dientes que implican desgastar las piezas dentarias, como los anillos dentales, por ejemplo. Esto no es recomendable, pues el daño sobre la pieza es irreversible.
Cuidados y recomendaciones
La recomendación principal a la hora de colocarse un piercing dental es hacerlo en un lugar apropiado. Como dijimos, el odontólogo es el profesional con más idoneidad para realizarlo y el consultorio dental el sitio adecuado.
Luego de colocarse un piercing dental no hay dolor ni incomodidad. Se puede seguir con la vida habitual de manera inmediata. De todos modos, hay algunas recomendaciones que pueden impedir que las gemas se despeguen y son las siguientes:
- Evitar realizar el cepillado dental de manera muy enérgica y traumática.
- No comer alimentos pegajosos y muy duros.
- No tocar ni jugar con el piercing (ni con las manos ni con la lengua).
Y como siempre, mantener una buena higiene dental es fundamental para que la boca siga saludable y todo marche bien. El cepillado y las visitas periódicas al odontólogo son la clave para cuidar este accesorio.
Posibles inconvenientes del piercing dental
La colocación de un piercing es sencilla, indolora y sin grandes alteraciones en la pieza dentaria en la que se coloca. De todos modos, conlleva riesgos que se deben considerar a la hora de elegir este accesorio.
El mayor inconveniente es que el piercing dental se despegue del esmalte y sea tragado o aspirado, con el consecuente riesgo de asfixia. Otros problemas que pueden aparecer son los siguientes:
- Reacción alérgica al material de la gema, irritando las mucosas circundantes.
- Sensibilidad dentaria.
- Abrasión y desgaste del esmalte dentario.
- Daño a las piezas dentarias vecinas y antagonistas.
- Lesiones en los labios y lengua que se frotan contra la joya.
- Inflamación o recesión de la encía en el diente que lleva el piercing dental.
- Caries dental ocasionada por el acúmulo de placa bacteriana sobre la gema.
- Mal aliento.
- Infección dental.
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Una boca sana es fundamental para usar un piercing dental
Lucir joyas en los dientes es una nueva tendencia que aporta brillo a la búsqueda de sonrisas perfectas y atractivas. El piercing dental puede ser una alternativa a este interés por una boca llamativa y radiante.
Si bien se utiliza una técnica indolora y temporal, conlleva riesgos que se deben conocer al decidir usarlos. Es fundamental que sea un profesional odontólogo el responsable de llevar a cabo la colocación.
Una boca saludable, sin caries, sarro, gingivitis ni otras enfermedades orales es un requisito fundamental a la hora de ponerse una joya sobre un diente. Tener hábitos de buena higiene bucal y hacer chequeos odontológicos periódicos también es necesario para evitar complicaciones.
Los hay de oro, plata, con zafiros o diamantes, con forma de estrellas, triángulos, corazones o delfines. Seguro existe un piercing dental ideal para cada paciente. Tener una boca saludable es vital para poder llevar este accesorio y hacer brillar más la sonrisa.
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