Planta de anís: cultivo y cuidados
Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto
Matalahúva, Pimpinella anisum o simplemente anís es el nombre de una planta con fragancia penetrante y de extenso provecho. Cientos de recetas de cocina incluyen la especie, en cualquiera de sus variaciones; del mismo modo, preparaciones caseras contemplan al ejemplar asiático como ingrediente para tratar afecciones estomacales, por ejemplo.
El anís lo consigues en cualquier mercado ya listo para tus preparaciones, pero otra manera confiable de disponer de la planta es sembrándola en casa. Si quieres añadirla a tu jardín, presta atención a lo concerniente sobre su cultivo y cuidado.
La planta de anís y sus características
La planta pertenece a la familia Apiaceae. Esta hierba anual, detalla Drugs.com, crece entre los 0,3 y 0,6 metros, sus flores son blancas o amarillas y brotan en medio del verano, con hojas semejantes a una pluma. Sobresalen los frutos acanalados en tonos marrón verdoso.
El aroma y el sabor del anís es comparable con el regaliz; incluirlo en platillos, bebidas y remedios se debe a los principios activos y aceites que contiene, como los que mencionamos a continuación:
- Anetol.
- Ácido anísico.
- Aldehído anísico.
- Chavicol metileno.
- Complejos terpénicos.
Un estudio de ISRN Pharmaceutics asoció varios de estos compuestos con un amplio espectro de efectos farmacológicos. No obstante, se puntualiza la necesidad de ensayos clínicos adicionales que evalúen los beneficios de la planta en humanos, así como la síntesis de nuevas medicinas fabricadas a partir de los ingredientes activos del anís.
El aroma y otras bondades aprovechables de la planta de anís
Hay diferentes tipos de anís. Uno es el verde o anís dulce. Este es el ingrediente que con frecuencia se usa para calmar la acidez estomacal y crear fórmulas cosméticas.
El anís de Florencia o hinojo sirve en la elaboración de menús salados, mientras que el anís estrellado es el preferido para los postres y las infusiones. Otro tipo es el anís japonés, pero su consumo no es recomendado de manera masiva, ya que podría incidir en afecciones de las vías urinarias.
La Gaceta Médica de México reseñó un experimento en ratones en el que examinaron las reacciones de la muestra tras inducir diarrea con aceite de ricino y, posteriormente, tratarlos con una mezcla de anís estrellado y manzanilla. Los resultados fueron alentadores, pues sugieren que la planta funcionaría como un antidiarreico alternativo.
No obstante, es fundamental la precaución con las dosis altas de anís, ya que en exceso causarían intoxicación. Al respecto, el boletín de la Red de Protección Social de Chile enfatiza en la moderación al consumir la planta. La institución argumenta que el carácter de estos productos es de auxiliares sintomáticos, pero en ningún escenario reemplazan las indicaciones de un médico.
Si apelas a la hierba con un fin medicinal, es primordial consultar con un profesional.
Cultivo y cuidados de la planta de anís
El anís es una especie para sembrar a finales de invierno o inicios de primavera. Sus semillas germinan sin problemas si la temperatura es mayor a los 15 °C y cuenta con una tierra en óptimas condiciones.
La rusticidad de la hierba exime de rigurosidad en el cuidado. Sin embargo, son pertinentes las consideraciones que ahora exponemos.
Terreno
Aunque el anís prospera en todas las clases de suelos, incluso en los ácidos trabajados con cal, es imprescindible que el terreno contenga buena cantidad de minerales y de materia orgánica. El pH ideal oscila entre 6,0 y 6,7.
Para las macetas, un sustrato universal y un drenaje adecuado contribuyen al desarrollo de matalahúva.
Temperatura
El anís no va de la mano con el frío extremo. Es vulnerable ante inundaciones y tampoco tolera los vientos secos.
Lo suyo son las temperaturas cálidas, así que al momento de la siembra considera un calendario de jardín apto para especies de climas templados.
Luz
El crecimiento del anís es acelerado si recibe suficiente luz del sol. Si siembras el ejemplar en una maceta, ubícala donde le den los rayos solares; puede ser junto a una terraza o ventana. En caso de cultivo directo en el suelo del jardín, elige un área en la que haya pleno sol.
Fertilización
Cualquier abono favorece a la planta de anís: desde el orgánico casero hasta el estiércol. Pero en caso de utilizar el segundo, asegúrate de que antes no se sembró en él ninguna otra planta.
De igual modo, cuando uses abono mineral, verifica que la base sea potasio. El exceso de nitrógeno es contraproducente para la cosecha.
Hidratación
El riego de las plantas de matalahúva es 2 o 3 veces por semana, sin propasarse. Si bien el riego es regular, la idea es que el sustrato tienda hacia la textura seca. Esta recomendación también aplica para la cosecha a gran escala.
Siembra
El modo apropiado para plantar el anís es en hileras y con un sustrato previamente humedecido. Si lo haces directo en el jardín, procura una distancia de al menos 25 centímetros entre las semillas.
Entiérralas a medio centímetro de profundidad si es en el suelo y a unos 8 centímetros en maceta, debido a que la germinación depende de la oscuridad. Los brotes se evidencian a 3 semanas contadas desde la siembra.
Cuando el ambiente es demasiado frío, lo conveniente es iniciar en un matero dentro de la casa y al alcanzar la madurez, trasplantar el ejemplar.
Cosecha
Llegado agosto, cosechas el anís. Sabes que el fruto está listo al notar el tono marrón con destellos verdosos.
El procedimiento de colecta es aconsejable por las mañanas y comprende el corte de la flor, la ventilación de los manojos y la exposición al sol para que las semillas se tuesten.
Al estar completamente secas, frotas las flores o «paraguas» y sacas las semillas. Lo recomendable es el almacenamiento en un sitio fresco y oscuro.
¡Ojo! Estas son las posibles enfermedades de la planta de anís
Toda planta es susceptible de enfermedades y el anís no es la excepción. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) analizó cultivos en campos de dicha especie y detectó que durante la primera fase de desarrollo, es probable que padezca de damping off o «mal del talluelo», además del complejo de hongos del suelo.
El INTA destaca que la solución a estos males está en la correcta preparación de la tierra, evitar a toda costa el encharcamiento del terreno y sembrar semillas que, con anticipación, fueron tratadas con fungicidas.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Bayer. (2017). ¿En qué consiste el Damping-off? Vegetables by Bayer. https://www.vegetables.bayer.com/mx/es-mx/recursos/noticias/blog-en-que-consiste-el-damping-off.html
- Drugs.com. Anís. Drugs.com. https://www.drugs.com/npc/anise.html
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