¿Por qué aparecen flemas en la garganta?
Revisado y aprobado por la médica Mariel Mendoza
La producción de mocos en el sistema respiratorio es continua, normal y necesaria. Durante la mayor parte del tiempo, ni siquiera los notamos, dado que son excretados a través de la tos o del aparato digestivo. Sin embargo, algunas situaciones pueden llevar a un exceso de mocos, y a que tengan una consistencia más espesa que conocemos como flema.
Cuando el organismo interpreta que hay una amenaza externa, como ciertos virus, hongos o bacterias, el sistema inmune secreta más mucosidad de la normal. Lo hace a través del epitelio, tejido que recubre el interior de las vías respiratorias.
Entonces, ¿las flemas son una secreción de defensa? Así es, contienen anticuerpos que actúan como barrera protectora frente a dichas amenazas. Si aparecen en exceso o adquieren un tono verdoso, pueden ser síntoma de una infección o responder a otros motivos que es útil conocer. A continuación, te detallamos las razones más comunes por las que aparecen las flemas, además de conocer en qué momento debes consultar con un médico o especialista.
Resfriados leves
Uno de los motivos más concurrentes de la aparición de flemas se debe a la inflamación de las membranas mucosas. Ocurre cuando diferentes patógenos, como los rinovirus, producen una infección en el tracto respiratorio superior. Se trata de una de las infecciones más frecuentes en las personas, que da lugar a resfriados leves.
Ante la amenaza, las glándulas aumentan la producción y el espesor de la mucosidad, lo que genera su acumulación en la garganta o la nariz. Esto suele derivar en otros síntomas molestos, como carraspeo, goteo nasal, ardor y tos fuerte.
Infecciones más graves del tracto respiratorio
Otras afecciones de mayor gravedad que afectan a los pulmones y las vías respiratorias pueden generar la presencia de flemas en la garganta. El organismo aumenta la producción para evitar el avance de la infección. La mucosidad captura las partículas externas y las expulsa a través de la tos para desprenderse de la amenaza.
Una forma de identificar si las flemas corresponden a este tipo de enfermedades es su color. Cuando adquieren un tono verdoso, significa que el número de glóbulos blancos muertos es elevado. Por lo tanto, es muy probable que se hayan formado para combatir una infección como las siguientes:
- Faringitis
- Bronquitis
- Neumonía
- Fibrosis quística
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
Si la flema— también llamada esputo— se mantiene durante varios días, consulta con un médico para que diagnostique el tipo de afección.
Asma
Uno de los síntomas del asma, además de la dificultad para respirar, las sibilancias o la tos, es la acumulación de flema. Se genera por el estrechamiento de las vías respiratorias, que puede aumentar la producción de mucosidad. Los desencadenantes de un ataque de asma son diversos, como el polvo en el ambiente, los ácaros, el clima y los resfriados.
Alergias
Los diferentes tipos de alergia, como al polvo o al polen, producen irritación de garganta, estornudos o congestión. La reacción del organismo frente a estas posibles amenazas es la producción de mucosidad para eliminar rápidamente las esporas del polen y otros agentes.
Debido a esto, la acumulación de flema suele acompañar a las alergias estacionales. Puedes prevenirlas evitando la exposición a los alérgenos. Para hacerles frente, existen remedios caseros que promueven el alivio de los síntomas.
Tabaquismo
Fumar a largo plazo, ya sea mediante cigarrillos comunes, electrónicos o de manera pasiva, causa daños funcionales en las vías respiratorias. Esto deriva en cambios en el aclaramiento mucociliar, proceso donde los cilios (orgánulos similares a pequeños cabellos) barren el moco de las vías inferiores hacia la faringe. El resultado es una mayor dificultad para eliminar la mucosidad, junto a las sustancias externas que contiene, lo que promueve su acumulación en el tracto respiratorio.
Además, la presencia del humo de tabaco incrementa la producción de moco, los carraspeos y la tos, síntomas usuales de los fumadores. La única solución para mejorar esta condición es dejar de fumar.
Reflujo ácido
El origen de las flemas en la garganta también puede ser estomacal. Cuando el contenido del estómago regresa al esófago junto con los ácidos gástricos, se irrita la zona y genera mucosidad en exceso. El reflujo gastroesofágico puede ocurrir en una situación puntual, motivada por la ingesta de embutidos, café o alcohol, o ser una afección habitual.
En ambos casos, se recomiendan algunos remedios caseros para aliviar el reflujo ácido, como beber mucha agua para expulsar la flema o ingerir zumos, infusiones y caldos. También conviene evitar los alimentos que pueden causar reflujo, como las harinas refinadas, los fritos y los picantes.
Clima frío y aire seco
No todas las causas derivan de infecciones o enfermedades. También hay factores externos y ambientales que afectan a algunas personas más que a otras. Por ejemplo, respirar aire frío reseca las fosas nasales y la garganta, lo que genera el aumento de la mucosidad para humedecer la zona.
Esto ocurre con más frecuencia durante el invierno debido al contacto con el clima fresco y la posibilidad de infecciones virales, así como con el uso de calefacciones y aires acondicionados.
Ingesta de algunos alimentos
Ciertas comidas y bebidas se asocian con una mayor producción de mucosidad. Por ejemplo, las carnes rojas y los aceites de origen animal o los lácteos como el queso, el yogur y la leche. Las bebidas que promueven la deshidratación, entre ellas, las que contienen elevado contenido de azúcar o alcohol, también pueden contribuir a la aparición de flemas. Es recomendable reducir su presencia en la dieta para evitar la generación excesiva de mocos.
En contraparte, existen algunos alimentos que pueden ayudar a expulsar las flemas, como la canela, el ajo, la cebolla y el aceite de oliva. Entre las frutas, se recomiendan la guayaba, la naranja, el kiwi y la granada.
Desviación del tabique
Un tabique está desviado cuando la pared entre las fosas nasales se encuentra dañada o torcida. Tal situación ocurre por una anomalía en el desarrollo o por un traumatismo puntual. En cualquier caso, es posible que se genere congestión nasal y acumulación de mucosidad debido a la mayor dificultad para drenarla.
¿Cuándo consultar con un médico por flemas en la garganta?
La presencia de mucosidad excesiva puede ser una respuesta de defensa normal frente a las amenazas externas. Sin embargo, se debe poner atención cuando se extiende por más de una semana y/o la acompañan algunos de estos síntomas:
- Fiebre
- Vómitos
- Dolor de cabeza
- Sangre en la tos
- Dolor en el pecho
- Moco más espeso
El espesor y el color de la flema representan lo que el sistema inmune intenta expulsar del cuerpo, por lo que estar atento a esta característica puede ser un indicador de su causa. Los tonos verdes y amarillos responden a infecciones, los blancos expresan una posible congestión o inflación. Por su parte, los negros y café pueden deberse a factores ambientales, como la inhalación de humo, o al consumo de tabaco.
La coloración rosada o rojiza precisa mayor atención. Es posible que sean manchas de sangre causadas por la acción repetida de sonarse la nariz o que provengan de patologías más graves, como tuberculosis. Consulta con un médico si notas este color en tus flemas.
Pon atención a los motivos que generan las flemas para poder eliminarlas
Las razones por las que la mucosidad se vuelve espesa y abundante van desde posibles infecciones respiratorias hasta problemas estomacales. Si bien las flemas no son motivo de alarma, es importante poner atención a su color, consistencia y a la aparición de otros síntomas. Esto te permitirá saber cómo actuar y tomar medidas para expulsarlas.
Si notas una coloración anormal, un espesor exagerado o que están acompañadas por dolor de cabeza, pecho o fiebre, consulta con un médico. Es posible que se requiera la ingesta de medicamentos para reducir una infección.
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