¿Qué es la prosopagnosia y a quién puede afectar?
Escrito y verificado por la médica María Irene Benavides Guillém
La prosopagnosia, también conocida como ceguera facial o agnosia facial, es la incapacidad para identificar a las personas por sus rostros. Los afectados no reconocen las caras de las personas que conocían antes ni tampoco se familiarizan con las que recién conocen.
Cuando esto ocurre debido a una lesión cerebral, hablamos de prosopagnosia adquirida. Si no hay un daño neurológico evidente o un déficit cognitivo generalizado y el defecto está presente desde la infancia, entonces es una prosopagnosia de desarrollo o congénita.
Síntomas y características de la prosopagnosia
Las personas con prosopagnosia presentan incapacidad para reconocer y discriminar los rostros con diferentes grados de afección. No reconocen figuras públicas o celebridades, pero tampoco a las personas más cercanas, incluyendo a su pareja e hijos. En casos graves, pueden no reconocerse a sí mismas en el espejo.
Cabe aclarar que el proceso afectado es la habilidad de establecer la identidad de las personas a través de la información de su rostro, pero está intacta la capacidad de procesar otra información facial, como las expresiones y las emociones. Saben que están ante un rostro, pero no pueden saber quién es o si lo han visto antes.
Cómo saber si una persona tiene prosopagnosia
Murray y sus colaboradores (2018) entrevistaron a adultos y padres de niños afectados por prosopagnosia de desarrollo y construyeron una lista de síntomas. Lo más relevante que encontraron fue lo siguiente:
- Son incapaces de identificar a las personas en fotografías.
- Confunden personas con características extrafaciales similares, aunque sus rostros sean muy diferentes.
- Describen a las personas usando información extrafacial, pero evitan llamar a las personas por sus nombres.
- Su dificultad de identificar a las personas se agrava cuando estas comparten una característica como tener la misma edad, el mismo sexo o usar un uniforme.
- Ignoran en público a personas que conocen si se las encuentran de forma accidental.
- Se les facilita reconocer personas en entornos familiares (por ejemplo, el sitio de trabajo), pero se les dificulta si se las encuentran fuera de este lugar.
- No pueden describir el rostro de una persona.
- No son capaces de reconocer a una persona si cambia su corte de cabello o estilo.
En el proyecto prosopagnosia research, avalado por la Universidad de Bournemouth, es posible hallar una lista de chequeo de síntomas.
Diferencias entre la prosopagnosia adquirida y de desarrollo
En la prosopagnosia adquirida, la afección es más grave que en la de desarrollo. La razón no está completamente clara. Pero hay varias hipótesis.
Una es que las personas con prosopagnosia de desarrollo tienen más tiempo para practicar conductas compensatorias. Otras es que las lesiones de los pacientes con la forma adquirida suelen ser graves y afectar en mayor extensión las áreas cerebrales del procesamiento de los rostros.
¿Qué causa la prosopagnosia?
Son muchos los factores involucrados en el procesamiento cerebral de la información proveniente de un rostro. Esto se ve reflejado en la complejidad de variables que intervienen en la aparición de la prosopagnosia.
Primero, la persona percibe que está ante un rostro en particular. Para ello, lo coteja con la información almacenada en el cerebro sobre la estructura de un rostro.
Después se compara este rostro con aquellos almacenados en la memoria para determinar si se ha visto antes. Por último, se identifica a la persona y se accede a su nombre e información biográfica.
Basándose en este modelo, se suele dividir la prosopagnosia en variantes. Cuando el afectado no es capaz de percibir las diferencias entre los rostros de distintas personas se habla de prosopagnosia aperceptiva. Si no puede determinar si ha visto el rostro antes o asociar la información percibida a la identificación de una persona, entonces es una prosopagnosia amnésica o asociativa.
Neuroanatomía de la prosopagnosia adquirida
Es probable que la prosopagnosia adquirida no sea un desorden único. En cambio, es un grupo de desórdenes que tienen en común el mismo resultado.
Varias regiones cerebrales están involucradas en el procesamiento de los rostros. Por ello, hay una variedad de lesiones capaces de ocasionar prosopagnosia. La lesión clásica es el daño bilateral de ciertas áreas de la corteza occipitotemporal.
Otras condiciones que pueden relacionarse con la aparición de prosopagnosia son la encefalitis herpética, las cirugías para el tratamiento de la epilepsia, la resección de tumores o las hemorragias cerebrales. En todo caso, la evidencia sugiere que se necesita la integridad estructural y funcional de todas las regiones cerebrales ligadas al reconocimiento de rostros para un desempeño normal.
Base cerebral de la prosopagnosia de desarrollo
Por definición, las personas con prosopagnosia de desarrollo no deben tener lesiones evidentes. Ahora bien, se postula que presentan alteraciones en los tejidos cerebrales que no se aprecian en los estudios de imagen convencionales.
Estas anomalías pueden estar presentes en las áreas que intervienen en el procesamiento cerebral de los rostros o en las conexiones entre ellas.
Existen familias en las que varios miembros a través de las generaciones están afectados. Debido a esto, se sospecha que la prosopagnosia de desarrollo tiene una base genética y un componente hereditario dominante. Así se advierte desde el National Institute of Neurological Disorders and Stroke.
De hecho, Wilmer y colaboradores (2010) determinaron que los gemelos monocigóticos comparten en un 70 % su habilidad de reconocer los rostros. Entre tanto, los gemelos dicigóticos solo en un 29 %. Esto significa que los hallazgos de los investigadores respaldan un efecto crucial de los genes.
Posibles consecuencias e impactos
Tal y como se advierte desde Proceedings of the Royal Society B, una persona reconoce en promedio 5000 caras. Esta capacidad de identificar y reconocer a las personas es clave para las relaciones interpersonales.
Así que quienes tienen prosopagnosia viven experiencias sociales traumáticas y estresantes por su incapacidad para reconocer a las personas. Esto lleva a que se aíslen, eviten las reuniones y aglomeraciones, y tengan un círculo social limitado.
Los afectados presentan ansiedad, depresión, otros trastornos del estado del ánimo, sentimientos de vergüenza y culpa. En los niños afecta su desempeño escolar. Pueden presentar miedo a los extraños y ansiedad de separación exagerados.
¿Cómo se diagnostica la prosopagnosia?
Para diagnosticar esta entidad se utilizan pruebas de familiaridad con los rostros. Estas evalúan la habilidad de reconocer rostros que se han visto antes.
La más usada es el test de reconocimiento de rostros de Cambridge (Cambridge Face Memory Test). En esta prueba, el participante realiza una serie de tareas que van aumentando en complejidad. Se le pide que memorice rostros y que discrimine rostros familiares de otros que no lo son.
Se emplean también cuestionarios para medir el impacto social de la enfermedad en las actividades cotidianas, como el prosopagnosia index (PI20). Sin embargo, no existen exámenes de laboratorio útiles para el diagnóstico de la prosopagnosia.
Criterios diagnósticos de la prosopagnosia
Se dice que una persona tiene prosopagnosia si están presentes los siguientes criterios:
- Presencia de dificultad para reconocer los rostros.
- Afección de la capacidad de reconocer los rostros medida objetivamente en al menos dos pruebas de familiaridad.
- En el caso de la prosopagnosia adquirida, confirmación de una lesión mediante un estudio de imagen, como la resonancia magnética o la tomografía computarizada.
Diagnósticos diferenciales
Un punto clave al momento del diagnóstico de la prosopagnosia es descartar cualquier otra enfermedad que pueda explicar los síntomas. Debe confirmarse que no exista un problema de visión o de memoria.
De igual forma, tal dificultad para reconocer los rostros puede existir en el contexto de otras patologías. En los niños, encontramos por ejemplo los trastornos del espectro autista.
En los adultos, la esquizofrenia, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer, entre otras. Por otra parte, si el paciente es capaz de reconocer que ha visto antes un rostro, aunque no pueda dar su nombre, esto no es prosopagnosia.
Tratamiento y estilo de vida
Existe la posibilidad de que haya una reorganización o modulación de la red neuronal responsable del reconocimiento de rostros. De esta manera, sería posible una rehabilitación.
Así que el abordaje de las personas con prosopagnosia tiene dos enfoques:
- El desarrollo de estrategias con las que compensar su déficit.
- Intentar mejorar la memoria y la percepción.
Se recomienda un acompañamiento multidisciplinario de la persona afectada que incluya neurólogo, psicólogo, psiquiatra y trabajador social. El objetivo es que esta persona tenga la mejor calidad de vida posible.
¿Se puede curar la prosopagnosia?
En raros casos, la prosopagnosia adquirida se resuelve sola. Mientras que la prosopagnosia de desarrollo persiste durante toda la vida.
Dada la heterogeneidad de presentaciones, un programa de tratamiento específico puede no ser útil para todos los afectados. Cada uno tendrá un potencial de rehabilitación diferente.
En la prosopagnosia adquirida, la eficacia de la terapia dependerá de la edad en que apareció, el tiempo que ha pasado desde entonces, el tamaño de la lesión, el lado del cerebro afectado y la localización.
Oxitocina y prosopagnosia
La oxitocina es una hormona involucrada en la regulación del comportamiento social y reproductivo. Por tal razón, se ha explorado su utilidad terapéutica en diversas enfermedades.
Si bien no existen fármacos o medicamentos aprobados para tratar la prosopagnosia, Bate y colaboradores (2014) realizaron un estudio con oxitocina intranasal inhalada, obteniendo resultados favorables. En los afectados por prosopagnosia del desarrollo mejoró el rendimiento en las pruebas que medían el reconocimiento e identificación de los rostros.
Una enfermedad rara que afecta las relaciones
La prosopagnosia puede afectar tu vida cotidiana. Pero esto puede cambiar si recibes el apoyo social y profesional apropiado.
Si reconoces cualquiera de los síntomas o situaciones descritas en este artículo, no dudes en pedir ayuda y consultar a tu médico. Un equipo de varios profesionales será capaz de guiarte.
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