Protuberancia dura debajo de la piel: ¿a qué se debe?
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
Una protuberancia dura debajo de la piel puede alarmar a cualquier persona. El mayor temor es que se trate de un tumor maligno, pero casi nunca es así. Son muchas las razones por las que esto ocurre y la mayoría de ellas no deben causar inquietud.
Es cierto que una protuberancia dura debajo de la piel puede ser una señal de cáncer. Sin embargo, casi siempre obedece a otros motivos. Si aparece de manera abrupta, en un periodo de 24 a 48 horas, y causa dolor, lo más probable es que se trate de una infección o de una lesión.
Cuando es un bulto blando, suave y que se puede mover con los dedos, lo usual es que se trate de un quiste benigno. Por lo tanto, antes de sacar conclusiones equivocadas, lo mejor es evaluar si una protuberancia dura debajo de la piel debe ser motivo de preocupación o no.
¿Qué puede causar una protuberancia dura debajo de la piel?
Una protuberancia dura debajo de la piel puede ser causada por muchos factores. Enseguida veremos cuáles son las principales causas de esto y qué características permiten diferenciar a unas protuberancias de otras.
Ganglio inflamado
Los ganglios linfáticos son pequeñas glándulas que forman parte del sistema inmunitario. Su papel es el de filtrar las sustancias dañinas que están en el líquido linfático. En los ganglios también se almacenan glóbulos blancos que combaten las infecciones.
Es común que se produzca una inflamación en los ganglios linfáticos cuando hay una infección viral o bacteriana. Lo usual es que esa inflamación se presente en zonas como la cabeza, el cuello, las axilas o la ingle.
Por lo general, se sienten duros y duelen al tacto. Cuando la dureza es notable y se muestran elásticos o inmóviles, quizá sea señal de un problema de salud más grave. Enfermedades como el linfoma, la leucemia y el cáncer de mama pueden afectar los ganglios.
Un quiste
El quiste también forma una protuberancia dura debajo de la piel. La textura depende del material que haya quedado dentro del bulto. Cuando tiene consistencia dura, contiene proteínas atrapadas o células de piel muerta.
Si están cerca de la superficie de la piel, lo más probable es que se sientan blandos. Si se ubican en zonas más profundas, serán duros. Lo usual es que aparezcan en las manos y las muñecas, la columna, el cuero cabelludo, los pies, los dedos de los pies o la boca.
Lo más frecuente es que desaparezcan por sí solos después de un tiempo. A veces tienen un punto negro en el centro y entonces suelen explotar, liberando una sustancia amarilla. Si son rojos, presentan inflamación o causan dolor, es posible que se requiera una intervención médica.
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Lipoma
Se le llama lipoma a un tumor que contiene grasa. Puede ser una protuberancia dura debajo de la piel, pero lo más común es que se sienta suave y movible. Luce pálido o sin color y, por lo general, no causa ningún otro síntoma.
No se conoce la causa exacta por la que aparecen los lipomas. Rara vez causan problemas, a menos que incluyan nervios o vasos sanguíneos. En esos casos es posible que ocasionen dolor. En general, no requieren tratamiento médico, a menos que generen molestias.
Protuberancia dura debajo de la piel: el dermatofibroma
El dermatofibroma es una protuberancia dura debajo de la piel de color café o rojo. Lo más habitual es que aparezca en zonas que están expuestas, como las piernas, los brazos o la espalda. Por lo general, no causa síntomas, pero en algunos casos puede haber picazón, irritación y dolor.
Estos abultamientos aparecen cuando se acumula un exceso de células en la dermis, que es la capa más gruesa de la piel. Se desconoce lo que causa estas formaciones que nunca son cancerígenas. Sin embargo, permanecen en la piel por el resto de la vida. Hay opciones quirúrgicas para retirarlos.
Fibroadenoma
El fibroadenoma es un tumor mamario benigno. Está formado por tejidos fibrosos y glandulares. Se desarrolla cuando hay altos niveles de estrógeno y puede crecer cuando aumentan los niveles hormonales en el embarazo. En la menopausia tiende a decrecer.
Este tipo de protuberancias son más comunes en las mujeres que se encuentran entre los 20 y los 30 años. Sin embargo, pueden aparecer a cualquier edad. El fibroadenoma se siente duro, pero movible.
Si causa dolor, se acompaña de cambios en la apariencia del seno o la persona tiene antecedentes familiares de cáncer de mama, lo indicado es visitar al médico. De hecho, siempre que aparezca este tipo de abultamientos vale la pena consultarlo.
Otras clases de protuberancia dura debajo de la piel
A veces una protuberancia dura debajo de la piel corresponde a un forúnculo. Este es un abultamiento rojo y doloroso que, por lo general, involucra a uno o más folículos pilosos infectados. También podría corresponder a un lunar.
Una verruga también forma una protuberancia dura debajo de la piel que además es áspera. Tiene puntos negros y suele aparecer en la mano o en el pie. Asimismo, los callos engrosan la piel y forman abultamientos duros.
Los abscesos, en cambio, son protuberancias blandas, ya que contienen líquido infectado. Si en el abultamiento hay una mancha pigmentada o de color, que cambia de forma o tamaño, sangra con facilidad, forma costra y no se cura, es aconsejable consultar con el médico a la brevedad.
¿Cuándo es necesario acudir al médico?
Si se ha encontrado una protuberancia en el cuerpo, lo indicado es consultar con el médico.
Se debe acudir al médico cada vez que aparezca una protuberancia dura debajo de la piel que genere dudas o inquietudes. El hecho de que sean duras o rígidas puede ser señal de un problema de salud que no se detecta a simple vista. Esta recomendación se debe tomar muy en cuenta si además se presentan otras señales como las siguientes:
- Cambios en el tamaño o la apariencia de la protuberancia.
- La protuberancia es rígida y causa dolor o sensibilidad.
- El bulto se ve rojo o inflamado.
- Hay pérdida involuntaria de peso.
Diagnóstico
Para formular el diagnóstico sobre una protuberancia dura debajo de la piel lo más probable es que el médico acuda a una entrevista inicial sobre los antecedentes de salud personales y familiares. Indagará sobre el tiempo en que ha estado ahí y si ha presentado cambios.
Lo habitual es que después haga una exploración física en la que pellizque o extirpe la protuberancia. Tras esto, es posible que ordene algunos exámenes como los siguientes:
- Imágenes. Pueden ser resonancias magnéticas, ultrasonidos o rayos X.
- Análisis de sangre. Se evalúa el recuento de glóbulos blancos y los niveles hormonales.
- Biopsia por punción. Se toma una muestra de tejido para analizarla bajo el microscopio.
¿Qué hay que recordar?
Una protuberancia dura debajo de la piel no es una señal de cáncer por sí sola. Como lo hemos visto, hay muchas razones por las que pueden aparecer esos abultamientos y la mayoría de las veces no tienen que ver con el cáncer.
Dicho esto, también es importante señalar que no es buena idea ignorar esos abultamientos. Si existe alguna duda y, en especial, si presentan cambios o están acompañados de otros síntomas, lo más indicado es consultar con el médico.
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