¿Qué es el complejo de mártir y cómo reconocerlo?

¿Conoces a alguna persona que siempre se encuentra insatisfecha con su vida y con el modo en que los demás la tratan? Descubre el complejo de mártir y sus consecuencias a nivel personal y social.
¿Qué es el complejo de mártir y cómo reconocerlo?
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz.

Escrito por Elena Sanz

Última actualización: 23 abril, 2021

Un mártir es aquella persona que prefiere perder su vida o padecer sufrimientos, injusticias o privaciones por defender sus ideales. De esta primera definición surge lo que se conoce como complejo de mártir: un conjunto de patrones de pensamiento y conducta que pueden causar serias limitaciones a quien los sostiene.

Algunas personas parecen estar siempre sufriendo. Al hablar con ellas, relatan de forma incesante las desgracias que les acontecen y los sacrificios que realizan por los demás.

Su vida parece estar envuelta en injusticias e ingratitud por parte de quienes les rodean y la queja es una actitud habitual en ellos. Esta tendencia puede generar grandes dificultades a la hora de entablar relaciones sociales y también causa sufrimiento personal.

Características del complejo de mártir

¿Qué es el complejo de mártir y cómo reconocerlo?
El complejo del mártir se caracteriza por una búsqueda de reconocimiento y admiración.

Es probable que en tu entorno exista alguna persona que muestre el complejo de mártir o, tal vez, tú mismo caes con frecuencia en estas actitudes. No obstante, para ayudarte a identificar en qué consiste te mostramos las principales características.

Se sacrifica por los demás

La persona con complejo de mártir siempre se muestra dispuesta a ayudar a otros e, incluso, prioriza las necesidades ajenas por encima de las propias. Da en exceso, incluso cuando la otra persona no lo ha pedido, y acumula tareas y obligaciones excesivas.

Sin embargo, esto no sucede como un acto de bondad o generosidad, sino como un intento de obtener el reconocimiento y la admiración del entorno. Estas personas dan para que los otros las consideren valiosas y necesarias.

Acepta situaciones y relaciones nocivas

Toda persona puede verse involucrada en situaciones injustas o en vínculos perjudiciales. Sin embargo, en el momento en que lo detecta, toma las medidas para mejorar la situación o abandonarla.

Las personas con complejo de mártir permanecen en esos espacios y toleran circunstancias que les causan sufrimiento. Además, suelen establecer relaciones desequilibradas en las que ofrecen más de lo que reciben.

Insatisfacción y queja constante

Pese a todo lo que hace por los demás, la persona se siente poco apreciada y poco reconocida. Puede tener la sensación de que «nada es suficiente», ya que en realidad no ayuda por amor sino por necesidad de ser aceptada. Además, suele expresar constantemente su insatisfacción con todas estas situaciones, recalcando sus esfuerzos y la ingratitud de los otros.

¿De dónde nace este comportamiento?

Si te estás preguntando de dónde surgen estos comportamientos, has de considerar que tienen un gran componente sociocultural. Muchas religiones han propugnado la idea del sacrificio como algo positivo y deseable que te hace más digno o merecedor.

Esta misma idea se ha mantenido, especialmente, respecto a las mujeres a nivel familiar; así, una esposa y madre abnegada era reconocida y admirada por su labor, mientras que una independiente era tildada de egoísta.

Estas concepciones pueden calar hondo especialmente en las personas con baja autoestima. Si el individuo no tiene una buena imagen de sí mismo, no se siente merecedor o valioso, puede recurrir al sacrificio como un modo de merecer ese afecto y obtener la atención y la empatía del resto.

¿Cómo reaccionar ante este tipo de personas?

Las diferencias entre la tristeza y la depresión son múltiples.
Mejorar el autoconcepto y la autoestima es una manera de luchar contra el síndrome del mártir.

Si hay en tu entorno una persona con las anteriores características, existen ciertas consideraciones que has de tener en cuenta a la hora de relacionarte con ella:

  • Identifica la manipulación emocional para no caer en ella. Es posible que esta persona se ofrezca a ayudarte para luego pedirte algo a cambio, hacerte sentir culpable o recriminarte tu ingratitud. Sé cauteloso y permanece alerta.
  • Establece límites. Si las palabras o los actos de esa persona te causan malestar, deja claro lo que esperas y lo que estás y no estás dispuesto a tolerar. Igualmente, no dudes es restringir el tiempo que pasas con esa persona si sientes que te daña estar con ella. El autocuidado es primordial.
  • El comportamiento de un individuo con complejo de mártir puede resultar irritante y causar rechazo. Sin embargo, procura ser comprensivo pues desconoces la trayectoria personal que ha generado esa forma de ser. Enfócate en protegerte mas no busques dañar al otro.

¿Cómo dejar este tipo de comportamientos?

Si tú mismo te sientes identificado con el complejo de mártir, es posible que desees transformar esos patrones de pensamiento y de conducta que, al fin y al cabo te causan malestar personal y problemas sociales. Para ello, puedes poner en práctica algunas de las siguientes pautas:

  • Trabaja tu autoestima y tu autoconcepto. Comenzar a considerarte una persona valiosa y merecedora disminuirá la necesidad del reconocimiento externo y te permitirá actuar de un modo más libre y menos condicionado a buscar la aprobación o la atención de fuera.
  • Practica la asertividad. Expresar lo que sientes y necesitas puede ayudarte a evitar que se acumulen resentimientos y emociones negativas y constituye un recurso más valioso que la manipulación emocional.
  • Busca acompañamiento profesional para identificar el origen del complejo de mártir y adquirir herramientas que te permitan salir de esa tendencia.

Dejar de ser un mártir genera alivio

La queja, el victimismo y el intento de manipulación deterioran las relaciones sociales y pueden generar rechazo en las otras personas. Pero, además, también limitan al propio individuo y le colocan en una posición de insatisfacción constante e infelicidad.

Modificar la forma de ver el mundo y de desenvolverse en él requiere un trabajo personal que puede repercutir en un notable cambio en la calidad de vida. Por ello, merece la pena el esfuerzo.


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