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Qué hacer cuando los niños no quieren comer

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La hora de comer debe ser un agradable momento en familia, pero si los niños no quieren comer se puede volver bastante desagradable. Si además pierden peso, quizá sea necesario tomar medidas.
Qué hacer cuando los niños no quieren comer
Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 11 julio, 2023

Una preocupación frecuente entre los padres es cuando los niños no quieren comer. Generalmente, no hay nada de qué preocuparse porque tiende a ser una etapa que se supera. Pero si efectivamente el pediatra lo indica, quizás necesites ayudarlo a subir de peso.

Mientras es bebé, el ritmo de crecimiento es muy acelerado, por lo que es común que los bebés tomen buenas cantidades de alimentos.

Pero entre los 2 y los 5 años, aparece la inapetencia infantil. Esta, incluso, puede extenderse hasta los 6 o 7 años. Cuando llega la hora regular de las comidas, el niño rechaza los alimentos y se niega a comer en la mesa. Los padres obligan a los niños, ofrecen premios o castigos. Entonces, la hora de la comida se convierte en una batalla.

Aprender a comer

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La hora de comer debe ser un agradable momento en familia, pero si los niños no quieren comer se puede volver bastante desagradable. Si además pierden peso, quizá sea necesario tomar medidas.

El inicio de la alimentación complementaria es un despertar de sabores para el paladar del bebé. De solo alimentarse con leche, comienza la introducción de los alimentos y el bebé está ansioso por probar y comer. Come con gusto. Pero en la medida en que crece comienzan a aparecer las preferencias.

Después del primer año de vida, aparecen varios factores que hacen que el niño se interese menos por la comida. El ritmo de crecimiento se hace más lento y se sacia con la alimentación complementaria. Además, su interés por el mundo que lo rodea pone a la comida en un segundo plano.

Al ir creciendo parecen preferir unos pocos alimentos en pocas cantidades. Los padres comienzan a preocuparse. La comida se convierte en consulta frecuente al pediatra o en los foros en Internet, alarmados porque “sus hijos no quieren comer”.

Los padres preocupados por la nutrición del niño, les obligamos a tomar alimentos en cantidades superiores a las que necesitan. Otros padres insistirán en que los niños deben aprender a comer de todo sin tener en cuenta sus preferencias. El niño se niega a comer, con lo que su peso se puede ver afectado.

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La negativa a comer

Detrás de la disminución del apetito también puede haber razones orgánicas. Una enfermedad crónica, un malestar gripal o una infección aguda provocará que el niño rechace los alimentos. Suele ser un período corto. Y una vez superado, se restaura el apetito.

El problema comienza cuando el niño siente hambre y trata de saciarla solo con los alimentos que le resultan agradables. Por supuesto, los padres somos cruciales para resolver esta circunstancia.

Si la preocupación de los padres los lleva a crear un ambiente tenso a la hora de comer, se estimula la negativa del niño. Por otro lado, si cuando el niño solo quiere comer lo que le gusta y se cede ante el capricho, se establece un precedente negativo.

El niño se negará a comer la comida regular porque sabe que cuando sienta hambre hay alguien que le dará lo que se le antoje. Si este conflicto se prolonga, la sana nutrición del niño se puede ver afectada. Ante lo cual puede surgir una indicación médica de que hay que ayudarlo a subir de peso.

Los niños que no quieren comer: como ayudarles a subir de peso

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Los niños aprenden a comer las cantidades que necesitan para quedar satisfechos. Si son niños sanos y alegres que crecen al ritmo adecuado, no deberíamos preocuparnos tanto por el percentil que ocupan en las tablas de crecimiento.

Los padres solo se deberían ocupar de crear un ambiente grato a la hora de comer y garantizar una alimentación saludable. Sin embargo, si baja mucho de peso puede haber una indicación médica de que debemos ayudarlo a subir de peso.

Algunas recomendaciones para los niños que no quieren comer

A continuación, te damos unas recomendaciones básicas para fortalecer su nutrición y conseguir que los niños coman:

  • Introduce alimentos nuevos de forma progresiva y atractiva. Si se niega reiteradamente a comer un alimento, procura ofrecerle otro que tenga nutrientes similares.
  • Da ejemplo. Por mucho que un niño rechace la diversidad de alimentos, si ve cómo comen sus padres, tarde o temprano, se animará a probar lo que le ofrecen. De ahí la importancia de que el niño coma en la mesa junto con toda la familia y sin menús personalizados.
  • Aprovecha sus preferencias para introducir nuevos alimentos. La creatividad no tiene límites a la hora de cocinar y de ofrecer opciones para que los niños aprendan a comer. La presentación de los alimentos cuenta, así que sé creativa.
  • Si el niño se niega sistemáticamente a probar nuevos alimentos, sé paciente y perseverante. Evita enfadarte y solo sigue insistiendo. Si la negativa del niño no está seguida de consecuencias negativas como nauseas o vómitos, poco a poco aceptará los nuevos alimentos.
  • Después de una infección es normal que el niño haya perdido peso, pero tenderá a subir rápidamente. Aprovecha el apetito restaurado para ayudarlo a subir de peso.

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Ante los niños que no quieren comer: no se trata de subir de peso

Recuerda que no se trata solo de subir de peso. El consumo excesivo de alimentos azucarados, procesados químicamente y ricos en grasas trans no constituyen la fórmula saludable para subir de peso. La obesidad infantil es un problema serio que es mejor evitar.

La hora de comer tiene que ser un momento agradable para toda la familia. Esa relación positiva es la que influye en tener un mejor apetito. Eso funciona en todos, independientemente de la edad que tengamos.

Cuando al niño asocia comer con algo agradable seguramente se irán superando los problemas de inapetencia. Si el niño sigue sin comer bien, el pediatra puede valorar el uso de vitaminas o de complementos alimenticios para ayudarlo a subir de peso.


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