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¿Cómo debe ser la recuperación tras una rinoplastia?

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La rinoplastia es una de las operaciones estéticas más demandadas. Los motivos por los que se lleva a cabo pueden ser tanto estéticos como fisiológicos.
¿Cómo debe ser la recuperación tras una rinoplastia?
Nelton Abdon Ramos Rojas

Escrito y verificado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas

Última actualización: 13 agosto, 2024

La recuperación tras una rinoplastia es lenta y laboriosa, lo que hace que el resultado definitivo de la operación tarde hasta un año en conseguirse.

La parte superior de la estructura de la nariz es hueso y la parte inferior es cartílago. La rinoplastia puede modificar el hueso, el cartílago, la piel o los tres.

Al planificar la operación, el cirujano considera las características faciales, la piel de la nariz, los posibles cambios, etc. Los planes quirúrgicos suelen ser individualizados.

La rinoplastia, una cirugía de reparación de la nariz

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La rinoplastia es una cirugía que puede cambiar la apariencia de la nariz y mejorar la respiración. Por ello, puede llevarse a cabo por distintos motivos, desde cuestiones estéticas a problemas fisiológicos en la estructura nasal.

Algunos de los aspectos estéticos típicos que se pretenden corregir con una rinoplastia son el limado del caballete, para obtener un perfil más rectilíneo de la nariz, afinar la punta de la misma, acortar su longitud o corregir desviaciones de la totalidad de la nariz.

En cuanto a los problemas funcionales que pueden requerir una rinoplastia encontramos la existencia de malformaciones congénitas como el paladar hendido o el labio leporino, u otras adquiridas debido a un traumatismo.

En ocasiones, pueden existir problemas de desviación de tabique que pueden acarrear dificultades respiratorias en la persona afectada. Sin embargo, cabe resaltar que en estos casos la operación que se llevaría a cabo no sería una rinoplastia, sino una septoplastia.

La Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética elaboró un decálogo en el que recomienda a los pacientes consultar siempre a un profesional con titulación acreditada y valorar bien los motivos para realizar la intervención, entre otras cuestiones importantes.

Tipos de rinoplastia

En la realización de una rinoplastia, existen dos tipos principales de intervenciones quirúrgicas que se diferencian en función de la invasividad del proceso.

Rinoplastias cerradas

Este tipo de intervención es la más utilizada, en aquellos casos que así lo permitan, pues su gran ventaja es su escasa invasividad. Mediante esta técnica se accede a los huesos y cartílagos de la nariz a través de las fosas nasales, a través de pequeñas incisiones. Tras la operación, las incisiones se suelen suturar con puntos reabsorbibles y no quedan cicatrices visibles.

Rinoplastias abiertas

En los casos más complicados, que requieran una gran reestructuración de la estructura ósea nasal, se opta por este tipo de rinoplastias. En ellas, se realiza una incisión en la parte basal (columnela) se realiza un abordaje exterior en el que se exponen los huesos de la nariz. Tras la operación, queda una pequeña cicatriz en la parte basal de la misma.

Lee también: ¿Qué es la rinoplastia y cuáles son sus cuidados?

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Recuperación tras una rinoplastia

Durante las primeras 24 horas tras una rinoplastia, el paciente debe permanecer en absoluto reposo, en una cama con la cabeza elevada. En estas primeras horas, la persona suele sentir fuertes dolores en la nariz y en la cabeza y una sensación de hinchazón general en la cara. Para evitar estos dolores, se recetarán fármacos analgésicos y antiinflamatorios.

Asimismo, en los primeros días del posoperatorio, la nariz permanecerá muy inflamada y amoratada, con hematomas que pueden llegar incluso a la zona de los ojos. Estos efectos se pueden paliar mediante la aplicación de compresas frías. Otro efecto secundario muy común es la presencia de sangrados y una sensación de taponamiento nasal persistente.

Alguna de las instrucciones posoperatorias que se les dará a los pacientes es evitar tanto sonarse la nariz durante estos primeros días como inclinar la cabeza por debajo de la altura del corazón.

Los moratones y la mayor parte de la inflamación desaparecerán durante las 2 o 3 primeras semanas. Los tapones nasales, en caso de ser requeridos, se retirarán tras pocos días. Los apósitos, férulas y suturas se retirarán, como mucho, tras tres semanas.

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Cuidados tras una rinoplastia

Algunos cuidados o precauciones aconsejados por el cirujano son:

  • Evitar las bebidas alcohólicas.
  • Evitar alimentos que requieran masticarse mucho.
  • En caso de utilizar gafas, hacerlo con mucho cuidado.
  • Evitar gesticulaciones o movimientos faciales excesivos.
  • Tomar ciertos medicamentos para el dolor y la inflamación.
  • Lavarse la zona de la nariz con cuidado y con agua tibia.
  • No tomar el sol durante los primeros meses tras la operación.
  • Dormir boca arriba, evitando poner la nariz de lado o presionando sobre la almohada.
  • Mantener, sobre todo durante los primeros días, reposo y evitar al máximo cualquier esfuerzo físico.
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Por último, a la hora de facilitar el proceso de recuperación, es importante disponer de un especialista cualificado que pueda llevar a cabo un seguimiento rutinario y aconseje ciertas pautas.

El correcto seguimiento de estas instrucciones y de los consejos del cirujano, serán determinantes a la hora de conseguir una rápida recuperación. Si todo cursa con normalidad y no existen otro tipo de complicaciones, el paciente podrá volver a su trabajo y rutina normal en cuestión de una o dos semanas.


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