Reglas y recomendaciones para no estresarse
Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira
¿Hay algún consejo útil y rápido para no estresarse? La verdad es que en este tipo de condición psicológica, no hay una fórmula que nos sirva a todos por igual y aún menos que sea efectiva de hoy para mañana.
El estrés se instala de manera lenta y progresiva en nuestra mente y nuestro cuerpo para generar cambios. Estos, por lo general, suelen acabar afectando a nuestra salud.
Desactivar, o al menos controlar su incidencia, requiere sin duda de un conjunto de estrategias. La primera es concienciarnos del problema.
La segunda, tener una voluntad clara y firme de manejar mucho mejor esa situación. Para ello, contamos con buenos especialistas en este campo: existen terapias psicológicas muy efectivas para reducir la carga del estrés.
La tercera estrategia es más amplia: cambiar y mejorar nuestros hábitos de vida. Así, y más allá de lo que podamos pensar, basta con poner de nuestra parte y ser constantes para que poco a poco notemos la mejoría.
Tomemos nota por tanto de un conjunto de interesantes claves.
5 estrategias para no estresarse
Si no tiene solución, ¿para qué te preocupas? Este fragmento de un proverbio árabe está bastante relacionado al estrés. Sin embargo, cabe decir que este consejo no siempre funciona.
- La mente vuelve una y otra vez a los mismos pensamientos. La inquietud los alimenta, crece la angustia y así, caemos casi sin darnos cuenta en esos ciclos desgastantes donde el estrés se vuelve más intenso.
- Estudios como el llevado a cabo por los psicólogos Neil Greenberg y James A. Carr Cliff, nos señalan en un trabajo publicado en la revista “Comparative Biology” que el estrés se relaciona siempre con los estímulos ambientales y sociales que nos rodeen, y la sensación de control que tengamos sobre ellos.
Si experimentamos que las cosas se nos escapan cada vez más de las manos, la inquietud se eleva. Si llega ese día en que asumimos que nada de lo que hagamos puede cambiar o mejorar nuestra realidad, habremos llegado a un punto muy problemático.
Es necesario por tanto integrar una serie de estrategias para evitar que los pequeños problemas, se conviertan en grandes montañas.
1. Ralentiza las cosas, baja el ritmo
El mundo va muy deprisa y nosotros queremos ir por delante de él. Así, cuando la mente va a una velocidad más elevada que la vida, quienes perdemos somos nosotros.
- Aprender a bajar el ritmo implica saber relajarnos. Significa permitirle a nuestro cuerpo un nivel equilibrado de activación donde no acelerarse, donde no haya presiones ni esa inmediatez que ocasiona las taquicardias, las cefaleas…
Un modo de aprender a bajar el ritmo es estructurar de forma correcta nuestros días, ahí donde aparezcan tiempos de descanso y de ocio.
Una mente atenta y centrada
Una estrategia clave para no estresarse es mantener una mente centrada y atenta. Solo así entenderemos qué merece nuestra atención y qué no. Solo de este modo pondremos nuestra mirada en lo que es prioritario, dejando a un lado lo que no es útil.
Una forma excelente de entrenar nuestra mente en la atención es practicando el Mindulness.
Estudios como el llevado a cabo por los doctores Brown, Kirk Warren, Ryan, Richard M, de la Universidad de Manchester, nos indican que este ejercicio de tradición budista, es muy beneficioso para nuestra salud psicológica.
Tú tienes el control sobre tu realidad
Si nos convencemos a nosotros mismos de que nada de lo que sucede es controlable, caeremos en un estado de indefensión aprendida donde poco a poco podemos pasar del estrés a la depresión.
- Hay que aprender a controlar aquello que sí está bajo nuestra responsabilidad. Algo así implica decisión, asertividad y capacidad de gestión.
- Si no controlas tu realidad, esta te controlará a ti. Por tanto, otro secreto para no estresarse es recordar que somos protagonistas de nuestras vidas y que llevamos el timón de mando.
Enfoque hacia lo positivo
Cuando experimentamos estrés nuestra mente deriva hacia lo negativo. Nos decimos a nosotros mismos aquello de “no voy a poder con esto”, “seguro que va a salir mal”, “nadie confía en mí”…
Debemos aprender por tanto a “entrenar” nuestro cerebro hacia la positividad. Cambiar este enfoque no es fácil, no lo lograremos de un día para otro.
Podemos recurrir a un psicólogo para que nos ayude a vencer ese negativismo o bien, nos concienciamos firmemente de la necesidad de hacer un cambio.
Más tips para no estresarse
- Elimina las obligaciones que son innecesarias
- Aliméntate de forma más equilibrada.
- No aplaces las cosas para mañana
- Sé ordenado y organizado
- No quieras siempre controlarlo todo
- Evita hacer muchas cosas al mismo tiempo
- Simplifica el estilo de tu vida
- Practica el yoga.
- Las terapias artísticas te pueden ser de gran ayuda: baila, pinta mandalas, escribe…
- No tengas programado cada minuto de tu día
- Haz las cosas más lento
- Disfruta de las pequeñas alegrías
- Deja de preocuparte por el trabajo cuando llegas a casa
- Haz ejercicio o sal a caminar
- Aliméntate de manera saludable
- Simplifica la cantidad de tareas pendientes
Para concluir, integra estas estrategias para no estresarse en la vida y empieza a realizar cambios. Tu estado de ánimo mejorará día a día.
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- Brown, K. W., & Ryan, R. M. (2003). The Benefits of Being Present: Mindfulness and Its Role in Psychological Well-Being. Journal of Personality and Social Psychology. American Psychological Association Inc. https://doi.org/10.1037/0022-3514.84.4.822
- Greenberg, N., Carr, JA, y Summers, CH (2002). Causas y consecuencias del estrés. Biología integrativa y comparativa , 42 (3), 508-516. https://doi.org/10.1093/icb/42.3.508
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