Relación entre los somníferos y la hipertensión
Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte
Todos los datos disponibles indican que la hipertensión arterial aumenta su prevalencia cada año. Si la enfermedad no se trata de forma adecuada, hasta un 50 % de los pacientes puede fallecer por cardiopatía coronaria, un 33 % por apoplejía y entre un 10 % y un 15 % por insuficiencia renal. Además, parece haber una relación entre los somníferos y la hipertensión.
Esas cifras nos dan una idea de lo inquietante que es la presencia de esta enfermedad. A su vez, varios estudios han logrado detectar una relación entre la hipertensión y los problemas de sueño. Cada vez son más los hipertensos que reportan dificultades para dormir.
Esto ha llevado a que muchas personas que sufren de hipertensión tomen pastillas para dormir de forma relativamente recurrente. Así mismo, hay indicios de que los no hipertensos pueden desarrollar la enfermedad si ingieren somníferos regularmente. Todo esto debe ponernos en alerta frente al uso de esos medicamentos.
Efectos de los somníferos
Las pastillas para dormir son uno de los medicamentos más utilizados en la actualidad. Frente a este fenómeno, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido sobre los efectos adversos que pueden tener este tipo de medicamentos, especialmente cuando se emplean de forma continuada.
La OMS indicó que quienes toman pastillas para dormir, especialmente si se trata de benzodiacepinas, tienen mayor riesgo de presentar muerte prematura. Los que toman hasta 18 dosis al año, incrementan el riesgo de muerte temprana en 3,5 veces. Si aumenta la dosis, también aumenta el riesgo.
La OMS también indicó que el uso de somníferos incide en el aumento de la presión arterial. Por eso aconsejó que quienes tomen este tipo de medicamentos se hagan un chequeo regular con el médico para vigilar sus niveles de tensión arterial.
De otro lado, también señalaron que los consumidores habituales de pastillas para dormir tienen un riesgo ocho veces mayor de presentar eventos cardiovasculares. De hecho, uno de los efectos secundarios de la insuficiencia cardíaca es la dificultad para dormir.
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Los problemas para dormir son indicio de hipertensión
En China se adelantó otro estudio en el cual concluyeron que frecuentemente los problemas para dormir son un indicio de hipertensión. En particular, el insomnio suele estar asociado con los altos niveles de tensión arterial.
El estudio se llevó a cabo en la Universidad Sichuan (China) en asociación con la Facultad de Medicina de Penn State University (Estados Unidos). En total se examinó a 300 adultos, dentro de los cuales había 200 que sufrían de insomnio crónico desde hacía 6 meses.
Después de varias pruebas, la investigación concluyó que quienes tenían más problemas para dormir también tenían una notoria predisposición a ser hipertensos. Los que tardaban más de 14 minutos en conciliar el sueño eran quienes estaban más predispuestos a desarrollar hipertensión.
El sueño y la hipertensión
El Instituto de Investigaciones Fundamentales del Cerebro en Cuba llevó a cabo una investigación sobre los problemas de sueño en las personas que padecen de hipertensión. La investigación se adelantó en 2007 y se llevó a cabo sobre la base de un grupo de 206 pacientes hipertensos.
Los resultados establecieron que el 81,07 % de los pacientes hipertensos tenían problemas para dormir. Solo un 18,9 % dormían sin dificultad. El insomnio y el ronquido fueron las principales dificultades reportadas, ambas con un 57,7 % de prevalencia.
Así mismo, un 39,9 % señalaron que sufrían de apnea del sueño y un 21,8 % de exceso de sueño (hipersomnia). Los que señalaron que dormían una siesta en el día mostraron niveles más estables en su presión arterial. En este grupo, 108 pacientes señalaron que tomaban pastillas para dormir.
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Riesgos y precauciones de los somníferos
Todas esas investigaciones llevan a pensar que existe una estrecha relación entre los patrones de sueño y la hipertensión. En pocas palabras: el insomnio es un factor de riesgo para desarrollar esa enfermedad. Esto lleva a que también sean estas personas quienes con mayor frecuencia acuden a las pastillas para dormir.
Estas pastillas, especialmente las benzodiacepinas, también afectan el nivel de la presión arterial. Así que, por un lado, constituyen una respuesta al problema del insomnio; pero, por otro lado, se convierten en un factor de riesgo adicional para desarrollar o incrementar la hipertensión.
Así, el uso de pastillas para dormir no es aconsejable sino en casos excepcionales y por muy corto tiempo. Lo mejor es acudir a métodos alternativos como la meditación, terapias de sueño y relajación o psicoterapia.
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