Relación médico-paciente: 9 consejos para mejorarla
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
Desde la antigüedad, la relación médico-paciente se ha estructurado como la piedra angular del ejercicio de la medicina. Esta interacción es fundamental para el cuidado de la salud y ha evolucionado hasta convertirse en lo que es hoy.
La asistencia médica de calidad, el diagnóstico certero y el tratamiento oportuno son actos sanitarios que requieren una intrínseca colaboración entre el médico y el paciente. Esta relación surge del humanismo y de la ética.
¿Qué es la relación médico-paciente?
Se trata de una de las múltiples modalidades de relaciones interpersonales que ejercen los seres humanos a lo largo de la vida. Algo similar a la relación madre-hijo o maestro-estudiante. La relación médico-paciente es aquella que permite al enfermo satisfacer su necesidad de salud y al médico cumplir con una de sus funciones más importantes.
Esta interacción simbiótica nació en la antigüedad, junto con el ejercicio de la medicina, y era practicada por chamanes y sacerdotes. Desde el punto de vista bioético, la relación médico-paciente conlleva una responsabilidad compartida que tiene como eje principal atender y restaurar la salud.
Esta relación se inicia aún antes del primer contacto personal. En este sentido, el enfermo suele acudir a consulta con un concepto previo acerca del médico que le atenderá, basado en experiencias propias o de terceros. Esto cambia en situaciones de emergencia, cuando el contacto ocurre de forma súbita e inesperada.
Características de la relación médico-paciente
La relación médico-paciente requiere de gran compenetración humana e integración de valores. Dentro de sus principales características destacan las siguientes:
- Respeto.
- Confianza.
- Comunicación.
- Interés positivo.
- Actitud profesional.
- Empatía y solidaridad.
- Congruencia y concreción.
Tipos de relación médico-paciente
En general, la relación médico-paciente se clasifica tomando en cuenta el grado de actividad y la participación del médico en la interacción, así como la del enfermo. En este sentido, estudios describen los siguientes tipos:
- Relación activo-pasiva: es aquella en la que el médico es quien toma las decisiones y asume la responsabilidad del tratamiento. Se aplica en situaciones en las que el paciente es incapaz de velar por sí mismo, como una urgencia.
- Cooperación guiada: se basa en la guía del médico como experto y la participación activa del paciente en la toma de decisiones. Este tipo de relación se aplica ante enfermedades agudas, como las infecciones o los traumatismos.
- Participación mutua: el médico atiende, supervisa e instruye al paciente, quien llevará a cabo el tratamiento por sí mismo y será quien valorará la prioridad de atención médica. Es la forma más adecuada en las personas con enfermedades crónicas, como la diabetes.
9 consejos para mejorar la relación médico-paciente
En la actualidad, la comunicación de calidad con los pacientes dentro del contexto de atención en salud es un pilar fundamental. Las personas con alguna dolencia necesitan ser comprendidas y auxiliadas. Además, el nivel de satisfacción tras la consulta condiciona la reputación del personal de salud.
Una buena relación médico-paciente permite conseguir mayor apego terapéutico, así como mejores resultados en la evolución de la enfermedad. Una persona que tiene buena relación con su médico es más propensa a seguir las indicaciones a detalle.
1. Escucha activa
Los profesionales de salud se enfrentan a un gran número de pacientes cada día, todos con una personalidad diferente y múltiples formas de exponer sus dolencias. No obstante, tienen como única necesidad ser escuchados y atendidos. En este sentido, es primordial involucrarse activamente con el paciente durante la consulta.
En la mayoría de los casos, escuchar lo que dice el paciente permite obtener información para llegar a un diagnóstico certero. A pesar de que muchas personas manifiesten síntomas similares, si no se da importancia a lo que intentan expresar, no se sentirán atendidos.
2. Empatía en todo momento
Una relación médico-paciente de calidad es aquella que permite despejar cualquier duda que el paciente tenga sobre su enfermedad o el motivo de su consulta. Es crucial colocarse en la posición del paciente y estar atentos a todo lo que dice, así como a los gestos, los cambios posturales y los movimientos.
3. Ambiente tranquilo y acogedor
Un entorno acogedor y agradable permitirá que el paciente se sienta seguro y confiado de poder hablar sobre su salud. De igual forma, el médico debe ofrecer un trato amigable, hospitalario y humanista desde el momento en que el paciente ingresa.
Reconocer al paciente, sus necesidades y sus sentimientos permite crear una mejor conexión. Además, ofrecer un ambiente ameno rompe con barreras de comunicación que podrían entorpecer el plan de tratamiento.
4. Hablar en el lenguaje del paciente
Es común que los médicos utilicen términos técnicos al tratar de explicarle al paciente su estado de salud. Emplear este lenguaje en demasía es un error grave y podría ocasionar confusión.
Por tal motivo, se recomienda flexibilizar el lenguaje al dirigirse a los pacientes, utilizando palabras comunes para explicar a detalle el plan. De esta forma, la relación médico-paciente se verá fortalecida.
5. Cordialidad y buen ánimo
La educación y la cordialidad son dos factores claves en todas las formas de relaciones humanas. A pesar de que los horarios de trabajo puedan ser extensos, mantener una buena actitud hace gran diferencia en la relación médico-paciente.
Una sonrisa, un saludo educado y un trato agradable permitirán mejorar la comunicación con los pacientes. Desde el punto de vista psicológico, la cordialidad y el respeto generan confianza y sensación de alivio.
6. Respetar el horario
La puntualidad es una característica que debe destacar en los profesionales de la salud. Respetar el tiempo de los pacientes y los horarios de trabajo habla de una persona disciplinada y comprometida. En caso de no poder llegar a tiempo a una cita, es recomendable apoyarse en algún asistente para informar a las personas.
7. Mantenerse al día
La buena preparación y la actualización médica continua dotan de gran conocimiento y experticia a los médicos especialistas. En este sentido, es aconsejable mantenerse al día acerca de las nuevas opciones terapéuticas, los brotes de enfermedades y los medicamentos lanzados al mercado.
8. Involucrar la tecnología en salud
Hoy en día, es posible emplear la tecnología para hacer que el paciente participe de forma activa en el cuidado de su salud. Para ello, existen varias aplicaciones y plataformas que mejoran la comunicación médico-paciente.
El uso de estas herramientas permite a las personas obtener mayor conocimiento acerca de su enfermedad, cómo actuar ante diferentes síntomas y cuándo buscar atención médica. Además, las mismas ya representan el futuro de la interacción sanitaria.
9. Educar activamente a la comunidad
El médico cumple un rol de gran importancia en la sociedad como educador. En este sentido, los especialistas deben ser agentes de información acerca de las afecciones más comunes, cómo detectarlas a tiempo y los principales métodos de prevención.
Un vínculo crucial en el cuidado de la salud
La relación médico-paciente es una interacción fundamental para brindar una adecuada atención sanitaria. El rol del médico como fuente de conocimiento debe ser complementado con la participación activa del paciente.
Aplica estos consejos para mejorar la relación con los pacientes y lograr un abordaje de calidad. Recuerda que el buen servicio y la reputación son los que definen y hacen la diferencia en el campo laboral.
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