Las relaciones líquidas y la fragilidad de los vínculos

Las relaciones líquidas se caracterizan por su debilidad. Se crean lazos que se diluyen y se escapan ante cualquier conflicto o con cualquier excusa.
Las relaciones líquidas y la fragilidad de los vínculos
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Última actualización: 06 julio, 2023

Las relaciones líquidas afectan tanto a la pareja como a nuestras amistades, e incluso a la familia. ¿Qué tienen en común? Que su duración es determinada, es decir, tiene un final mucho más próximo de lo esperado.

Parece que la sociedad ha cambiado y nosotros con ella. Antes los vínculos eran más sólidos, mucho más fuertes, y ahora, sin ser conscientes, nos sumergimos en relaciones líquidas que tarde o temprano se pierden en el tiempo.

Las relaciones líquidas en nuestra sociedad

Infidelidades, decepciones, problemas de dependencia emocional… Hay muchas circunstancias pueden hacer que una relación se transforme en tóxica o que, por el contrario, se rompa. En todos estos casos este es el desdichado desenlace.

Mujer sola en la calle

Los lazos que establecemos con el resto de las personas tarde o temprano se quiebran y se transforman en recuerdos. El gran problema es que cuando estos vínculos se rasgan somos conscientes de una terrible realidad: estamos solos.

Pero, ¿por qué han derivado las relaciones en relaciones líquidas? Hoy nos vemos en el aprieto de satisfacer nuestras necesidades lo más rápido posible. Y cuando nos sentimos satisfechos, pasamos a otra cosa. Puede resultar superficial y bastante “egoísta”, pero muchas personas viven esta realidad.

Además, es importante señalar cuantas personas le temen a ese “para siempre”. Queremos disfrutar de la vida, vivir por todo lo alto y sentirnos atados a alguien no es algo que entre en nuestros planes.

Tal vez no se sientan preparadas, quizás quieran sentir esa libertad que les permite ser ellos mismos sin cargas ni responsabilidades. Pero, como todo tiene sus consecuencias, las relaciones empiezan a presentar unos vínculos muy frágiles.

Relaciones líquidas: ¿Sabemos lo que queremos?

Quizás no te sientas identificado con este tipo de relaciones, pero de alguna manera la sociedad te empuja a experimentarlas de forma directa o indirecta.

Reloj que se deshace en arena

En palabras de Zygmunt Bauman, un sociólogo y filósofo polaco, nos vemos obligados a adaptarnos a una sociedad que cambia de una manera muy rápida. Por lo tanto, se nos exige que seamos flexibles para adaptarnos y “acostumbrarnos” a estas transformaciones.

Todo esto no solo da lugar a las relaciones líquidas, sino que, según Bauman, desarrollamos una “identidad líquida” que se endurecerá en el exterior, se vestirá con una armadura. Así, aparentemente será sólida y fuerte, pero por dentro la persona será frágil, débil y estará desgarrada.

Es verdad que con estos cambios continuos, mantener relaciones sólidas puede resultar algo muy difícil. Necesitamos una constante, una estabilidad para poder evitar esos vínculos tan frágiles. Pero en la actualidad esto no es posible.

La importancia que tienen las redes sociales también influye en esta nueva forma de vivir las relaciones. ¿Alguna vez te has preocupado por la cantidad de amigos que tienes en Facebook? ¿Has seguido a personas en Twitter para aumentar tu número de seguidores?

Como puedes comprobar, se prefiere la cantidad a la calidad, y esto también se reflejará en tus relaciones reales. Los más jóvenes quieren ir ligeros por la vida, cambian de amigos y de pareja muy pronto, y cada vez la familia va perdiendo importancia.

Relaciones que se transforman en conexiones

Las personas que mantienen relaciones líquidas saben que no pueden planificar su vida a largo plazo. Los cambios se suceden y de un momento a otro puede que todo dé un giro de 180º. Es por eso por lo que no se comprometen y empiezan a tenerle miedo a los sentimientos.

Saben que los sentimientos pueden generar dependencia y esto no les conviene. Además, son conscientes de que hay muchos peces en el mar, y que si una persona se va puede ser sustituida por otra sin ningún problema.

Con todo esto, podemos decir que más que relaciones lo que se establecen son “conexiones” con otras personas. No nos entregamos al 100% y sabemos que esa relación va a tener su final tarde o temprano.

Regresar a las relaciones sólidas

Hombre pensativo mirando el paisaje

¿Se puede salir de todo esto? ¿Podemos regresar a las relaciones sólidas? Es importante mencionar que no todas las personas se dejan llevar por esta “modernidad líquida”, pero si te has visto sumergido en todo esto o deseas prevenir esta situación, te dejamos tres consejos:

  1. Solidifica tu identidad: conecta con tu “yo” más profundo y descubre qué es lo que verdaderamente quieres o necesitas. De esta manera, conseguirás ser auténtico.
  2. Modifica tu perspectiva: pregúntate si valoras más la cantidad que la calidad y en función de eso cambia tu perspectiva.
  3. Aprende a comprometerte: el compromiso y la responsabilidad no tienen por qué ser negativos, por eso, debes estar dispuesto a arriesgar, a entregarte. No te preocupes tanto, no tengas tanto miedo, solo los que arriesgan ganan.

¿Has establecido relaciones líquidas? ¿Qué piensas acerca de este tema? Aunque parezca que todo es negativo, lo cierto es que elijamos una opción u otra todo tiene sus partes positivas y negativas. En tus manos queda la elección entre las relaciones sólidas o los vínculos frágiles.


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