Síntomas del broncoespasmo
Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto
El síntoma del broncoespasmo es habitual en la infancia y en las épocas invernales. De todos modos, tenemos que saber que estamos ante un signo que revela la existencia de algún mecanismo pulmonar que hay que estudiar.
Excepto en los menores de dos años, donde el broncoespasmo es una entidad clínica en sí misma debido al diámetro pequeño de los bronquios, en personas mayores hay que rastrear patologías de base. Puede ser asma, EPOC o una alergia en desarrollo.
Es así que se tiende a distinguir entre los lactantes y el resto de la población para el estudio de este síntoma. Inclusive, hasta los dos años, su repetición le confiere un nombre diagnóstico particular, que es el de síndrome bronquial recurrente o bronquitis obliterante recurrente.
Por otro lado, para los mayores de dos años hay desencadenantes o patologías preexistentes que explican el síntoma del broncoespasmo. Aquí incluimos a los niños asmáticos, los adultos mayores con enfisema o bronquitis crónica, las alergias estacionales de otoño o primavera, y la contaminación ambiental.
¿Qué es el broncoespasmo?
Los padres suelen saber lo que es un broncoespasmo por constituir un síntoma clásico de la edad pediátrica. Identifican el silbido que aparece al respirar y de inmediato lo reconocen como tal.
Lo que sucede para que ese silbido característico se haga audible es que el bronquio se cierra demasiado y hace silbar al aire al pasar por su interior. Es física pura la que origina el ruido.
Las razones para que el bronquio se cierre demasiado son variadas. A veces responde a una reacción al contenido interno del conducto, y otras veces es una orden que le llega por el sistema nervioso para contraerse.
Un contenido interno capaz de provocar broncoespasmo es la mucosidad. El niño, en ocasiones, empieza con un resfrío con tos; sus glándulas elaboran mocos que se depositan dentro del bronquio y, en el afán por expulsar esa sustancia, se cierra demasiado. Entonces, se produce el silbido y la falta de aire.
Por otro lado, una causa externa es un agente del ambiente que sea tóxico, como el humo del cigarrillo. Ingresa por la nariz y la boca irritando todo a su paso, y el sistema nervioso envía a los pulmones la orden de cerrar el paso de aire para que no llegue el contaminante más adentro. Entonces, de nuevo, tenemos silbidos y falta de aire.
Un caso particular es el broncoespasmo asociado al ejercicio y el deporte. Esto se supone que encara una respuesta del músculo interno de los bronquios a la movilización. En las personas asmáticas, el inicio de la práctica deportiva puede suponer broncoespasmos.
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Síntomas de un broncoespasmo
El síntoma de broncoespasmo clásico es el silbido o sibilancia. Se trata de un ruido agudo que aparece, sobre todo, al espirar, y responde al paso del aire por la estrechez que se formó dentro del bronquio.
Esto conlleva falta de aire o disnea. El grado de la misma es variable en base al grado de obstrucción, la edad del paciente y las enfermedades de base que pudiese tener. No es lo mismo la falta de aire de un asmático controlado que la de un niño de un año.
La tos se caracteriza por ser seca en el broncoespasmo. Tampoco se puede descartar la tos productiva, como imposible de aparecer, ya que ciertas infecciones cursan, al mismo tiempo, con sibilancias y mucosidad en exceso.
La persistencia del bronquio cerrado lleva a un esfuerzo respiratorio que es intenso. Los pacientes asmáticos lo entienden bien porque lo sufren en las crisis. Sus músculos torácicos tienen que hacer más esfuerzo que el habitual para mover el aire en los pulmones.
A causa del esfuerzo desmedido sobrevienen los dolores en el pecho. En los lactantes hay un signo observable que consiste en el hundimiento de determinados músculos del tórax.
¿Cómo se trata y se previene?
Una vez que el broncoespasmo se instaló y está en curso, se requiere medicación broncodilatadora. Lo habitual y más efectivo es el uso de los inhaladores que siempre tienen a mano los asmáticos. La droga por excelencia en este campo es el salbutamol.
Si el síntoma no responde con relativa rapidez, o se agregan signos de gravedad, a veces los médicos prescriben corticoides por poco tiempo, para reducir la inflamación pulmonar. Si hay una infección concomitante, en su gran mayoría son virósicas.
Pero resulta importante prevenir la aparición de los broncoespasmos. Para eso, hay que eliminar el tabaco de las casas, alimentar a los bebés con lactancia materna y ventilar los ambientes hogareños y de oficina.
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Atentos en la época de broncoespasmos
Hay que estar siempre atentos al broncoespasmo cuando tenemos niños menores de 2 años o asmáticos. También los adultos mayores que padecen patologías pulmonares de base. De todas maneras, son los cambios estacionales y el invierno los que nos tienen que poner en mayor alerta.
Si sufrimos broncoespasmo, hay que mantener la calma y consultar con el profesional sanitario. En el caso de las personas con asma, conviene que tengan escrito y memorizado el protocolo de actuación con salbutamol ante las crisis, para aplicarlo llegado el caso.
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