Ten calma: deja que el tiempo cure y que ponga cada cosa en su lugar

Puede que ahora te parezca imposible, pero todo lo que necesitas para lograr calma y encontrarte a ti mismo es tiempo. No olvides que este siempre termina por poner cada cosa donde corresponde.
Ten calma: deja que el tiempo cure y que ponga cada cosa en su lugar
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 23 mayo, 2023

Respira y ten calma, porque el dolor de ahora lo curarán las agujas del reloj. Porque el tiempo, aunque no lo creas, es implacable: tarde o temprano pone cada cosa y a cada persona en el lugar que merece. Hemos de poner voluntad, energía, herramientas personales y una adecuada gestión emocional para que el futuro nos traiga lo que de verdad merecemos: calma y equilibrio.

Es muy posible que ya hayas escuchado esta frase más de una vez: que los días irán sanando tus penas y que, poco a poco, nuestras lágrimas se transforman en nuevas esperanzas. Las agujas del tiempo, por curioso que nos parezca, tienen en realidad dos virtudes: pueden ayudarnos a aliviar el dolor o a convertirnos en personas funcionales que esconden un dolor crónico.

Con ello queremos decir algo importante: para suavizar una pena, para tratar una depresión, el propio paso del tiempo no es la única estrategia.

El tiempo es sabio si tú te lo propones

El tiempo es sabio si tú te lo propones

Nos han educado con ideas algo almibaradas. Esas que nos prometían cosas como que “la vida trae cosas buenas a quien es bueno de corazón”, o que “lo bueno siempre llega a quien sabe esperar”.

A estas alturas de la vida y de tu ciclo vital sabes muy bien que a las personas buenas también les suceden cosas malas. También que la felicidad no llama a la puerta por sí sola por mucho que lo esperemos.

¿Qué queremos decir con esto? Algo muy sencillo: vivir es convertirse en un sabio guerrero capaz de conocer qué batallas merecen ser libradas y qué guerras es mejor evitar. Debemos desarrollar nuevas estrategias emocionales con las que sobrevivir en nuestros escenarios complejos y, a veces, demandantes.

Sanar las penas implica pasar por ciertas etapas

Visualiza por un instante una herida. Para poder sanarla necesitamos, en primer lugar, suturar el corte, el impacto o el traumatismo sobre nuestro cuerpo.

Necesitaremos puntos, un vendaje y tiempo de reposo. Más tarde, iniciaremos una rehabilitación determinada para recuperar la movilidad.

  • En el campo psicológico ocurre casi lo mismo: necesitamos un tiempo de recuperación y otro de rehabilitación.
  • Para sanar las tristezas asume que vas a necesitar un tiempo de calma y recogimiento.
  • Una decepción, un fracaso o una pérdida se procesa en nuestro cerebro del mismo modo que una quemadura, que un golpe físico.
  • Nuestra química cerebral favorece en esos instantes una necesidad de recogimiento donde focalizar toda la atención en nosotros mismos. No lo evites, es el único modo de aceptar los sucedido.

Que el tiempo cure: la verdad siempre sale a la luz tarde o temprano

Tenemos claro ya que para gestionar un momento difícil no hay que quedarse quieto. El tiempo por sí mismo no sana las heridas. Nosotros mismos debemos desinfectar ciertos pensamientos de nuestra vida, e incluso ciertas personas.

  • Para avanzar con sabiduría hay que tomar decisiones difíciles. Es así como el futuro y el paso del tiempo se vive con más integridad.
  • Ahora bien, otro aspecto interesante es el hecho de que la verdad siempre acaba saliendo a la luz.
  • Quien te traicionó con falsedades, tarde o temprano, acaba siendo prisionero de sus malas artes.
  • Aquel que no te escuchó cuando pusiste sobre la mesa una verdad, en algún momento acabará siendo consciente de tu sinceridad.
  • Por ello, es necesario que mantengamos la calma. Porque la hipocresía ajena nunca se sostiene durante largos periodos.

En algún momento, la mentira se derrumba y la falsedad recibe lo que merece.

Cómo mantener la calma en tiempos de dificultad

Cómo mantener la calma en tiempos de dificultad

La presión laboral, los problemas de comunicación con la pareja, la falta de tiempo con nuestros hijos o incluso el sentirnos cansados y apesadumbrados sin razón aparente… Todos ellos son aspectos muy comunes a día de hoy.

Podríamos decir aquello de que se nos ha olvidado cómo ser felices. Sin embargo, es algo más profundo y complejo: nos embarga una especie de angustia existencial donde nuestras prioridades se difuminan.

  • Para mantener la calma en periodos complejos, hazlo: recuerda qué es lo más importante para ti y céntrate en ello.
  • La calma emocional se consigue a través de una calma mental. Eres lo que piensas, así que intenta enfocar tus pensamientos hacia cosas constructivas, positivas y esperanzadoras.
  • Si nos obsesionamos con el ayer, con los errores ya cometidos y las decepciones, no avanzamos y alimentamos aún más el caos mental.
  • Ordena el ovillo de tus pensamientos. Practica la atención plena, centra todo tu interés en el aquí y ahora y enciende tu corazón.

Si gestionas tus emociones de forma adecuada, el destino te traerá lo que mereces, pero debes luchar por ello. Hazlo y verás los resultados.


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