7 tipos de anestesia bucodental
Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa
A la hora de realizar un tratamiento odontológico puede que sea necesario colocar algún tipo de anestesia bucodental. De esta manera, es posible realizar los procedimientos sin que el paciente sienta dolor.
En función a cada caso clínico es posible elegir entre diversos tipos de anestesias. En este artículo detallamos las más utilizadas.
¿Qué es la anestesia bucodental?
La anestesia bucodental es un procedimiento que se utiliza en odontología para eliminar la sensibilidad de la boca. Así los dentistas pueden realizar los tratamientos sin generar dolor ni molestias al paciente mientras trabajan.
La medicación que se coloca inhibe de forma reversible la conducción nerviosa. Se bloquea la sensación de dolor durante cierto período de tiempo, que el odontólogo aprovecha para sus maniobras.
En algunos casos el paciente permanece despierto. En otros, además de no sentir dolor, la persona está inconsciente.
7 tipos de anestesia bucodental
Como ya adelantamos, existen diferentes tipos de anestesias bucodentales que se pueden elegir según cada caso clínico. Incluso, a veces es posible combinar varios métodos para garantizar la comodidad del paciente. A continuación detallamos los 7 tipos de anestesia bucodental más usados.
1. Anestesia local
Es la técnica de anestesia bucodental más utilizada en odontología para eliminar la sensibilidad en la boca. Es útil para la mayoría de los tratamientos dentales que generan dolor, como los empastes, las endodoncias, el tratamiento periodontal, las extracciones y los implantes.
La anestesia es colocada en el interior de los tejidos a través de la inyección del líquido con una jeringa y aguja, por lo que puede ser un método un poco doloroso para algunos pacientes. Su efecto dura alrededor de 2 horas, aunque esto depende del tipo de anestésico empleado y la cantidad usada.
Hay tres tipos de anestesia local que se utilizan en odontología con mayor frecuencia:
- Infiltrativa: es para quitar la sensibilidad de la zona cercana al sitio donde se coloca el líquido anestésico, ya que la medicación actúa sobre las terminaciones nerviosas de la proximidad. Se utiliza de manera habitual para el maxilar superior, para el sector anterior de la mandíbula y para otras zonas concretas.
- Troncular: la anestesia se aplica en cercanía de un nervio troncal, eliminando la sensibilidad de toda la zona inervada por el mismo. En odontología se utiliza de manera habitual sobre el nervio dentario inferior, consiguiendo insensibilizar la lengua, el labio, la encía y la mitad de la arcada inferior de un lado. También se usa, aunque con menos frecuencia, en los nervios palatinos, los nasopalatinos, los infraorbitarios y los mentonianos.
- Intraligamentosa: el líquido se coloca entre el hueso y el ligamento periodontal, en la zona radicular de la pieza dentaria. Se utiliza para reforzar los efectos de alguna de las técnicas anteriores, en casos de infecciones localizadas, endodoncias o tratamientos muy largos.
2. Anestesia tópica
Este tipo de anestesia bucodental se coloca de manera directa sobre la mucosa oral sin la necesidad de un pinchazo. Se comercializa en forma de gel, spray o crema que, al contacto con el epitelio, adormece la zona.
Vienen con distintos componentes en diferentes concentraciones, aunque la lidocaína es uno de los más habituales. Su efecto es limitado, leve y de corta duración, por lo que en general su uso se combina con otras técnicas.
Se prescriben con frecuencia de manera previa al pinchazo de una anestesia local, para minimizar el dolor de la inyección. También es útil para disminuir el efecto nauseoso de algunos pacientes a la hora de tomar una impresión de la boca.
3. Sedación leve con óxido nitroso
Esta técnica de anestesia bucodental consiste en aplicar óxido nitroso y oxígeno a través de una mascarilla. El paciente inhala la mezcla de gases que inhibe la sensibilidad y el dolor, pero permanece consciente durante el tratamiento.
Con esta técnica se evitan agujas y pinchazos, ya que la medicación llega a la persona a través de la inhalación. Se la utiliza con frecuencia para tratamientos periodontales en los que el dolor que provoca la terapéutica no es excesivo.
4. Sedación consciente
Esta técnica facilita la relajación del paciente, permitiendo la realización de los tratamientos de manera cómoda y tranquila, pero con la persona consciente. Se la utiliza en aquellas personas con un alto nivel de estrés, ansiedad o miedo ante los procedimientos odontológicos.
La sedación consciente no es tan utilizada en odontología, ya que es necesario contar con recursos técnicos y humanos específicos. Además, antes de someterse a este procedimiento es necesario que el paciente se realice algunos exámenes médicos para controlar el estado de salud general.
El procedimiento debe ser administrado y supervisado por un médico anestesista o un odontólogo formado. Se controlan así los signos vitales para determinar qué tipo y la cantidad de anestesia que se administra por vía intravenosa. El complemento con anestesia local en la boca es necesario.
El efecto de sedación en el paciente provoca adormecimiento y disminución de los reflejos. Esto dura algunas horas, luego de las que se vuelve al estado normal. Es necesario que los pacientes concurran acompañados por un adulto a la consulta odontológica, quien los ayudará durante el período de recuperación.
5. Sedación por vía oral
Se trata del uso de ansiolíticos orales desde la noche previa o media hora antes de la intervención odontológica. Si bien no es un tipo de anestesia bucodental propiamente dicho, ya que no insensibiliza una zona determinada del cuerpo, se usa para tranquilizar al paciente.
Con el uso de estos fármacos la persona llega más relajada a la consulta, para luego acceder mejor a las intervenciones. Otros métodos de anestesia serán necesarios para evitar el dolor.
La indicación de los fármacos la realiza el odontólogo en la consulta previa. Si bien su uso no es habitual en odontología, es de utilidad en algunos pacientes muy temerosos y ansiosos.
6. Anestesia digital computarizada
Este es un método dispensador de anestesia bucodental regulado por una máquina digital que controla la cantidad y la presión de la introducción de la medicación durante el tratamiento. De esta manera, el flujo es constante y lento, disminuyendo la sensación de dolor e incomodidad que provocan los sistemas de inyección tradicionales.
Se coloca de manera puntual en la pieza dentaria a tratar o la zona de la boca problemática. No se anestesia el resto de los tejidos circundantes, como ocurre con las técnicas convencionales. De esta manera, el paciente no siente la lengua o el labio entumecido, como sucede con el método manual.
Los efectos son rápidos, profundos y casi inmediatos. Con esta técnica es posible tratar muchas piezas dentarias en la misma sesión.
7. Anestesia general
La anestesia general se trata de la ausencia transitoria de sensibilidad de todo el cuerpo, acompañada de pérdida de la conciencia. Este procedimiento no lo realiza el odontólogo en el consultorio, sino que está a cargo de un anestesista en un ámbito hospitalario.
No es el método más utilizado en odontología, sino que se recurre a él para situaciones puntuales. Es de utilidad en pacientes con impedimentos para abrir la boca por sí mismos, para la colocación de múltiples implantes o para realizar cirugías ortognáticas o maxilofaciales.
Consejos para recuperarse una anestesia bucodental
Luego de haber recibido una anestesia bucodental, los efectos de la medicación pueden persistir por un tiempo. Aunque la recuperación completa suele suceder en el mismo día, es posible que continúen las sensaciones hasta por 24 horas.
La alteración en la percepción y coordinación de la boca y la cara son los efectos más usuales. Teniendo en cuenta estos consejos, la recuperación será más favorable:
- Descanso: es importante tomarse un momento para reposar la boca y descansar. De esta manera, se evita movilizar la cavidad bucal, disminuyendo el riesgo de lesionarla por accidente.
- Compañía: es útil contar con el acompañamiento de alguna persona luego de haber recibido la anestesia bucodental. Si hay alguna complicación podrá asistir al paciente de manera oportuna.
- Actividad: lo ideal es suspender actividades que requieran esfuerzo físico. Los movimientos corporales y cambios de posiciones han de hacerse de manera lenta para evitar mareos.
- Hidratación: se aconseja beber agua en pequeñas cantidades y de manera frecuente, tan pronto como sea posible. Es mejor evitar bebidas energéticas, con cafeína y refrescos.
- Alimentación: a medida que pasen los efectos de la anestesia bucodental se pueden incorporar alimentos semisólidos, como sopas, y luego comida más consistente. Es importante evitar masticar mientras la boca esté adormecida para no morderla ni lastimar las mucosas por accidente.
- Medicación: se debe continuar tomando la medicación habitual y la indicada para el tratamiento odontológico, respetando las instrucciones y completando el esquema prescripto. Es fundamental evitar automedicarse, y en el caso de requerir algún tratamiento analgésico, lo ideal es consultar con el dentista.
- Evitar consumir bebidas alcohólicas y fumar: por 12 horas, por lo menos.
- Consultar al dentista: si se experimenta alguna sensación que el dentista no haya comentado, hay dificultad para respirar o la anestesia no se va luego de un día, hay que acudir al odontólogo.
Confiar en el odontólogo
Como has visto, existen distintas técnicas de anestesia bucodental para hacer más cómodo y eficaz el tratamiento odontológico. Será el odontólogo quien elija la más indicada para cada caso clínico en particular.
Es importante que antes de someterse a este tipo de intervenciones dentales el paciente informe al dentista sobre su estado de salud. Comunicar al profesional la medicación que se toma de manera habitual, si se sufre de enfermedades o alergias y si una mujer está embarazada, es fundamental para la planificación del tratamiento.
Aunque el pinchazo de la anestesia pueda ocasionar temor a algunas personas, lo cierto es que este método permite realizar los tratamientos orales de manera cómoda y sin dolor. Confiar en la decisión del odontólogo sobre la técnica a utilizar y llegar a la consulta relajado y con seguridad harán más placentera la intervención.
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