Tratamiento del embarazo de alto riesgo
Escrito y verificado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas
Los embarazos múltiples son considerados embarazos de riesgo por las diversas complicaciones que pueden acarrear. Ojo, esto no quiere decir que todos los embarazos de este tipo vayan a presentar complicaciones, sino que el riesgo de que se presenten es mayor. Entonces, ¿qué es un embarazo de alto riesgo?
El Manual MSD define un embarazo de alto riesgo aquel en el que la madre, el feto o el neonato tienen un aumento de las probabilidades de presentar enfermedades y muerte antes o después del parto. En estos casos es necesario realizar una serie de controles, además de los rutinarios para asegurarse de detectar a tiempo las complicaciones, entre otras cuestiones.
El objetivo de los controles y cuidados adicionales es evitar las consecuencias que puedan tener las posibles complicaciones y conseguir que el embarazo se normalice, en la medida de lo posible.
¿Cuáles son las causas de un embarazo de alto riesgo?
Por definición, cualquier gestación que se desarrolle en los extremos de la edad fértil de la mujer. Es decir, embarazos en adolescentes porque continúan su crecimiento y requieren un aporte de nutrientes distinto. Y, en el otro extremo, los embarazos en mujeres mayores de 40 años.
Todos los embarazos múltiples son embarazos de alto riesgo también puesto que el peso de los fetos suele ser inferior al de los niños nacidos en embarazos únicos. Además, una gestación de gemelos es de menor riesgo que unos trillizos, dado que a mayor número de fetos, mayor es la probabilidad de sufrir complicaciones.
Es imprescindible añadir a esta lista de factores predisponentes el estado de salud previo de la madre. Por ejemplo, una madre con problemas de tiroides, diabética o hipertensa va a tener mayor dificultad para satisfacer las necesidades del feto.
- El hipotiroidismo severo se asocia con retraso mental, por este motivo hay que asegurar que los niveles de hormonas tiroideas sean normales.
- La diabetes y la hipertensión influyen sobre el paso de nutrientes de la placenta al feto. Por este motivo, la diabetes se asocia a fetos macrosómicos (con un peso por encima de lo esperado) y la hipertensión condiciona toxemia (toxinas de microorganismos en sangre) o preeclampsia.
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¿Cuál es el tratamiento?
Como hemos visto en el apartado anterior, existen varias causas de embarazo de alto riesgo. En consecuencia, el tratamiento siempre se debe centrar en el origen de la situación de riesgo.
Por ejemplo, en los casos de hipotiroidismo materno es necesario llevar un control periódico. Puede hacerse a través de analíticas que recojan los niveles de hormonas tiroideas.. Por otro lado, si la madre es diabética o sufre diabetes gestacional es importante cuidar la alimentación y controlar la glucemia.
Lo mismo ocurre en los casos de hipertensión, en los que se monitorizará con regularidad las presiones sanguíneas para evitar que el feto sufra repercusiones.
Además de estas medidas específicas existen una serie de pautas que son comunes en cualquier embarazo de alto riesgo. Las más destacadas son las siguientes:
- Acudir a todas y cada una de las revisiones con su equipo médico.
- Guardar reposo y evitar las situaciones de estrés o sobrecarga emocional.
- En el caso de antecedentes familiares de alguna enfermedad, comunicárselo de manera inmediata al médico.
- No tomar medicación que no sea la habitual sin consultarlo con el especialista: no todos los fármacos son aceptados en el embarazo. Algunos producen malformaciones y otras alteraciones sobre el feto.
- Evitar comer carne y pescado crudo. En este grupo también se incluyen los embutidos.
- No fumar ni tomar bebidas alcohólicas.
- Evitar comer dulces y asegurar una buena ingesta de líquidos (principalmente agua, que es la bebida hidratante por excelencia).
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¿Cómo prevenir un embarazo de alto riesgo?
En primer lugar, si usted o su pareja padecen alguna enfermedad transmisible (como las infecciones de transmisión sexual) se recomienda que no se quede embarazada. Si desea tener hijos, tendrá que hacerlo cuando esté diagnosticada y tratada por el equipo médico.
Si usted es fumadora activa, un buen momento para dejarlo es antes de quedarse embarazada. También se aplica en el caso de fumadores pasivos.
Si usted ha tenido otros embarazos de alto riesgo o en su familia hay antecedentes de embarazo múltiple, el control por ecografías es más habitual que en un embarazo normal. Esto se debe a que un seguimiento estrecho reduce el riesgo de complicaciones.
Por último, se recomienda que acuda a planificación familiar si tiene intención de quedarse embarazada. O a la consulta de ginecología en el caso de que haya abortos previos.
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