Tratamiento del síndrome metabólico
Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López
El tratamiento del síndrome metabólico es aquel especialmente ideado para el control de aquellas enfermedades derivadas –tal y como su nombre indica– del trastorno metabólico en el organismo. Para ello, su objetivo principal es controlar los factores de riesgo que pueden provocar dichas enfermedades.
En general, los objetivos del tratamiento del síndrome metabólico incluyen la disminución de factores de riesgo cardiovasculares, así como los siguientes aspectos:
- Reducción de las causas subyacentes del síndrome metabólico, que generalmente son los siguientes:
- Obesidad.
- Tabaquismo.
- Malos hábitos de higiene.
- Hábitos alimenticios poco saludables.
- Sedentarismo (o falta de actividad o ejercicio físico), entre otros.
- Tratamiento de los factores de riesgo. Este se enfoca en mejorar la sensibilidad de la insulina, por lo que amerita cambios en el estilo de vida del paciente. Por ello se recomienda tanto perder peso como incrementar la actividad física (si la persona presenta algún problema con estos aspectos).
¿Cómo influye la actividad física en el síndrome metabólico?
Entre los beneficios de realizar ejercicio físico de forma regular y constante, se evidencian los siguientes:
- Aumento del HDL. Se trata de la high density lipoprotein, más conocido como “colesterol bueno” porque son lipoproteínas que transportan el colesterol de las arterias al hígado para su excreción.
- Disminución de VLDL y en algunos de c-LDL. Estos son las lipoproteínas aterogénicas.
- Disminución de la presión arterial.
- Reducción de la resistencia a la insulina, por consiguiente influye favorablemente en la función cardiovascular.
¿Y respecto a la dieta?
En cuanto a la reducción de peso controlando la dieta, debe estar basada en la ingesta rica en frutas, verduras, ácidos grasos monoinsaturados o poliinsaturados. Asimismo, se recomienda una dieta rica en fibra y pobre en grasas saturadas para evitar complicaciones como placas de ateroma.
Cuando existe una disminución de c-LDL, se evidencia una mejora en el paciente y una disminución considerable de todos los factores de riego, incluyendo aquellos de tipo cardiovascular en líneas generales.
En definitiva, se recomienda combinar una buena dieta con una rutina de ejercicio físico adecuada. Sobre todo, porque aportan múltiples beneficios a nuestro organismo y, por ende, mejoran nuestra calidad de vida.
Unos hábitos de vida saludables aportan múltiples beneficios, como la disminución de los lípidos y el control de la glucemia.
Sin embargo, es necesario recordar que todas estas medidas deben complementarse (según sea el caso y de acuerdo a las pautas del médico) con un tipo de tratamiento farmacológico. De esta forma, el tratamiento estará completo y podrá beneficiar al paciente con la eficacia deseada para mejorar su calidad de vida.
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El tratamiento del síndrome metabólico
Para combatir el síndrome metabólico, el tratamiento que se recomienda es el farmacológico. Ya que va dirigido a disminuir la resistencia a la insulina, aumentando así la sensibilidad a esta en los tejidos periféricos.
A pesar de que este tratamiento no cuenta con un único fármaco para tratar al paciente, sí existen una serie de medicamentos que, en su conjunto, resultan beneficiosos. Por ejemplo:
- Obesidad.
- Dislipemia.
- Sedentarismo.
- Triglicéridos elevados.
- Controlar la glucemia.
- Hipertensión arterial.
- Tratamiento con aspirina.
Al igual que muchos otros, estos fármacos pueden suponer ciertos riesgos a nuestra salud, por lo que es muy importante que el médico evalúe cuidadosamente la relación riesgo-beneficio.
Tratamiento de la dislipemia
La dislipemia es una alteración del metabolismo de los lípidos. Además provoca la alteración de los niveles de los lípidos y las lipoproteínas. Este es un factor de riesgo en enfermedades cardiovasculares, las cuales son características en los casos de pacientes con síndrome metabólico.
El tratamiento de las dislipemias debe iniciarse con la administración de estatinas, y en caso de que no sea suficiente, combinarlas con fibratos y derivados del ácido nicotínico. ¿Por qué? Porque los fibratos y las estatinas presentan propiedades antiateroscleóticas y antitrombóticas.
Tratamiento para disminuir los triglicéridos
Dado que las personas con síndrome metabólico presentan los triglicéridos elevados, el tratamiento también debe ir dirigido a disminuir estos valores en el paciente. Especialmente en aquellos casos de alto riesgo, en los cuales se utilizaría una serie de fármacos reductores de la LDL, así como fibratos o ácido nicotínico.
Control de la glucemia
Para controlar la glucemia se utilizan fármacos hipoglucemiantes como:
- Metformina. Este es un fármaco antidiabético que mejora significativamente la sensibilidad a la insulina y reduce modestamente los niveles de colesterol y triglicéridos. Es un fármaco de primera elección en diabéticos de IMC mayor de 27.
- Glitazonas o tiazolinendionas. Estos son nuevos fármacos antidiabétios orales. Sus efectos terapéuticos a parte del control glucémico y mejorar la sensibilidad a la insulina son: una mejoría en la función endotelial, una disminución en los niveles de ácidos grasos libres y de la presión arterial. Por todo ello, son de elección en pacientes con D2 con síndrome diabético. Las glitazonas más utilizadas son la rosiglitazona y la pioglitazona.
Control de la hipertensión arterial
El tratamiento farmacológico para la hipertensión arterial debe ir acompañado siempre de las medidas no farmacológicas correspondientes. Los antihipertensivos más utilizados con los IECAS y los ARA-II. Otros fármacos hipotensores utilizados son los diuréticos.
Tratamiento de la obesidad y el sedentarismo
La pérdida de peso debe ser uno de los objetivos terapéuticos básicos en el tratamiento del síndrome metabólico.
Aparte de las medidas recomendadas para combatir este punto, se pueden apoyar en diferentes fármacos para disminuir de peso, como la metformina que consigue disminuir hasta un 5 % de peso, o el orlistat. La utilización de este último junto con las medidas aconsejadas permite disminuir la incidencia de la diabetes un 9 %.
La sibutramina es otro fármaco utilizado para la obesidad. Se trata de un inhibidor de la recaptación de las sustancias químicas conocidas como serotonina y adrenalina, a nivel central. Gracias a ello, consigue pérdidas de peso, hasta 11.6 kilogramos en un período de aproximadamente 6 meses.
El único contra que posee la sibutramina es un pequeño aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial. Por esta razón, no sería un fármaco de primera elección para el tratamiento del síndrome metabólico.
Tratamiento con aspirina
La prescripción de aspirina a dosis bajas (325 mg/día o incluso menos) puede ser una estrategia de prevención secundaria. Especialmente de complicaciones cardiovasculares en pacientes con síndrome metabólico.
En conclusión, unos hábitos de vida saludables benefician tanto al paciente como a la sociedad, ya que también permite controlar tanto la morbilidad como la mortalidad.
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