Tratamiento natural y prevención del asma
Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López
El asma es una enfermedad crónica del aparato respiratorio que puede aparecer a cualquier edad. Hace que las vías respiratorias se inflamen y se estrechen, causando presión en el pecho, dificultad para respirar y tos, principalmente. La prevención del asma pasa por evitar aquello que desencadena las crisis.
Por ello, vamos a explicar cómo podemos afrontar el alivio y la prevención del asma. Lo haremos con la ayuda de una buena alimentación, unos cuantos consejos sencillos y algunos remedios naturales.
El significado emocional
Cuando sufrimos una enfermedad respiratoria crónica puede haber algún aspecto emocional del pasado, antiguo o reciente, que no ha sido tratado. Según la medicina tradicional china, los pulmones están relacionados con la tristeza. Esto puede ser una pista para descubrir cuál puede ser el motivo emocional.
En el asma, concretamente, la persona puede sentir una falta de correspondencia de afecto. O bien, en otros casos, sentirse asfixiado por alguna persona o situación. Eso no significa que la causa sea emocional, más bien ha sido el desencadenante.
Por eso, es importante descubrir cuál es el motivo que provoca el ataque de asma y tratarlo cuanto antes. Esto nos ayudará a notar una gran mejoría.
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Alimentación natural en la prevención del asma
Una alimentación integral, libre de productos refinados (como el azúcar) nos ayuda a subir nuestras defensas y cuidar el sistema respiratorio. Durante las crisis asmáticas podemos simplificar nuestra dieta a:
- Frutas (también jugos, batidos, etc.): pomelo, limón, kiwi y frutos rojos. Evitaremos los envasados, en la medida de lo posible.
- Verduras (también caldos, cremas, etc.): ajo, cebolla, puerro, col, apio, zanahoria. Podemos añadirle una pizca de cayena, que nos ayudará a abrir los bronquios.
De acuerdo con Asthma UK, hay una serie de alimentos a los que solemos ser alérgicos o sensibles. Por tanto, conviene evitarlos, especialmente si ya sabes que somos alérgicos a ellos. Estos pueden desencadenar un ataque de asma. Entre ellos se pueden destacar los siguientes:
- El pan si tenemos intolerancia al gluten especialmente.
- Los lácteos, que además, en exceso, suelen generar mucosidad.
- Procuraremos no abusar de la carne, ya que esta contiene histamina, un componente que puede desencadenar ataques de asma, si somos sensibles a esta sustancia.
- También deberemos evitar los aditivos (sobre todo E221 y E226) y sulfitos que contienen muchos alimentos. Deberemos revisar las etiquetas de los productos que compremos.
No nos olvidemos también de beber agua suficiente durante el día, separada de las comidas y especialmente en épocas de calor y durante esfuerzos físicos. El agua es una gran limpiadora que nos ayuda a arrastrar y eliminar toxinas que pueden ser dañinas para nuestro organismo.
Algunos desencadenantes del asma
Hemos señalado que es importante determinar qué provoca los ataques para facilitar la prevención del asma. Estos pueden ser algunos desencadenantes:
- Algunos casos de asma, sobre todo en niños, pueden estar causados por parásitos intestinales.
- El estrés promueve la aparición y el empeoramiento del asma.
Remedios eficaces en la prevención del asma
Hay suplementos naturales y plantas medicinales que ayudan a prevenir y mejorar las crisis asmáticas. Son, por ejemplo, la miel, el propóleo, el polen, la manzanilla, el regaliz o la vitamina B12. No son los únicos.
Cataplasma de arcilla
Tradicionalmente se emplea esta cataplasma para aliviar los ataques de asma. Con todo, no hay estudios que avalen la eficacia de la arcilla en el alivio del asma. Lo que sí puede es ayudarnos a crear una pasta más compacta y fácil de aplicar.
Así, esta, combinada con el eucalipto, que según algunos estudios ayudaría a relajar los vasos sanguíneos, aliviando así el ataque de asma, podría ser beneficiosa.
Asimismo, esta mezcla que hoy te presentamos contiene tomillo. Esta planta, según algunas investigaciones, presenta poderosos antioxidantes que podrían ayudar a aliviar aquellos ataques desencadenados por las toxinas del entorno.
Aplicaremos una vez al día una cataplasma de arcilla amasada con agua y unas gotas de aceite esencial puro de tomillo, eucalipto y orégano. Este tipo de cataplasma es preferible realizarlo en caliente. Alternaremos la cataplasma en el pecho y la espalda.
Evita dormir con la ventana abierta
Tradicionalmente se suele recomendar a las personas con asma dormir con la ventana abierta porque esto ayudaría a “renovar el aire” de la habitación y facilitaría la respiración.
No obstante, numerosos expertos ponen en duda la eficacia de esta práctica, ya que al abrir las ventanas estamos dejando entrar precisamente a diversos desencadenantes de crisis asmáticas: el polen, la contaminación, el moho… Por eso, si tienes que abrir las ventanas te recomendamos que lo hagas en las horas de menos concentración de polen y contaminación (suele ser por la mañana).
Hidroterapia
Diversos estudios avalan la eficacia de la hidroterapia en el alivio de los problemas respiratorios. Así, el agua puede ayudarnos a aliviar los ataques de asma.
Hoy te presentamos un ejercicio, pero hay muchos. No dudes en consultar a un especialista para encontrar el que mejor te funciona.
Para tonificar el sistema respiratorio aplicaremos chorros fríos directamente sobre los brazos y el torso. Lo haremos durante un minuto, al menos una vez al día. A a continuación secaremos bien la piel, frotando con la toalla para dar calor al cuerpo.
Aire limpio en casa
Es fundamental airear bien la casa, a las horas adecuadas, y que el aire esté purificado, en su nivel justo de humedad. Esto es especialmente para las personas que viven en ciudades contaminadas o que padecen asma alérgica.
También es recomendable encontrar el punto de humedad con la ayuda de humidificadores o deshumidificadores, según cuál sea nuestro problema a tratar.
Como has visto, haciendo algunos sencillos cambios en tu rutina puedes reducir y prevenir los ataques de asma. Además, los remedios que aquí te presentamos pueden ayudarte a aliviar estos ataques cuando se producen.
Con todo, recuerda que lo primero que debes hacer siempre es seguir las recomendaciones de tu médico, que es quien mejor conoce tu caso concreto.
Imágenes por cortesía de Food Thinkers y asimulator
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