9 tratamientos para una cicatriz queloide
Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto
Por lo general, una cicatriz queloide no es dañina para la salud. Sin embargo, estas marcas se consideran antiestéticas y, en muchos casos, se ubican en zonas visibles que afectan la autoestima de quienes las tienen.
Afortunadamente, hoy en día la medicina dispone de múltiples alternativas para mejorar su apariencia, o incluso eliminarlas por completo. ¿Cuáles son las opciones? En esta oportunidad, detallamos las 9 más interesantes.
¿Qué es una cicatriz queloide y cuáles son sus causas?
La Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica define los queloides como el crecimiento excesivo del tejido fibroso durante la reparación de una lesión. Su aspecto supera los límites de la herida original.
Suelen producirse tras un corte de piel, pero también es probable que aparezcan de modo espontáneo, en especial si la persona presenta alguna predisposición.
La revista Acta Médica Costarricense refiere que los desórdenes en la estructura normal de colágeno están vinculados al engrosamiento desproporcionado de la piel durante la cicatrización, lo que da lugar a este efecto indeseable.
Sobre este punto, la Revista del Centro Dermatológico Pascua añade que el aumento de los fibroblastos y de la matriz colágena deriva en secuelas cutáneas hipertróficas y dolor.
Síntomas de una cicatriz queloide
El principal síntoma de los queloides es la apariencia endurecida y abultada. Otras características de esta afección son las siguientes:
- Picor.
- Dolor.
- Irritación.
- Enrojecimiento de la carne.
- Protuberancia con rebordes o nodular.
- Alteraciones de sensibilidad en el área.
Ahora bien, estas cicatrices tienden a desarrollarse en cualquier parte del cuerpo, aunque las zonas de mayor frecuencia son el lóbulo de la oreja, el cuello, la cabeza y el tórax.
A veces, con el tiempo, los queloides minimizan su tamaño hasta hacerse menos visibles.
¿Puede prevenirse una cicatriz queloide?
De acuerdo con una publicación de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, los queloides son más comunes en las personas de raza negra, los asiáticos, los hispanos y los menores de 30 años. Asimismo, aluden que la predisposición puede transmitirse de padres a hijos.
Todos estos factores inciden en la posibilidad de crearse esta clase de cicatrización. No obstante, poner en práctica ciertos cuidados ayuda a evitar la deformación de las marcas.
Destacan entre los consejos utilizar protector solar, cubrir la lesión y aplicar los medicamentos recetados por el doctor. Además, a los pacientes propensos y con pleno conocimiento de su condición, les sugieren evitar procedimientos de perforación y las cirugías que no sean necesarias.
Tratamientos para quitar una cicatriz queloide
De acuerdo a las características de la cicatriz, el procedimiento frente a una queloide lo determina un dermatólogo. Hay terapias conservadoras como el maquillaje de camuflaje, un método conveniente si la persona prefiere evadir otras técnicas.
Tal vez haga falta combinar varios procedimientos para borrar las cicatrices. Veamos cuáles son los tratamientos recomendados.
1. Láser
Varias sesiones con láser de luz pulsada contribuyen a aplanar el bulto que evidencian los queloides. El intervalo entre sesiones es de 1 a 2 meses. Para una mejor respuesta estaría bien acoplar las terapias con ampollas de cortisona.
2. Inyecciones de corticoides
Las inyecciones de corticoides ejercen efectos antiinflamatorios e inmunosupresores. Estas dosis bajan la hinchazón del queloide. El objetivo es que la marca se vea más llana.
Para ello, el especialista diagnostica el tipo de sustancia que se va a infiltrar y el número de sesiones pertinentes. En la mayoría de los casos, establecen 3 punciones, espaciándolas cada mes.
3. Cirugía
La intervención quirúrgica como tratamiento para una cicatriz queloide confronta opiniones. Si bien la resección e infiltración del abultamiento podría reducir su recurrencia, para algunos es considerada la última alternativa.
Ocurre que la remoción de estas cicatrices en personas con antecedentes amplía el riesgo de nuevas formaciones. El consenso sobre la operación está en recurrir a ella solo si los mecanismos estéticos mínimamente invasivos no ofrecen resultados. A su vez, se cree que los riesgos disminuyen al combinar la cirugía con otras terapias.
4. Toxina botulínica
El boletín Cirujano General reseña que el empleo de la toxina botulínica tipo A (TBA) es una elección terapéutica eficiente en cuadros de cicatrización queloide. Por su parte, la revista Cirugía Plástica Ibero-Latinoamericana resalta la influencia de la TBA en la apoptosis y la proliferación celular, lo que induce a una mejoría clínica e histológica de los queloides.
Las infiltraciones de TBA deberían aplicarse cuanto antes para aliviar la tensión que provoca el traumatismo o la lesión. Con 2 o 3 sesiones empiezan a notarse los cambios. El número total de citas lo establece el médico.
La Academia Española de Dermatología y Venereología acota que, de no percibir mejoras en el aspecto de la cicatriz, al menos está comprobado que la toxina botulínica casi siempre sana el prurito asociado a las queloides.
5. Pomadas
Las pomadas favorecen el encubrimiento de la cicatriz, calman la picazón, previenen las molestias y alivian el dolor. Se trata de corticoides tópicos con particularidades antiinflamatorias, vasoconstrictoras, antipruriginosas, antiproliferativas y apoptóticas, indica la Fundación Piel Sana.
Por lo general, son fórmulas que contienen desoximetasona, fibrinolisina y sulfato de zinc y de cobre. Debido a la delicadeza de estas medicinas tópicas, tiene que recetarlas un profesional de la salud.
6. Presoterapia
La presoterapia se basa en comprimir con cintas aislantes y vendajes elásticos las cicatrices queloides. Es una técnica reductora, argumenta en un trabajo la revista Medicina Integral.
Para la efectividad de esta técnica, la presión tiene que ser de 24 milímetros de mercurio (mmHg). Con ello, supera la presión capilar normal, precisa un análisis de la revista Cirugía Plástica Ibero-Latinoamericana.
Es recomendable que la presoterapia dure varios meses, en lapsos de 12 a 19 horas.
7. Silicona
Este tratamiento consiste en cubrir la cicatriz con un parche autoadherente e impermeable. La banda es ideal para que la piel no se enrojezca y para bajar la altura de la protuberancia.
Antes de ponerla en el queloide, limpia y seca el área. La curita tiene que actuar por 12 horas en un periodo de 3 meses. Déjala mientras lleves a cabo tus actividades diarias; no importa si se moja, los parches están preparados para reutilizarse al menos una semana.
8. Radioterapia
La Asociación Colombiana de Dermatología asevera que la radioterapia es positiva en el manejo de queloides y la prevención de recurrencias. El procedimiento ha demostrado mejores resultados si lo antecede una cirugía que destruya el tejido queloide.
Máximo 3 días después de la operación, avanza la radiación para transformar el queloide en un tejido hipocelular e impedir la proliferación desmedida de fibroblastos. La ejecución de esta técnica amerita la participación conjunta de cirujanos plásticos, dermatólogos y radiólogos.
9. Remedios naturales
La medicina natural es menos costosa que otros tratamientos para una cicatriz. Existen remedios caseros que atenúan los queloides. El aloe vera, la miel y el agua de rosas destacan entre las opciones orgánicas que disimulan estas marcas indeseadas.
Dichos ingredientes tienen propiedades afamadas por favorecer la salud y el aspecto general de la piel.
¿Existe peligro de complicación por una cicatriz queloide?
Las cicatrices queloides no suponen peligros para la salud. En pocos casos, los médicos ordenan biopsias con el fin de descartar otra clase de lesiones cutáneas.
Siempre que cumplas los consejos de los especialistas, la cicatrización no empeora. En esta misión son importantes los parches, las cremas hidratantes, los sueros tópicos y el protector solar.
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