5 señales que indican que eres una persona ninfómana

Existen muchos malentendidos y estigmas en relación con la ninfomanía. Te enseñamos qué es y cuáles son sus señales más características.
5 señales que indican que eres una persona ninfómana
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Última actualización: 03 junio, 2023

El término «ninfomanía» se utiliza con bastante frecuencia en la cultura popular. Alude a las mujeres que manifiestan un deseo sexual excesivo, la mayor parte del tiempo de carácter incontrolable. En la actualidad, no se emplea en el entorno clínico, donde predomina el término trastorno de hipersexualidad o comportamiento sexual compulsivo. Hoy te enseñamos las señales de que eres una persona ninfómana y qué puedes hacer al respecto.

Tal y como señala el Diccionario de la APA, la palabra ninfomanía casi siempre se usa para reflejar las actitudes culturales negativas con respecto a la sexualidad femenina. A lo largo de este artículo lo usamos debido a que es el término más arraigado en la sociedad, pero nos alejamos de las asociaciones despectivas o recriminatorias. Antes de indicarte las señales, es preciso que indaguemos un poco en el término.

¿Qué es la ninfomanía?

Como bien apunta un trabajo divulgado en Journal of International Women’s Studies, la palabra ninfomanía se popularizó en la Inglaterra victoriana del siglo XIX. En ese entonces, la sociedad pensaba que las mujeres con deseos sexuales insaciables eran delincuentes, y su comportamiento moralmente reprobable.

Por su parte, los médicos consideraban a la ninfomanía una condición médica. Aun así, no era tan estudiada; de modo que las atribuciones eran más populares que clínicas. Durante el siglo XX hubo varias exploraciones a sus causas, síntomas y tratamiento, y poco a poco cayó en desuso para reemplazarse por el trastorno de la hipersexualidad o comportamiento sexual compulsivo.



Aunque en su momento se propuso para su inclusión en el manual diagnóstico internacional, no se reconoce como tal en el DSM-V. Sí está en la edición vigente de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) como trastorno de comportamiento sexual compulsivo. En todo caso, se estima que su prevalencia oscila entre el 3 y el 6 % de la población mundial.

5 señales de que una persona es ninfómana o hipersexual

Como ya se ha indicado, el término ninfomanía ha variado mucho a lo largo de la historia. También lo ha hecho, entonces, los síntomas o características que se le atribuyen. Ya hemos señalado al inicio que dejamos a un lado las asociaciones negativas, de manera que nos enfocamos solo en los aspectos objetivos que se relacionan con lo que hoy se sabe de los deseos sexuales compulsivos.

1. Pensamientos, impulsos o comportamientos repetitivos en relación con el sexo

El síntoma más característico de la ninfomanía gira en torno a las ideas, los impulsos y las acciones de carácter sexual que se manifiestan de forma repetitiva. Ciertamente, el deseo sexual no es algo ocasional; se trata de un comportamiento que se desarrolla con recurrencia, hasta el punto de que abarca todos o casi todos los aspectos y momentos de la vida.

Como se reseña en un trabajo divulgado en BJPsych Advances en 2022, si el aumento del impulso sexual interfiere con otros objetivos no sexuales de la vida del sujeto (trabajo, relaciones familiares y demás), entonces se puede decir que se trata de un comportamiento sexual que se aleja de lo convencional. Ya en su momento el aumento disruptivo del deseo se consideraba la pieza central del trastorno.



En función de las características individuales, los pensamientos y los impulsos se pueden materializar de muchas formas. Por ejemplo, mediante el uso de la masturbación y la pornografía, o con otras personas. El tiempo consumido por fantasías, urgencias o conductas sexuales interfiere con sus metas u obligaciones.

2. Problemas para detener o reducir los impulsos

Los impulsos se caracterizan por ejecutarse sin deliberación. Por tanto, son muy difíciles de controlar, por no decir imposibles. Los problemas para hacer frente a las ideas y los comportamientos en relación con el sexo, el deseo y el placer se relacionan con una característica más: los intentos fallidos por cambiar o controlar los episodios.

Como no podría ser de otra manera, y como señala un trabajo divulgado en Journal of behavioral addictions, esta incapacidad para hacer frente a los impulsos se traduce en un deterioro del bienestar de la persona. También, en las relaciones interpersonales (laborales, familiares, de amistad y demás) que ella desarrolla con su círculo.

3. Inestabilidad emocional

Un estudio publicado en Journal of Clinical Medicine advierte que, en promedio, se estima que entre el 72 y el 90 % de las personas con comportamientos sexuales impulsivos desarrollan una comorbilidad con los trastornos del estado de ánimo. La ansiedad y la depresión son los más comunes; pero los sentimientos de vergüenza, remordimiento y culpa son frecuentes.

También se ha reportado que las personas manifiestan frustración, preocupación, estrés y baja autoestima. Resulta curioso que, con bastante frecuencia, se incurre en el comportamiento sexual o en la consecución del impulso como un método para hacer frente a todos estos sentimientos. Esto a pesar de que, luego de ejecutarlos, los sentimientos regresan o empeoran.

4. Problemas para iniciar o mantener una relación

Ya hemos indicado que las señales de ninfomanía se materializan de muchas formas. Un estudio divulgado en Sexual and Relationship Therap encontró que las personas con hipersexualidad canalizan sus impulsos a través de la masturbación compulsiva (56 %), uso de pornografía (51 %) y sexo extramarital (21 %). Todo esto, por supuesto, tiene una repercusión negativa al momento de iniciar o mantener una relación de pareja.

Dado que la persona no puede controlar el impulso, incurre en estas prácticas repetitivas con independencia del compromiso o la voluntad de tener una pareja estable. A menudo, pueden llegar a mentir o encubrir sus acciones, en parte por la vergüenza que manifiestan al respecto; en parte por el deseo de que los demás no los abandonen por su comportamiento.

5. Busca nuevas sensaciones por encima de todo

Como no podría ser de otra manera, la ninfomanía y la conducta hipersexual se asocia con conductas de alto riesgo. Por ejemplo, el querer materializar el impulso con otras personas puede elevar el riesgo de contraer una infección o enfermedad de transmisión sexual. Muchas de ellas también desarrollan el trastorno por uso de sustancias, y la relación es bidireccional entre estos trastornos.

Es importante señalar que no todas las personas con ninfomanía desarrollan una parafilia. Aun así, muchas de ellas sí lo hacen. Por ejemplo, manifiestan una inclinación hacia el voyerismo, el exhibicionismo, el sadismo o el fetichismo. De nuevo, una persona ninfómana no tiene una parafilia, pero con el tiempo algunas de ellas asumen cierta inclinación.

¿Qué hacer en el caso de presentar estas señales?

La ninfomanía o hipersexualidad ha existido desde siempre, aunque la forma de abordarla ha variado según el desarrollo y la cultura de cada sociedad. Ten en cuenta que implica un aumento de la actividad sexual que se asocia con la angustia y el deterioro funcional. Aunque no está tipificada como diagnóstico, la terapia psicológica puede ser de gran ayuda.

La terapia cognitiva-conductual, la terapia psicodinámica y la terapia de pareja o familiar suelen ser el punto de partida. Es necesaria la intervención si la persona padece de ansiedad, depresión o trastorno por consumo de sustancias. En ciertos contextos, se puede considerar el uso de medicamentos.

Identificar las señales de que eres una persona ninfómana es el primer paso. Si el comportamiento es de carácter disruptivo y está interfiriendo en la dinámica diaria, entonces es momento de buscar ayuda. Reconocer que se tiene un problema es indispensable para encontrarle una solución.


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