5 maravillosos trucos para hacer las toallas más suaves
El tiempo deteriora todas las prendas de ropa, pero especialmente las toallas, sometidas a continuos cambios de temperatura y humedad. Por ello, cuando pasa una temporada, notamos cierta aspereza que crece con los meses si no ponemos remedio para hacer las toallas más suaves.
¿Por qué es complicado poner las toallas más suaves?
Hay diferentes motivos que hacen que las toallas pierdan esa suavidad que las hace tan agradables. Los más habituales son estos que vamos a ver, presta atención:
Minerales en el agua que se adhieren a los tejidos
El efecto de esos minerales es que van eliminando la prestancia inicial de nuestras toallas. Mucho ma´s cuando se trata de aguas duras. De esta manera, con el tiempo llegan incluso a raspar la piel si no hacemos nada para evitarlo.
Los suavizantes contienen lubricantes y silicona
Los productos para suavizar la ropa forman una película que impide la absorción del agua. Aunque suene paradójico, lo que en un principio nos ayuda a conservar las toallas más suaves, a largo plazo produce el resultado contrario.
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El planchado favorece el envejecimiento de las fibras
Como bien sabemos, al igual que la temperatura baja sirve para mantener cualquier elemento en su estado original, las temperaturas altas debilitan la ropa. Si eres de aquellas personas que necesitan ver todo perfectamente planchado, intenta hacerlo con la plancha no demasiado caliente
No las oxigenamos los suficiente
Si secas las toallas y otras prendas al aire, agítalas de vez en cuando para que les entre aire. De esa manera conseguirás toallas más suaves y durante más tiempo.
5 trucos para hacer las toallas más suaves
1. Usa limón y vinagre antes de meterlas en la lavadora
Antes de empezar con el método habitual de lavado, prueba a realizar un prelavado con agua fría añadiendo un chorro de limón y de vinagre. Las propiedades de estos productos en el hogar son tales, que te garantizarán una toallas más suaves.
No temas por los restos de olor, ya que después del aclarado las meterás en la lavadora como de costumbre. De esta manera la acidez de estos productos será imperceptible al olfato (pero no al tacto, afortunadamente).
2. Evita los suavizantes químicos
Como decíamos anteriormente, los beneficios iniciales de estos productos se vuelven en contra de nuestros propósitos. Algunos de sus compuestos crean una cobertura invisible que impide que los tejidos absorban el agua como debieran.
3. Añade amoniaco y vinagre en la lavadora
Mientras que el amoniaco impide que los detergentes se adhieran tan fuertemente a los tejidos, el vinagre tendrá el mismo efecto con las sales minerales del agua que mencionábamos con anterioridad. De esta manera, podremos hacer que tus toallas estén más suaves.
4. No abuses ni del jabón ni del detergente
Más no es más, es decir, usar detergentes o jabones en abundancia no implica una mayor limpieza, sino que corremos el riesgo de que ocurra lo contrario.
Si usamos algunos de los trucos mencionados, una pequeña cantidad de los mismos será suficiente para devolver la suavidad a tu ropa de baño.
5. No sobrecargues el tambor
Para que todo lo dicho funcione, tendrás que calcular la carga de lavado, porque si incluyes una gran cantidad de ropa los remedios caseros no tendrán el efecto completo. Además, la fricción de unas toallas contra las otras las endurecerá y, por tanto, impedirá que tengas unas toallas más suaves.
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¿Es el secado importante para conservar las toallas más suaves?
La respuesta es que sí: más de lo que parece. Lo ideal es meter la colada dentro de la secadora, junto con una bola de secado o con una pelota de tenis. Estos elementos suavizan las toallas, al frenar el efecto del roce entre las mismas.
Si no tienes secadora, no expongas las toallas a altas temperaturas durante mucho tiempo, envejecerás las fibras. Y recuerda lo que te dijimos al principio: agítalas más de una vez para abrir los poros y eliminar tanto las transferencias químicas como de minerales.
Así, con estos trucos obtendremos toallas más suaves, pero al mismo tiempo ahorraremos dinero, tanto en jabones y detergentes como en la renovación de nuestros juegos de baño. Prueba estos consejos y no te arrepentirás. ¿Te animas?
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.