Tuberculosis renal: diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de la tuberculosis renal es microbiológico. Requiere el aislamiento y cultivo de Mycobacterium tuberculosis en muestras biológicas.
Tuberculosis renal: diagnóstico y tratamiento
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 10 julio, 2023

La tuberculosis renal es una infección de evolución crónica, producida principalmente por la bacteria Mycobacterium tuberculosis. Puede comprometer ambos riñones, originando insuficiencia renal y la muerte del paciente.

El origen es frecuentemente pulmonar y se da en muchos de los pacientes con tuberculosis pulmonar. Mycobacterium tuberculosis llega a los riñones por la sangre, por contigüidad y por vía linfática. La tuberculosis renal es la segunda forma extrapulmonar más frecuente.

Las localizaciones iniciales de la tuberculosis renal son el riñón, el epidídimo y la próstata. Sin embargo, el resto de los órganos genitourinarios se pueden ver afectados.

Síntomas de la tuberculosis renal

¿Se pueden limpiar los riñones? es una pregunta que muchas personas se hacen.

Algunos de los síntomas más frecuentes de la tuberculosis renal son las siguientes:

  • Dolor en la zona del riñón.
  • Micción frecuente y dolorosa.
  • Sangre en la orina.

La mayoría de pacientes presentan una reacción positiva a la tuberculina y al cultivo para bacilo de Koch en orina. En el hombre es frecuente que se asocie a una epididimitis y, aunque menos frecuentemente, a una prostatitis.

Diagnóstico de tuberculosis renal

El diagnóstico de la tuberculosis renal es microbiológico. Requiere el aislamiento y cultivo de Mycobacterium tuberculosis en muestras biológicas.

El diagnóstico microbiológico

El diagnóstico microbiológico se establece en tres etapas sucesivas:

  • Demostración de bacilos ácido-alcohol resistentes.
  • Aislamiento de M. tuberculosis en cultivo puro.
  • En determinados casos, estudio de sensibilidad in vitro a fármacos antituberculosos.

En relación a las micobacterias hay que tener en cuenta que requieren técnicas de tinción específicas para su identificación debido a la alta cantidad de lípidos que posee su pared celular. Además, son de crecimiento lento y los cultivos en medios sólidos deben incubarse durante 8 semanas.
La tinción y el examen microscópico directo es el procedimiento más fácil y rápido, y puede dar una confirmación preliminar del diagnóstico.

Las proteínas en la orina suelen detectarse con un uroanálisis.

Cultivo e identificación de micobacterias

Se disponen de distintos medios de cultivo: sólidos, líquidos radiométricos, líquidos no radiométricos y bifásicos. Actualmente, el empleo de la combinación de un medio sólido y un medio líquido se considera una de las de mayor sensibilidad y rapidez.

Las técnicas más eficaces son la de lisis-centrifugación y técnicas radiométricas. Su uso está indicado en pacientes VIH severamente inmunodeprimidos y en los casos de fiebre de origen desconocido.

Nuevas técnicas de diagnóstico: amplificación génica de ADN o ARN

Estas técnicas, que generan millones de copias de ácido nucleico especifico del complejo M. tuberculosis, permiten establecer diagnósticos rápidos.

Estudios de sensibilidad in vitro (antibiograma)

Así mismo, se disponen de distintos métodos radiométricos y no radiométricos para el estudio de la sensibilidad in vitro.

Diagnóstico anatomopatologíco

El diagnóstico anatomopatológico consiste en el estudio histológico de muestras obtenidas por punción y aspiración con aguja fina y biopsia.

Tratamiento de la tuberculosis renal

Para el tratamiento de la tuberculosis renal es preciso asociar varios fármacos para prevenir la aparición de resistencias. La mala adherencia o el abandono del tratamiento también favorecen la aparición de resistencias.

Además, el tratamiento tiene que ser prolongado para evitar la recidiva. El mejor método para el seguimiento de la repuesta al tratamiento es la evaluación bacteriológica.

Los fármacos para el tratamiento de la tuberculosis se clasifican en dos grupos en función de su eficacia, potencia y efectos tóxicos:

  • Fármacos de elección para el tratamiento de casos iniciales:
    • Bactericidas: isoniazida, rifampicina, pirazinamida y estreptomicina.
    • Bacteriostáticos: etambutol.
  • Fármacos de segunda elección: son menos activos y con más efectos secundarios. Se usan para las formas resistentes o en situaciones clínicas especiales. Algunos son difíciles de conseguir y solo deben ser manejados por personas expertas. Entre estos fármacos están los siguientes:

Efectos adversos del tratamiento de la tuberculosis renal

El efecto adverso más frecuente es la hepatotoxicidad que puede ser producida tanto por la isoniazida como por la rifampicina.

Los efectos secundarios leves son relativamente frecuentes y no requieren la retirada de la medicación. Las formas graves obligan a retirar fármacos o modificar el esquema de tratamiento, pero solo se dan en el 3-5 % de pacientes con pautas cortas.

La situación real de la tuberculosis renal en todo el mundo no es bien conocida. Las diferencias entre los pacientes de los países desarrollados y en desarrollo no están bien establecidas. Habría que estudiarlo con más profundidad.


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