Cómo hacer tus propias compresas flexibles de hielo y por qué es bueno tenerlas
Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira
Las compresas flexibles de hielo y las famosas bolsitas de gel que tenemos en el congelador de casa son muy útiles, tanto para niños como para adultos, y nunca pueden faltar. Son cómodas, prácticas e ideales para aliviar golpes o como terapia de frío para lesiones, e incluso para cuando se tiene fiebre.
Estas bolsas rellenas con un gel azul se pueden conseguir en cualquier farmacia. No obstante, también es posible hacerlas en casa. En esta entrada te traemos dos excelentes ideas para hacer tus propias compresas flexibles de hielo. ¡Toma nota!
Aspectos a tener en cuenta sobre las compresas flexibles de hielo caseras
Existen muchas maneras de hacer compresas de hielo. Sin embargo, conseguir que sean flexibles es lo que no resulta del todo común. Esto se logra gracias al alcohol que ayuda a evitar que el agua dentro del plástico se congele del todo.
La combinación de agua y alcohol alcanza temperaturas tan bajas como el hielo, pero sin cristalizarse como tal. De esta forma, se consigue una bolsa reutilizable las veces que quieras, a diferencia del cubo de hielo que se derrite.
En caso de derretirse o calentarse la bolsa, basta con introducirla de nuevo en el congelador para poder volver a utilizarla.
1. Con alcohol isopropílico
¿Qué necesitas?
- 1 taza de alcohol isopropílico (250 ml) (ten en cuenta que, a mayor grado del alcohol, más suave será la bolsa).
- 2 tazas de agua (500 ml).
- 2 bolsas de cierre hermético.
- Colorante (opcional).
¿Qué debes hacer?
- En una de las bolsas, vierte el agua y el alcohol y mezcla muy bien ambos líquidos.
- Si quieres agregarle colorante, este es el momento. Puedes hacerlo del color que quieras, aunque si deseas que se parezca a una compresa comercial, con dos gotitas de colorante azul bastará.
- Cierra la bolsa intentando quitarle el mayor aire posible e introdúcela dentro de la otra bolsa.
- Mete la bolsa en el congelador 12 horas antes de su primer uso.
Como has podido comprobar, es muy sencillo y económico. No obstante, si no encuentras el alcohol, hay otra opción muy accesible que seguro podrás realizar.
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2. Con detergente líquido para lavar los platos
¿Qué necesitas?
- Detergente para lavar platos.
- Dos bolsas de cierre hermético.
¿Qué debes hacer?
- Simplemente vierte una buena cantidad de detergente (más o menos un bote de los pequeños) dentro de una de las bolsas.
- Cierra muy bien todo, debes sacar todo el aire que pueda encontrarse dentro.
- Introduce esta bolsa dentro de la otra y cierra ambas para evitar cualquier fuga.
- Luego llévala al congelador unas 6 horas antes de su uso.
¿Por qué es necesaria una compresa de gel fría?
Las terapias de aplicación de frío se emplean para tratar muchos tipos de lesiones, ya que proporcionan un efecto analgésico para las lesiones y moretones. Los efectos fisiológicos de la terapia de frío incluyen la reducción del dolor, el flujo sanguíneo, el edema, la inflamación, el espasmo muscular y la demanda metabólica.
Las compresas de gel son muy útiles en casos de espasmos musculares y golpes, ya que aceleran el proceso de recuperación de cualquier lesión.
- Evita la formación de moretones en las áreas lastimadas.
- Previene la presencia de hemorragias.
- El frío proveniente del hielo puede causar quemaduras y es muy engorroso por el agua que escurre debido al descongelamiento. Este problema se resuelve con la compresa de gel frío.
- Estas compresas son reutilizables, por lo que puedes congelarla y descongelarla cada vez que quieras.
- Son muy cómodas porque se pueden adaptar prácticamente a cualquier parte del cuerpo. Si tienes una lesión en la rodilla, en el cuello, en la muñeca, esta se amoldará.
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Recomendaciones para usar las compresas de hielo
Son muchas las investigaciones que concluyen que la aplicación de compresas de hielo es eficaz en el tratamiento de lesiones, pero debe aplicarse en repetidas ocasiones durante 10 minutos para que tenga un mayor efecto, evite los efectos secundarios y pueda prevenir posibles lesiones posteriores.
Te recomendamos usarlas con mucho cuidado. Aunque no es habitual, emplea una gasa o paño ligero que proteja tu piel del contacto directo para evitar alguna quemadura por frío.
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