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14 cambios que ocurren en el sexo cuando cumplas 30 años

5 minutos
Llegar a las primeras tres décadas de la vida puede resultar tan enriquecedor como divertido. Descubre qué ocurre específicamente en el ámbito sexual del hombre y la mujer cuando escala los 30.
14 cambios que ocurren en el sexo cuando cumplas 30 años
Isbelia Esther Farías López

Escrito y verificado por la filósofa Isbelia Esther Farías López

Última actualización: 01 junio, 2023

Los cambios en el sexo que llegan con los años son silenciosos, impredecibles y, en algunas ocasiones, problemáticos, tanto para los hombres como para las mujeres. Por ello, nos hemos preocupado por brindarte información sobre las alteraciones en tu cuerpo a partir de los 30 años con el objetivo de que seas consciente de su existencia y aprendas a sobrellevarlos.

La mayoría de las personas se vuelve más flexible según transcurre el tiempo y, regularmente, ve la sexualidad con madurez.

Ya sea por las experiencias vividas, lo que ha visto o sabido de terceros o bien porque toma conciencia de que muchos tabúes solo se vuelven obstáculos para su disfrute. Se llega a esa edad con cierta experiencia que facilita el desempeño sexual en la intimidad.

A continuación te comentamos los cambios que ocurren en el sexo una vez que has cumplido 30 años.

Sexo en los hombres de 30 años

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Con unos cuantos juegos preliminares y un poco de estimulación visual, un hombre puede lograr un placentero orgasmo.

Al llegar a la tercera década de vida, los niveles de testosterona bajan, lo que viene a reducir el impulso sexual; esto viene a estar vinculado con el estilo de vida, las responsabilidades y el nivel de estrés. No obstante, esto no quiere decir que todos y cada uno de los hombres vayan a tener menos sexo a partir de los 30 o que les deje de interesar. Simplemente, existe una tendencia a disminuir el ritmo, en comparación con su actividad sexual en etapas más tempranas.

En líneas generales, se puede decir que al cumplir los 30 años un hombre puede: 

  1. Ser más selectivo con las parejas que se relacionan sexualmente con él. Además, es posible que esté más dispuesto a involucrarse más a nivel sentimental y a establecer vínculos más cercanos, sólidos y duraderos.
  2. Ser más cuidadoso en sus prácticas sexuales en general.
  3. Prestar más atención a los riesgos que conllevan ciertas prácticas y por qué es necesario evitarlas para poder disfrutar plenamente.
  4. Reconocer que el sexo no está únicamente sujeto al coito. Por ende, está más dispuesto a ampliar el espectro y a abrirse a distintos placeres con la pareja.
  5. Ser más comprensivo cuando la pareja le comente qué no le gusta hacer o qué no le llama la atención, y tener la disposición de llegar a un acuerdo, sin reñir.
  6. Darle prioridad a la calidad (en el sexo) antes que a la cantidad, y no preocuparse demasiado por el número de encuentros sexuales que ha tenido recientemente.

Nota: si eres hombre y ya has cumplido los 30 años (o estás cerca), puedes comentarle a tu médico si sería conveniente que te realizaras una prueba de niveles de testosterona.

Sexo en las mujeres de 30 años

De acuerdo con un estudio llevado a cabo en Norteamérica recientemente, a los 30, las mujeres son mucho más sexuales que a los 20. Esto se da por varias razones, desde el conocimiento del propio cuerpo, lo que gusta y lo que no, hasta la seguridad que brinda la independencia.

La mayoría de las mujeres se sienten más seguras de sí mismas, puesto que puede que hayan aprendido a aceptar y apreciar su cuerpo, con todas las características que posee. 

Por otra parte, para el momento en el que alcanzan los 30 años, las mujeres ya conocen qué es lo que les gusta y lo que no, con lo cual, pueden estar más dispuestas a disfrutar a plenitud en la intimidad y a alcanzar el máximo placer en las distintas prácticas sexuales.

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En líneas generales, se puede decir que al cumplir los 30 una mujer puede:

  1. Aumentar el número de encuentros sexuales.
  2. Estar más dispuesta a autoexplorarse y a practicar la masturbación, con o sin pareja.
  3. Tener menos temor a un embarazo no deseado.
  4. Estar más dispuesta a experimentar en la intimidad y cumplir sus fantasías sexuales.
  5. Ser más abierta a la hora de comunicar sus deseos, fantasías, etc. a la pareja, y llegar a un acuerdo en lo que respecta a ciertas prácticas con la pareja.
  6. Estar más dispuesta a conversar sobre salud y placer sexual con personas que no sean la pareja.
  7. Buscar más diversión en la cama a través de diversas posturas, juegos de rol, etc., así como buscar tener un mayor control de la situación.
  8. Ser mucho más selectiva a la hora de elegir un compañero.

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Algunas recomendaciones

A los 30 años toda persona sabe que, si bien es importante trabajar e invertir en una relación de pareja, lo más importante es cultivar el amor propio. En este sentido, cabe recordar que una persona que se siente bien consigo misma, puede establecer vínculos sanos, mantener relaciones positivas y en general, estar mucho más dispuesta a disfrutar de su sexualidad (tanto en solitario como en pareja).

Además de cultivar el amor propio, al llegar a los 30 años, es recomendable:

  • Atreverse a innovar, ya que esto ayudará a evitar el aburrimiento y la rutina. En este sentido, hay que animarse a mantener viva la chispa del amor.
  • En caso de tener pareja, la comunicación será la base fundamental para que los encuentros sexuales sean placenteros. Comentar lo que gusta, lo que no, lo que se quiere probar, las fantasías… puede ser muy excitante y beneficioso para ambos.
  • Animarse a conocer y explorar el propio cuerpo ayuda a descubrir qué gusta, qué se desea y qué no. Ojo, no se trata de recurrir a la masturbación como única fuente de placer sexual, sino de explorarla para ampliar el espectro y fortalecer la vida en pareja.
  • Resolver siempre todas las inquietudes que surjan. Para ello, se puede recurrir al médico, un psicólogo o un sexólogo (según sea el tipo de inquietud).

A medida que pasa el tiempo, las mayoría de las personas aprende a asumir mayores responsabilidades (en lo que respecta a su sexualidad) y, a su vez, a llevarlas con naturalidad, como un hábito más de sus día a día, para que no constituyan una carga, sino una parte más de su vida.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.