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3 claves para educar a un hijo adolescente

5 minutos
El refuerzo positivo y la comunicación y la confianza son algunas de las claves que te damos para educar a un hijo adolescente.
3 claves para educar a un hijo adolescente
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater

Última actualización: 24 mayo, 2023

Ser padres no es fácil; educar a un hijo adolescente es una tarea difícil que requiere de mucha paciencia e inteligencia emocional. Es conveniente saber cómo inculcar valores y límites adecuados para que puedan crecer con madurez y responsabilidad.

A veces, como padres, sentimos que necesitamos ayuda para entender lo que nuestros hijos necesitan. Por ello, en este artículo te daremos algunos consejos para educar a un hijo adolescente que pueden serte de ayuda.

Claves para educar a un hijo adolescente

Hay algo muy importante a tener en cuenta: es necesario que tanto el padre como la madre, si están presentes en la vida del adolescente, estén de acuerdo en la educación de los niños; que enseñen los mismos valores y tengan los mismos propósitos.

1. Ofrecerle nuevos derechos, pero también deberes, para educar a un hijo adolescente

Cuando entran en la adolescencia, los hijos comienzan a hacernos más exigencias. Se vuelven más tozudos, orgullosos y con reacciones que no logramos entender.

Están creciendo y adentrándose en el mundo de los adultos, pero tienen todavía pies de niño. Y no es fácil. Piensa en ellos como en un pequeño caos hormonal y personal dentro del cual tienen que encontrarse como las personas que serán.

Para educar a un hijo adolescente es necesario crear oportunidades de aprendizaje. Ellos exigen más derechos y libertades sin ver con objetividad si sus acciones tienen riesgos o no. Lo mejor que podemos hacer es mantener un equilibrio con el tema derechos-deberes:

  • Puedes permitirles salir el fin de semana, siempre y cuando hayan cumplido con sus obligaciones escolares.
  • También, que vengan a casa a la hora establecida.
  • En caso de llegar más tarde o saltarse alguna norma, deben perder privilegios.
  • Es necesario exigirles que se responsabilicen de sus estudios y sus acciones.

Lo importante es que todo adolescente aprenda que la vida está llena de normas y exigencias, no solo para ellos, sino también para los adultos.

Recuerda también que, si estableces normas, deben estar bien definidas y ser flexibles, como se señala en esta publicación de la revista Educar, de la Universidad Autónoma Metropolitana-Plantel Xochimilco, México.

Lee: Valores en casa: la clave de una generación de éxito

2. Educar en positivo: antes el refuerzo que la sanción

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Hay padres y madres que cometen el error de sancionar continuamente a sus hijos adolescentes con regañinas, discusiones y refuerzos negativos. Hay que mantener un equilibrio. Pongamos un ejemplo: suspenden un examen, llegan a casa con malas notas y les increpamos diciéndoles lo vagos que son y que nunca llegarán a nada en esta vida.

Algo así no es recomendable hacerlo, pues despertaremos en ellos sentimientos negativos, indefensión y problemas de autoestima, como muestra este estudio publicado en el International Journal of Psychology and Psychological Therapy. Pregúntales qué ha ocurrido y dales confianza. Diles que tú confías en ellos y que sabes que tienen la capacidad de conseguir lo que se propongan.

Cuando cometan un error, enséñales cómo pueden hacerlo mejor, pero no los hundas, no los critiques. Ofrece estrategias y confianza en lugar de constantes sanciones. Es lo mejor.

Te interesa: La importancia del refuerzo positivo en la educación de los hijos

3. Una buena comunicación y fomentar la confianza

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Busca siempre un rato en el día para estar con tu hijo adolescente y preguntarle qué tal ha ido la jornada. No lo juzgues por lo que hace o deja de hacer. Como padres, debemos orientar, y ello se consigue mediante un diálogo constante y confianza, como muestra este artículo publicado en la Revista de Investigación en Educación.
Lo ideal es que sepan que tienen en ti un apoyo, nunca un enemigo que solo sanciona o critica y que no ayuda. Puedes seguir estos consejos para fomentar la comunicación con ellos:

  • Intenta evitar que pasen todo el día dentro de la habitación y limita el tiempo en el ordenador.
  • Impide que se aíslen de la familia.
  • Fomenta actividades en común en casa desde que son muy pequeños.
  • A la hora de comer, apaga la televisión y habla con ellos.
  • Pregúntales por sus gustos, sus intereses, por sus amigos. Anímales a compartir cosas contigo con tranquilidad.

Escúchalos, oriéntalos, sé su padre, su madre y también su amigo. Pon límites cuando debas y ofrece derechos cuando ellos, con su madurez y responsabilidad, te lo demuestren.

Sabemos que educar a un hijo adolescente puede ser una tarea ardua. No obstante, te aseguramos que con optimismo, amor y voluntad, podemos formar personas maduras y responsables.

Personas que saben que para conseguir cosas hay que esforzarse, que para tener buenos amigos y una pareja hay que saber respetar y entender. La inteligencia emocional es siempre una buena perspectiva en la que podemos basarnos.

La educación de los adolescentes en tiempos de pandemia

Acaso las familias con niños y adolescentes no se hayan enfrentado a una situación tan compleja como la que ofreció la reciente pandemia. Las claves de la educación arriba presentadas, debieron ser puestas en máxima tensión para sobrellevar sin mayores traumas los efectos del confinamiento.

Un estudio publicado en 2021 repasa las dificultades que vivieron las familias para atender las demandas de niños y adolescentes privados de juegos, escuela y limitados de movilidad.

Sobre el 30 % de los casos reportaron estrés, ansiedad o depresión, con mayor repercusión en las madres, ascendiendo en ellas el porcentaje de ansiedad y miedo por encima del 50 % y de depresión en un 38, 2 %.

No obstante, apuntan las investigadoras que las familias objeto de estudio reestructuraron roles, establecieron reglas y a cada miembro se le exigió el cumplimiento de funciones y responsabilidades. Finalmente, un elemento importante “es que la familia ha tenido en cuenta necesidades e intereses de sus miembros, sobre todo de los niños y adolescentes, con lo cual ha mejorado la comunicación.”

En ese mismo sentido, una publicación de Unicef-España, reafirma que “el esfuerzo realizado por muchas familias y cuidadores para limitar el estrés de los más pequeños, y las conexiones habituales con redes familiares y amigos, han constituido una fuente de resiliencia para muchos niños, niñas y adolescentes.”


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