5 consejos para proteger el hígado del daño causado por el alcohol
Revisado y aprobado por el fisioterapeuta Abel Verdejo
El consumo excesivo de bebidas alcohólicas tiene varias repercusiones en los principales órganos del cuerpo, sobre todo los que participan en su asimilación y metabolismo, como el hígado
Sus compuestos tóxicos se absorben durante el proceso digestivo y, más adelante, se filtran a través del hígado para impedir que afecte la calidad de la sangre.
Si bien este órgano está diseñado para metabolizarlo en un 90% gracias a una enzima llamada deshidrogenasa, su función puede verse comprometida a causa del exceso de toxinas.
De hecho, cuando se somete a trabajos continuos por este tipo de sustancias, su estructura celular puede cambiar y dar lugar a problemas para digerir la grasa.
Además, dado que afecta sus células y le causa deterioro, a largo plazo puede ocasionar enfermedades graves y una disminución en la calidad de vida.
Y es que, aunque muchos lo ignoran, este órgano es el responsable de llevar a cabo funciones vitales como la desintoxicación, la descomposición de proteínas y grasas y el balance de algunos tipos de hormonas.
La buena noticia es que hay varios hábitos y recomendaciones que contribuyen a protegerlo frente a los efectos negativos de estas bebidas y otras fuentes de toxinas.
¿Te interesa conocerlos?
1. Cuidar la alimentación
El consumo de una dieta balanceada y baja en grasas es uno de los aspectos más importantes al momento de proteger el hígado.
La alimentación desempeña un papel principal en el proceso de depuración y, por lo tanto, puede actuar a favor o en contra de la función hepática.
El consumo diario de alimentos ricos en agua, antioxidantes y vitaminas estimula la eliminación de las toxinas y previene el deterioro celular.
Algunos de los recomendados son:
- Los frutos rojos
- La manzana
- Los vegetales verdes
- La sandía
- Los cítricos
- El melón
También es primordial reducir el consumo de alimentos procesados, carnes rojas y fuentes de proteína animal.
Si bien se pueden ingerir de forma ocasional, lo mejor es suprimirlos durante algunas semanas para aliviar la carga que tiene que soportar este órgano cuando tiene demasiadas toxinas.
2. Aumentar el consumo de agua
La ingesta diaria de 6 a 8 vasos de agua es determinante para un correcto proceso de desintoxicación y eliminación de líquidos.
Al igual que otros órganos, el hígado necesita grandes cantidades de este líquido para trabajar en óptimas condiciones.
Además, es la mejor alternativa a los refrescos y bebidas azucaradas que, aunque parecen hidratantes, en realidad son otra fuente de toxinas.
3. Evitar los aceites hidrogenados
Los aceites hidrogenados y el exceso de grasas saturadas deterioran la salud hepática y conducen a un trastorno conocido como hígado graso.
Su consumo habitual debilita las funciones de este órgano y lo hace más susceptible a los daños del alcohol y las toxinas.
Estas se pueden encontrar en la margarina y algunos aceites vegetales como:
- Aceite de mazorca
- Aceite de soja
- Aceite de colza
- Aceite de cártamo
4. Consumir aceite de coco
El consumo diario de una cucharada de aceite de coco protege el hígado frente a las toxinas y las infecciones bacterianas.
Este alimento está compuesto en un 92% por ácidos grasos de cadena media, un 6% de grasas monoinsaturadas y un 2% de poliinsaturados que actúan en beneficio de este órgano.
También tiene propiedades antiinflamatorias y antibióticas que minimizan los efectos negativos de las bebidas alcohólicas, el cigarrillo y las toxinas ambientales.
5. Cura de limón con aceite de oliva
La cura de limón con aceite de oliva es un remedio tradicional que ayuda a limpiar el hígado y la vesícula biliar.
Se trata de un preparado 100% orgánico que, gracias a su alto contenido de antioxidantes, promueve la eliminación de los desechos y contrarresta los daños provocados por el alcohol.
Su consumo se debe realizar todas las mañanas en ayunas, apoyado con una dieta saludable y controlada en calorías.
Ingredientes
- 1 cucharada de aceite de oliva (16 g)
- El jugo de ¼ de limón
¿Cómo prepararlo?
- Exprime el jugo de un cuarto de limón, combínalo con una cucharada de aceite de oliva y consúmelo de inmediato.
- Pasada media hora, ingiere un vaso de agua tibia y desayuna.
- Repite su consumo todos los días, durante un período mínimo de tres semanas.
- De forma opcional se pueden potenciar sus propiedades con un diente de ajo triturado.
Al poner en práctica todas estas medidas se pueden minimizar los efectos negativos del alcohol tras pasarse de copas.
Por supuesto, sus efectos solo se mantienen si se evitan al máximo estas bebidas y se conservan los hábitos saludables.
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