9 aceites esenciales que ayudan en el tratamiento del asma
Los aceites esenciales no son un tratamiento de primera línea a la hora de combatir los síntomas del asma. Aun así, se afirma que algunas variedades son útiles para relajar las vías respiratorias, promover la broncodilatación, reducir la tos y calmar el estrés que suelen exacerbar las crisis. De hecho, estos son los motivos por los cuales muchos pacientes tienen interés en probar esta terapia.
Sin embargo, ¿funciona?, ¿hay evidencias de su eficacia? Lo cierto es que su uso ha sido tema de controversia. Mientras que decenas de informes anecdóticos y testimonios reportan beneficios, los estudios clínicos siguen siendo limitados. Algunos expertos advierten que, por el contrario, existe el riesgo de que estos productos desencadenen reacciones adversas, sobre todo en pacientes sensibles.
Por lo anterior, su uso debe realizarse con precaución, de manera complementaria, y solo si no interfieren con el tratamiento médico. ¿Cuáles son los más recomendados? En el siguiente espacio compartimos en detalle 9 opciones, sus beneficios potenciales y cómo utilizarlos de forma segura.
1. Aceite esencial de manzanilla
En aromaterapia, el aceite esencial de manzanilla se aprovecha por sus propiedades antiinflamatorias, antiespasmódicas y calmantes. En el contexto de los pacientes con asma, se postula que sus compuestos activos como el α-bisabolol y el chamazuleno, ayudan a reducir la inflamación crónica de las vías respiratorias, lo que se traduce en mejoras de los síntomas respiratorios.
No obstante, la evidencia en humanos aún es limitada. Lo que sí puedes esperar, tras inhalar los vapores despedidos por el aceite esencial de manzanilla es un efecto calmante sobre el sistema nervioso, que resulta positivo para controlar el estrés y la ansiedad, factores comunes en los episodios asmáticos. Con ello, es posible que ayude a prevenir exacerbaciones de los síntomas.
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2. Aceite esencial de orégano
Uno de los aceites esenciales más utilizados, entre quienes buscan mejorar los síntomas del asma es el de orégano. Reconocido por sus propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias, es un ingrediente que puede contribuir a la disminución de la inflamación en las vías respiratorias. También colabora en la prevención de infecciones respiratorias, que suelen empeorar los síntomas del asma.
Por ahora, solo hay evidencia preliminar que sugiere que compuestos activos de este aceite, como el carvacrol y el timol actúan con efectos antiinflamatorios y broncodilatadores. Gracias a esto, su uso en aromaterapia podría ser útil para despejar las vías respiratorias y mejorar la respiración.
Precaución: existe el riesgo de reacción alérgica al aceite de orégano. Conviene estar atentos a síntomas como el sarpullido o la dificultad para respirar. Si es así, se debe suspender su uso. No debe emplearse si ya hay antecedentes de alergia al orégano.
3. Aceite esencial de árbol de té
En varios sistemas de medicina holística, el aceite esencial de árbol de té se utiliza como expectorante, antiinflamatorio y antimicrobiano. Se sugiere que estas propiedades resultan útiles para despejar las vías respiratorias, pues contribuyen a la modulación de la inflamación y a la expulsión de secreciones mucosas.
Se asume, por tanto, que dichos efectos pueden reflejarse en una mejor respiración en personas asmáticas. No obstante, no hay estudios clínicos en humanos que respalden estas propiedades, y estas se soportan solo con literatura popular.
Hay que considerar que en sus formas más concentradas, este aceite es irritante, sobre todo cuando se utiliza de forma tópica. Solo está indicado para uso externo, siempre diluido.
4. Aceite esencial de lavanda
La lavanda (Lavandula angustifolia) es una de las fragancias favoritas entre quienes practican aromaterapia con aceites esenciales; si bien su aplicación específica en el tratamiento del asma aún carece de respaldo científico sólido y concluyente, se cree que es beneficioso debido a sus propiedades antiinflamatorias y calmantes.
En modelos animales, la inhalación de aceite esencial de lavanda ayudó a reducir la inflamación alérgica de las vías respiratorias. Pero aunque estos hallazgos lo postulan como agente potencial contra el asma, faltan estudios en humanos antes de hacer afirmaciones. En cualquier caso, sus efectos sedantes son útiles para reducir el estrés y la ansiedad que, como comentamos, tienden a empeorar el asma.
5. Aceite esencial de clavo
El aceite esencial de clavo de olor, obtenido de las flores del árbol Syzygium aromaticum, ha sido empleado en la medicina tradicional como remedio natural para varios síntomas respiratorios. Sus principios activos, el eugenol, el acetato de eugenol y terpenos, explican en gran medida sus propiedades antivirales, antibacterianas, antiinflamatorias y antioxidantes.
Justo estos efectos son los que, de manera eventual, parecen ayudar a los pacientes con asma. Datos anecdóticos sugieren que inhalar su aroma mejora la función respiratoria, disminuye la irritación de las vías respiratorias y contribuye a la prevención de infecciones que pueden complicar esta enfermedad.
Los mecanismos del aceite esencial de clavo de olor están basados sobre todo en los efectos de su composición química. No hay evidencia clínica directa que lo relacione con el tratamiento del asma.
6. Aceite esencial de tomillo
El aceite de tomillo se ha convertido en uno de los aceites esenciales preferidos para complementar el tratamiento del asma. Si bien, no sustituye los fármacos recetados por el médico, la evidencia preliminar destaca que es un candidato prometedor para la terapia del asma bronquial.
Su abundante concentración de compuestos activos (timol, carvacrol, p-cimeno y linalol) le confieren propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas y antioxidantes. También actúa como antitusivo, expectorante, antiespasmódico y broncodilatador. De ahí su uso frecuente en terapias de inhalación para reducir los síntomas del asma, la bronquitis y otras afecciones respiratorias.
7. Aceite esencial de menta
El aceite esencial de menta tiene un aroma penetrante que se aprovecha para reducir la congestión de las vías respiratorias. Su principio activo, el mentol, al igual que otros componentes, le confieren efectos antihistamínicos, antiinflamatorios, broncodilatadores y expectorantes favorables en los contextos de asma.
Como remedio natural, este aceite esencial se emplea para favorecer la función respiratoria, facilitar la eliminación de secreciones y despejar las vías respiratorias. Sin embargo, la evidencia clínica que respalda estos efectos en humanos es insuficiente.
8. Aceite esencial de romero
Varios compuestos bioactivos del aceite esencial de romero se han asociado con efectos positivos para la salud respiratoria. Aunque la evidencia clínica que asocia de manera concreta este ingrediente con el asma es limitada, sin embargo, un estudio publicado en Avicenna journal of phytomedicine destaca su efecto antiinflamatorio, antioxidante y broncodilatador.
El 1,8-cineol (también conocido como eucaliptol), por ejemplo, tiene potencial para relajar los músculos lisos del tracto respiratorio, lo que ayuda a reducir la obstrucción bronquial. Entre tanto, el ácido rosmarínico, al igual que otros compuestos fenólicos, contribuyen a modular la inflamación, lo que beneficia el alivio de los síntomas del asma.
9. Aceite esencial de eucalipto
Estudios clínicos preliminares han determinado que las propiedades antiinflamatorias del aceite de eucalipto son favorables para el tratamiento de los pacientes con asma, sinusitis y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
No es una terapia de primera línea, pero la inhalación de sus vapores parece mejorar la función respiratoria. Se plantea que sus compuestos volátiles reaccionan con las membranas mucosas y ayudan a aflojar la flema. Esto, a su vez, disminuye la severidad de síntomas como la tos y las sibilancias.
En personas sensibles, el aceite de eucalipto puede causar alergias y complicaciones del asma. Se debe evitar su uso si hay antecedentes de alergia.
Cómo utilizar estos aceites esenciales para mejorar los síntomas del asma
Es primordial tener en cuenta que los aceites esenciales, u otros remedios caseros, no pueden detener un ataque de asma. Siempre que se presente una crisis, es prioritario el uso de los medicamentos recetados por el médico; estos, en la medida de lo posible, deben estar siempre a mano.
En este orden de ideas, el mejor momento para probar los beneficios de estos aceites es en los periodos de remisión, como terapia preventiva. También pueden utilizarse cuando los síntomas son leves, aunque con sumo cuidado. Las formas habituales de uso son las siguientes:
- Difusores de aroma: estos dispositivos permiten que el aceite se disperse por el aire. Basta con poner un poco de producto en su interior y, si es necesario, un poco de agua.
- Inhalación: una forma simple de hacer la terapia es abrir la botella del aceite esencial e inhalar varias veces. También puedes aplicar de 3 a 5 gotas en un disco de algodón o pañuelo, para proceder a inhalar. Una última opción es introducir hasta 5 gotas del producto en una olla con agua hirviendo. Con cuidado de no quemarte, acerca el rostro e inhala el vapor.
- Aplicación tópica: los aceites esenciales puros son irritantes y, por tanto, no deben aplicarse de forma directa en la piel. Para aprovecharlos en aromaterapia, diluye el aceite esencial elegido con un aceite portador (aceite de oliva, jojoba, almendras). La proporción sugerida es del 3 al 5 % de aceite esencial por cada 95 y o 97 % de portador. Utiliza la mezcla para masajear la espalda, el pecho y los pies.
- Ducha y baño: combina unas 5 gotas de aceite esencial con 100 mililitros de leche entera; luego, agrégala a un baño tibio. La leche sirve como dispersante para que el aceite se mezcle con el agua. Si lo prefieres, rocía algunas gotas del aceite en las paredes de la ducha. La idea es que el vapor ayude a su difusión.
Consideraciones de seguridad
- Evita evaporar el aceite en dispositivos que utilizan calor; como estos suelen generar humo, pueden ser irritantes para pacientes con asma.
- Antes de utilizar los aceites esenciales de forma tópica, y una vez los diluyas en aceite portador, realiza una pequeña prueba de parche antes de usarlos en su totalidad. La idea es comprobar que no generan alergia o irritación. Basta con poner una pequeña cantidad de la mezcla en una zona de la piel, como la muñeca, por ejemplo. Deja actuar al menos 30 minutos y observa las reacciones.
- Evita esta terapia si tienes antecedentes de alergias por aromas fuertes o por el contacto con alguna de las plantas utilizadas para obtener el aceite.
- No debe aplicarse en niños pequeños.
Los aceites esenciales no están regulados
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) no regula el uso de aceites esenciales para ninguna enfermedad, incluida el asma. Tampoco está aprobado por otras entidades sanitarias. Esto quiere decir que su seguridad para uso humano no está garantizada.
La falta de regulaciones también dificulta controlar lo que contienen los aceites esenciales comerciales. No todos los productos etiquetados como «puros» u «orgánicos» lo son. Algunos pueden estar mezclados con otros aceites vegetales que afectan sus propiedades. Por eso, es importante indagar bien sobre las marcas y elegir aquellas que tienen algún sello que avale su pureza y su calidad.
Los aceites esenciales no sustituyen el tratamiento convencional para el asma
A pesar de su amplio uso en la medicina tradicional como coadyuvantes para la salud respiratoria, los aceites esenciales no sustituyen el tratamiento convencional para el asma, que abarca el uso de broncodilatadores, corticosteroides inhalados (antiinflamatorios), inhaladores combinados, entre otros.
Entidades como Asthma and Allergy Foundation of America (AAFA) hacen hincapié en que no hay suficiente evidencia científica para respaldar el uso de aceites esenciales en personas con asma. En su lugar, advierten que algunas variedades son irritantes y pueden inducir al brocoespasmo, lo que empeora los síntomas.
Así pues, aunque de manera eventual, los aceites antes mencionados pueden contribuir al alivio de algunos síntomas del asma, no deben ser la primera elección. Su uso debe ser meramente complementario, y no deben emplearse durante las crisis. Dadas las complicaciones que acarrea esta enfermedad, debes consultar al médico para conocer opciones de tratamiento más efectivas.
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