6 obstáculos comunes en la terapia de pareja
Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña
La terapia de pareja es una oportunidad para que los miembros de una relación puedan mejorar determinados aspectos y fortalecer el vínculo que tienen. Sin embargo, en ocasiones, hay algunos obstáculos comunes en la terapia de pareja.
En una consulta de terapia de pareja se trabajan desde aspectos como la comunicación o la gestión emocional, hasta problemas que afectan al plano sexual (falta de libido, aburrimiento, etc.). Veamos, a continuación, qué obstáculos comunes en la terapia de pareja pueden dificultar su éxito.
Obstáculos comunes en la terapia de pareja
1. Querer que la pareja cambie
Muchas de las parejas que acuden a las consultas lo que buscan es cambiar a su pareja. Piensan que ir a terapia hará que se convierta en la persona que ellas desean para que se adecue a sus expectativas.
Como bien señala el artículo Terapia conductual integrativa de pareja: descripción general de un modelo con énfasis en la aceptación emocional: “los consultantes deben desistir en sus intentos por cambiar el comportamiento de la otra persona”.
2. Culpar a la pareja
Este es otro de los obstáculos comunes en la terapia de pareja que se ha convertido en un patrón de conducta presente en otras relaciones. Culpar a la pareja sin aceptar la propia responsabilidad es un error.
Algo que debemos tener en cuenta en cualquier tipo de relación es que ambos miembros tienen su parte de responsabilidad, ya que el vínculo que han formado ha sido cosa de dos. Por lo tanto, ¿cómo contribuye cada uno de los miembros al problema que los ha llevado a la consulta?
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3. Comunicarse de forma inadecuada: obstáculos comunes en la terapia de pareja
La “mala” comunicación es un lastre en muchas relaciones de pareja. Suele haber pensamientos y emociones que no se dicen, secretos guardados y una serie de estrategias para evitar expresar lo que se sienta de forma eficaz. Si durante la terapia de pareja esto, que se estará trabajando, sigue estando presente los resultados no serán los esperados. Por eso, es importante ir dando pequeños pasos a favor de una mejor comunicación.
4. Intenciones ocultas
Si la relación que mantienen los miembros de una relación que acude a terapia es dañina (violencia, maltrato, abuso) es posible que haya intenciones ocultas. Por ejemplo, acusar al otro de que está loco y minar, así, mucho más su autoestima.
Cuando sucede esto es muy importante tener sesiones por separado. De hecho, es recomendable hacer sesiones individuales y combinarlas con las de pareja. Si hay intenciones ocultas, es muy probable que uno de los miembros afirme “yo no necesito sesiones individuales, estoy aquí porque quien necesita ayuda es mi pareja”.
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5. Buscar soluciones inexistentes
Otro de los obstáculos comunes en la terapia de pareja es cuando una pareja acude en búsqueda de soluciones cuando, en realidad, no las hay. Esto puede ocurrir debido a diferentes motivos:
- Los sentimientos no son los mismos: el amor se ha transformado en solo cariño o amistad y, por mucho que se luche, es imposible volver atrás.
- Proyectos de vida diferentes: uno de los miembros de la relación quiere tener hijos y el otro no, o vivir en el extranjero.
¿Se pueden trabajar en pareja estos aspectos? La respuesta es “sí”. La terapia ayudará arrojar luz sobre la relación, romper de una manera saludable y acompañará a cada persona en el proceso de duelo.
6. Obstáculos comunes en la terapia de pareja: dejar la terapia “a medias”
El último de los obstáculos comunes en la terapia de pareja es abandonarla. Esto sucede en varias ocasiones, no solo en terapia de pareja, sino en sesiones individuales. La razón es que hay que analizar, trabajar y mirar algunos aspectos de nuestra personalidad que no nos van a gustar.
El hecho de que nos den herramientas para mejorar algún aspecto de nosotros mismos (responsabilidad, comunicación, etc.) es un proceso costoso. Algunas personas no están dispuestas a “perder el tiempo” y prefieren seguir como están.
El gran problema es que su relación continuará teniendo problemas que se irán agravando con el tiempo. ¿El final? Una ruptura destructiva donde los dos miembros de la relación no han salido fortalecidos, ya que no han aprendido nada.
Ir a terapia de pareja será un proceso muy enriquecedor. De hecho, no siempre hay que estar mal para asistir a terapia, sino que se puede ir al menos una vez al año para revisar que todo está bien. Al igual que vamos al médico, ir al psicólogo también es imprescindible.
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