7 consejos para reducir los ácaros en casa
Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López
Los ácaros son unos organismos microscópicos que viven en las telas o superficies similares. No se consideran insectos como tal, sino artrópodos. De hecho, se considera que son “primos cercanos” de las garrapatas y los arácnidos.
Más allá de su definición, sabemos que se acumulan principalmente en la habitación (colchones y almohadas son sus hogares favoritos) y pueden ocasionar alergias y enfermedades. Por ello en este artículo te contaremos cómo reducirlos.
¿Qué son los ácaros?
Como ya comentábamos, los ácaros son una una subclase de arácnidos y no miden más que unos milímetros de longitud. Tienen hábitats diversos y han colonizado ambientes terrestres y marinos, e incluso sitios extremos como desiertos, altas montañas y aguas termales.
Muchos ácaros se alimentan de musgo, hojas, helechos, tallos y flores, otros viven de los cultivos (plagas).
Algunos causan alergias en las personas y otros son parásitos de los animales. En el primer caso se debe a los excrementos y a los ejemplares muertos (que no vemos, pero que se acumulan en casa).
Los ácaros del polvo pueden estar en cualquier ambiente y pueden ser inhalados sin darnos cuenta desencadenando alergia perenne o asma. Este tipo abunda en los colchones, las mantas, las sábanas, las almohadas y los sofás y pueden vivir hasta 3 meses. En ese período pueden poner hasta cien huevos.
Las épocas más propicias para la reproducción son el otoño y la primavera. Entre los síntomas de alergia a los ácaros del polvo podemos encontrar:
- Goteo de la nariz
- Congestión nasal
- Silbido al respirar
- Enrojecimiento de la piel
- Lagrimeo y picazón en los ojos
- Estornudos (sobre todo por la mañana)
Descubre: Los ácaros causan asma y alergia: ¡Descubre cómo protegerte!
Cómo reducir los ácaros en casa
Debido a su diminuto tamaño y a que pueden estar presentes en cualquier lugar que usamos habitualmente, como la cama o el sofá, muchas veces no nos damos cuenta de que se han apoderado de nuestra habitación o sala hasta que comienzan los primeros síntomas. Por ello la limpieza es fundamental para la prevención de las alergias o asma provocadas por este organismo.
Algunos consejos que pueden ser de ayuda son los siguientes.
1. Cambia la ropa de cama regularmente
Los ácaros se alimentan principalmente de polvo y de piel muerta. Cuando dormimos desprendemos partículas para que estos microorganismos se hagan un festín. Por lo tanto, trata de cambiar sábanas y mantas cada una o dos semanas.
2. Lava a altas temperaturas
Toda la ropa de cama debe ser lavada con agua lo más caliente posible (55 °C, aproximadamente). Puedes programas la lavadora a esa temperatura.
No dudes en usar un detergente potente y de buena calidad. Te recomendamos los productos que contengan aceite de eucalipto, de árbol de té o de cedro para aumentar la eficacia del lavado.
- Si usas agua fría o tibia te conviene utilizar, además del detergente de ropa, algún tipo de lejía apta para prendas.
- No mezcles la ropa de cama con las demás prendas para evitar que los ácaros pasen de un objeto al otro.
- Tras el lavado puedes enjuagar la lavadora con agua caliente para deshacerte por completo de los parásitos.
- Para secar la ropa coloca al sol todo el día luego de pasar por la secadora en caliente.
3. Pasa la aspiradora semanalmente
Este electrodoméstico no solo sirve para las alfombras, sino que también se puede usar para el sofá, las cortinas, las sillas (según el tapizado que tengan), la cama, etc, es decir, todos aquellos muebles o lugares en los que las personas se recuestan y pueden dejar células muertas de piel.
- Para que la aspiradora haga su trabajo eficazmente debe tener una bolsa de doble capa con microfiltro, es decir, que atrape partículas de polvo y ácaros al mismo tiempo.
- Ten en cuenta que aspirar las superficies no es garantía de que estos patógenos y sus alérgenos desaparezcan.
- Lo bueno es que se reduce bastante el polvo y las partículas con las que estos se alimentan. No olvides hacer el mantenimiento adecuado de la aspiradora para que funcione mejor.
4. Limpia con vapor
Sobre todo si tienes alfombras en el piso. Esta opción disuelve la suciedad, pero también mata los gérmenes y ácaros tanto de la superficie como de las partes más profundas de la tela.
Tras esta limpieza deberás pasar un secador o producto en seco, ya que la humedad puede crear el ambiente ideal para que se acumulen bacterias y llamen la atención de estos microorganismos.
- A su vez, te recomendamos que no uses plumeros o trapos secos, porque esparcen los alérgenos en el aire.
- Mejor usar un trapo húmedo o una fregona para quitar el polvo y la suciedad a las superficies secas.
5. Lava la ropa guardada
Es habitual guardar las mantas y ropa abrigada cuando comienza el verano y luego sacarlas apenas empieza el invierno.
- Antes de ponerlas en la cama o usarlas, te aconsejamos que las laves primero.
- Durante todo el tiempo que estuvieron en una caja o debajo de la cama los ácaros se multiplicaron y sobrevivieron al encierro.
6. Cubre con fundas
En el mercado se venden fundas antialérgicas a prueba de polvo que están hechas de tela bien tejida para evitar que los ácaros se establezcan.
Las almohadas mejor que sean de relleno sintético. Por su parte, los colchones adecuados son aquellos que contienen espuma viscoelástica.
7. Dile adiós a los peluches y las alfombras
Para evitar que los ácaros hagan estragos en nuestra salud mejor reducir las superficies donde pueden desarrollarse como, por ejemplo, los juguetes de peluche y los pisos alfombrados.
También te recomendamos que no duermas en el sofá, para evitar que proliferen en él, y que tengas la menor cantidad de objetos que atraigan polvo.
Una decoración minimalista puede ser la clave. Y no te olvides de ventilar los ambientes, al menos, una vez a la semana.
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