7 hábitos que aceleran el proceso de envejecimiento de la piel
Revisado y aprobado por la médica Karla Henríquez
El envejecimiento de la piel forma parte de los procesos biológicos que toda persona debe afrontar conforme pasan los años.
Este se manifiesta a través de la aparición de arrugas, manchas y otras señales que, a su vez, indican la disminución de la producción de colágeno y elastina.
Si bien hay muchos tratamientos y técnicas profesionales que ayudan a retrasarlo, por lo general, comienza a darse a partir de los 45 o 50 años.
No obstante, algunas veces se produce de forma prematura, ya que la exposición al sol y la práctica de malos hábitos pueden acelerar el deterioro cutáneo.
El problema es que muchos ignoran cuáles son los factores que influyen en su aparición y, pese a usar productos externos, notan la presencia de señales de la edad mucho antes de tiempo.
Por esta razón es primordial identificar las costumbres perjudiciales y, por supuesto, corregirlas antes de que provoquen imperfecciones en la piel. ¿Aún no sabes cuáles son? ¡Descúbrelas!
1. Dormir mal propicia el envejecimiento
Tener una mala calidad de sueño es uno de los hábitos que, tarde o temprano, le pasa factura a la salud de la piel.
Esto es así porque el periodo de descanso es fundamental para llevar a cabo el proceso de regeneración celular, el cual es determinante para conservar la piel joven y sana.
Dormir menos de 7 horas diarias afecta el proceso de oxigenación cutánea y, a su vez, causa problemas como:
- Arrugas prematuras
- Bolsas y ojeras
- Piel opaca
- Flacidez
Ver también: 5 consecuencias negativas de dormir mal
2. Fumar
Para nadie es un secreto que las toxinas que contiene el cigarrillo provocan un impacto negativo en la actividad celular del organismo.
Estas viajan a través del torrente sanguíneo y, además de provocar enfermedades, aceleran el envejecimiento de la piel y los órganos internos.
Un cigarrillo contiene cientos de componentes químicos que deterioran la salud cutánea, y aumentan la tendencia a sufrir arrugas desde edades tempranas.
Además, como también afecta la circulación, interfiere en la oxigenación y nutrición de las células que mantienen la piel sana.
3. Exponerse al sol sin protección
Es cierto, los baños de sol pueden ayudar a broncear la piel y, de paso, obtener una dosis extra de vitamina D.
Pese a esto, hace mucho se están desaconsejando, ya que el impacto de los rayos solares acelera el envejecimiento y el desarrollo de problemas cutáneos.
Exponer la piel a los rayos UV sin protección daña las células sanas y, además de causar arrugas, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel.
4. Comer mal
Llevar una dieta poco saludable, basada en grasas saturadas, azúcares y refinados, es otra de las malas prácticas para conservar la piel joven.
Si bien lo pasamos por alto, los alimentos desempeñan un papel protagonista en la salud cutánea, no solo porque le brindan nutrientes, sino porque la protegen y promueven su reparación.
Ingerir alimentos dañinos aumenta la presencia de toxinas y grasas en la sangre, lo cual provoca imperfecciones como las arrugas y el acné.
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5. Consumir poca agua
La hidratación es un pilar muy importante para la salud cutánea, ya que las células necesitan agua para regenerarse y mantenerse en actividad.
No consumir suficientes líquidos interfiere en el proceso de renovación de la piel, causando sequedad, arrugas y pérdida de firmeza.
Además, el agua ayuda a eliminar las toxinas que se acumulan en la sangre, por lo que es determinante para evitar el envejecimiento.
6. Ingerir cafeína y bebidas alcohólicas
La ingesta excesiva de alimentos y bebidas con cafeína afecta a los niveles de humedad de la piel y, tras causar sequedad, conduce a la aparición de signos de la edad prematuros. Algo similar ocurre con el alcohol. Si bien no representan un peligro cuando se toman en cantidades moderadas.
7. No tener cuidados cutáneos
¡Es más que obvio! La piel necesita cuidados diarios para mantenerse joven, humectada y con un aspecto saludable.
Ignorar los hábitos estéticos, desde la limpieza hasta la hidratación, aumenta el riesgo de deterioro prematuro y envejecimiento.
Es importante considerar que, aunque los cuidados internos tienen mucho que ver, el uso de productos externos complementa el proceso de nutrición y regeneración.
¿Sueles ignorar alguno de estos hábitos? Si los practicas de forma continua, pasando por alto su impacto sobre la piel, trata de corregirlos desde ahora para no sufrir las consecuencias del envejecimiento prematuro.
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