Estos 6 actores acudieron a terapia tras interpretar polémicos personajes

Muchos actores han acudido a especialistas por la fatiga y el estrés que les supuso interpretar a determinados personajes. Descubre cómo estos artistas visibilizaron la importancia de cuidar su salud mental al acudir a terapia.
Estos 6 actores acudieron a terapia tras interpretar polémicos personajes
Maria Fatima Seppi Vinuales

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales.

Última actualización: 19 julio, 2023

Alucinaciones, agotamiento, estrés, insomnio. En más de una ocasión, tras largas jornadas de rodajes y mucha exigencia física y mental, los actores experimentan estas secuelas en su salud al interpretar determinados personajes. Aunque muchos crean lo contrario, no se trata de un trabajo sencillo.  Por eso, muchos actores deciden acudir a terapia para pedir ayuda. A continuación, puedes conocer un poco más sobre el tema.

6 actores que acudieron a terapia luego de sus interpretaciones

Está claro que el objeto de la actuación es representar a un personaje y asumir sus cualidades para transmitir su esencia. Para conseguirlo, los actores se preparan y estudian a fondo ese rol que deben encarnar. Esto, que a veces se logra con éxito en la película o serie, acarrea ciertas consecuencias en la vida real. ¿Por qué?

Porque hay personajes escalofriantes, con personalidades oscuras y sin escrúpulos. En otros casos, los actores deciden cambiar hábitos de vida (pasar hambre, aislarse, etc.), para entender cómo se siente y qué vive ese personaje. También porque convertirse en otro, durante mucho tiempo, puede llevar a que el actor se olvide de quién es. La actuación puede ser apasionante, pero tras luces y bambalinas, también tiene sus propias dificultades.

A continuación, algunos actores que acudieron a terapia luego de interpretar a determinados personajes.



1. Heath Ledger en El caballero oscuro

En cualquiera de sus versiones, la interpretación del famoso Guasón puede resultar controvertida para los actores. Para muchos, la actuación de Ledger fue la mejor de todos los tiempos.

Su éxito no le costó poco: se aisló durante un tiempo y experimentó dificultades para dormir. En una entrevista, el actor comentó que se encerró durante un mes en un hotel, ensayando distintas voces para el villano. Por esto mismo, luego de su interpretación, decidió acudir a terapia.

2. Anne Hathaway en Los miserables

Tras interpretar a Fantine en el musical, Hathaway expuso que acabó con dificultades físicas (pérdida de peso) y mentales (estrés y cansancio). Si bien su papel le valió un reconocimiento en los premios Óscar, la actriz expresó en distintas entrevistas que no podía sentirse feliz por el estado en el que se encontraba.

3. Adrien Brody en El pianista

Su papel en esta película, como un pianista judío que se oculta para sobrevivir tras la invasión nazi, le valió el destacado premio Óscar a Mejor Actor.  Sin embargo, el artista confesó que tenía 27 años y se sometió a diversos cambios que lo catapultaron, de repente, a la adultez.

Experimentó cierta dureza y sufrimiento para comprender a su personaje, que vivía en un contexto delicado. Brody realizó una dieta extrema para adelgazar y también vivió aislado para caracterizar mejor su papel. Esto derivó en una depresión que lo llevó a consulta por terapia.



4. Jane Fonda en Grace and Frankie

Es un caso diferente al de los demás, ya que aquí no se trata de la interpretación de un personaje siniestro, sino de una situación personal. Para la actriz, la vuelta al ruedo tras varios años alejada del oficio, le implicó un desafío que provocó cierta ansiedad.

En ocasiones, las propias presiones internas, la exigencia y el deseo de desempeñarse bien funcionan como factores de estrés, generando cierto malestar.

5. Bob Hoskins en ¿Quién engañó a Roger Rabbit?

El actor británico personificaba al detective Eddie Valiant, pero tuvo que alejarse de la actuación un tiempo y acudir a terapia, ya que empezó a tener alucinaciones. Y es que durante el rodaje debió interactuar con dibujos animados, lo que desembocó en que, durante mucho tiempo, sintiera que veía esos personajes por todos lados. Incluso, expresó que se le aparecían al conversar con otras personas.

6. Bill Skarsgard en It

¿Quién no ha sentido miedo luego de ver al tenebroso Pennywise salir de las alcantarillas? Pues ¡hasta el propio actor que lo personificó ha sufrido de pesadillas!

En el caso de Skarsgard, mencionó que una vez terminado el rodaje, tenía pesadillas muy reales. Por otro lado, también expresó que durante las grabaciones se sintió muy solo, puesto que en las pausas, nadie se acercaba a conversar con él porque daba miedo.

Si bien no profundizó en si acudió a terapia o no tras su actuación, lo que sí mencionó fue que, durante la preparación de su papel, estudió e indagó mucho sobre la psicología del personaje, intentando entender sus oscuros pensamientos. Esto, en ocasiones, le hacía sentir que el payaso vivía dentro de sí mismo.



Ningún trabajo bajo presión es color de rosas

Tras conocer algunos casos de actores que acudieron a terapia tras personificar ciertos papeles, puede observarse que todo trabajo, bajo condiciones de agobio y presión, tiene repercusiones severas en la salud física y mental de las personas.

El ámbito laboral y profesional determina la identidad de quien trabaja, ya que al «hacer», también «es»; es decir, configura un estilo propio y pone mucho de sí mismo. En ocasiones, luego se termina desdibujando lo laboral de la vida íntima y esta acaba siendo afectada.

En general, muchas personas piensan en la actuación imaginando lujo, confort, limusinas, fiestas privadas y todo el brillo que comparten desde el mainstream; sin embargo, quizás esa es la parte visible del iceberg. Pero también hay largas jornadas de grabación, escenas de riesgo, entre otras cosas.

El burnout es una de las consecuencias de someterse al estrés y a la fatiga. Sus resultados, además de físicos (dolores de cabeza, zumbidos, cansancio extremo, etc.); también son psicológicos (pérdida del disfrute, dificultades para dormir, ansiedad, ataques de pánico, mal humor e irritabilidad, no sentirse uno mismo, entre otros).

En este sentido, es importante poder encontrar un equilibrio y procurar las mejores condiciones para cumplir con nuestras obligaciones: descanso, dedicar micromomentos de relajación en la jornada de trabajo, buena alimentación o practicar ejercicio.

Por último, lo que puede rescatarse de esta situación es la visibilización de la salud mental por parte de figuras públicas. De esta manera, es más fácil naturalizar que cualquier persona, aun aquellas sobre quienes se piensa que tienen la vida resuelta, puede necesitar ayuda y es bueno pedirla a tiempo.


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