¿Cómo afecta el verano la salud cardiovascular?
Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto
La salud cardiovascular es una de las principales preocupaciones actuales en los países desarrollados, y en particular en el verano. Esto se debe a que, en lugares como España o Estados Unidos, los problemas del corazón son una de las causas primordiales de muerte y de hospitalización.
Lo cierto es que, sobre las arterias y el músculo cardíaco, influyen numerosos factores. Algunos de ellos son la alimentación, el sedentarismo y el estrés. Sin embargo, mucha gente desconoce que las estaciones del año también son un aspecto importante a considerar.
Durante el tiempo estival, nuestros hábitos, el tipo de ocio que realizamos y el clima varían. Todo esto puede ser determinante, tanto de manera positiva como negativa. Por ello, en este artículo te explicamos cómo afecta el verano a la salud cardiovascular.
La salud cardiovascular y las estaciones del año
La salud cardiovascular es un término que se utiliza para hacer referencia a la presencia o ausencia de enfermedades en el corazón y los vasos sanguíneos. Son un conjunto de trastornos, entre los cuales se encuentran los siguientes:
- Hipertensión arterial.
- Insuficiencia cardíaca.
- Enfermedades vasculares periféricas, como la trombosis venosa o la aterosclerosis.
- Alteraciones coronarias.
- Accidentes cerebrovasculares.
Como hemos mencionado antes, las enfermedades cardiovasculares suponen una de las principales causas de muerte en el mundo. Tanto es así, que se estima que el 30 % de todas las muertes globales son a consecuencia de ellas. Además, se relacionan a un aumento de la discapacidad y la morbilidad.
La salud cardiovascular depende de numerosos factores diferentes. Uno de ellos es la estación del año en la que nos encontramos. Los cambios de temperatura, de estilo de vida y de alimentación que se asocian al verano o al invierno influyen.
Según los estudios, la mayoría de las patologías cardiovasculares tienen una mayor incidencia durante el invierno. El frío estimula la producción de ciertas sustancias que hacen que los vasos sanguíneos se contraigan, como la adrenalina.
Esto está relacionado, por ejemplo, con la hipertensión arterial. Del mismo modo, durante los meses de menor temperatura promedio, tendemos a reducir la actividad física y hay un mayor riesgo de padecer infecciones respiratorias.
La influencia del verano
Sin embargo, que durante el invierno haya una mayor incidencia de estas patologías, no significa que el verano sea positivo por completo para la salud cardiovascular. En esta época también aumenta la mortalidad por eventos cardíacos en ciertos grupos de edad que se encuentran más expuestos a las olas de calor.
Algunas personas son más sensibles a la deshidratación que otras. Por ejemplo, los niños menores de cinco años o las personas de edad avanzada. Lo mismo sucede con aquellos que ya padecen algún problema cardiovascular previo, sea porque son hipertensos o porque han tenido un infarto.
Un estudio realizado en Barcelona concluyó que la mortalidad diaria era superior en los días en los que las temperaturas eran las más elevadas. Esto aplicó, de forma significativa, entre personas que superaban los 65 años.
Además, no solo debemos tener en cuenta las temperaturas netas o el riesgo de deshidratación. El verano afecta la salud cardiovascular, también por ser una época donde la gente se va de vacaciones y aumenta el tiempo de ocio.
Esto hace que tanto la dieta como la actividad física que realizamos se vea afectada. Si bien es cierto que, en algunos casos, es un aspecto positivo, en otros es todo lo contrario. Muchas personas aumentan su consumo de alcohol o drogas, descuidan su alimentación o dejan de hacer deporte.
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¿El verano puede beneficiar la salud cardiovascular?
Por fortuna, podemos convertir el verano en una época saludable que beneficie nuestra salud cardiovascular. El hecho de que tengamos más tiempo disponible será una gran oportunidad para cuidarnos.
El clima benigno es capaz de estimular las ganas de realizar deporte al aire libre. Ya sea pasear, nadar o realizar rutas en bicicleta. Sin embargo, es necesario ser precavido y cuidadoso a la hora de ejercitarse. Cada uno debe de ser consciente de sus límites.
Además, es fundamental escoger las horas del día que se van a dedicar al ejercicio. Se deben evitar los momentos donde las temperaturas son más elevadas. Del mismo modo, es fundamental mantenerse hidratado durante toda la jornada.
Otro factor que puede beneficiar a nuestra salud cardiovascular es la alimentación. Durante el verano tendemos a tener más apetencia por las frutas y las verduras, que son fuente importante de fibra dietaria y nutrientes beneficiosos.
Por último, podemos aprovechar esta etapa de desconexión para reducir nuestros niveles de estrés. La ansiedad asociada a las situaciones estresantes es uno de los detonantes y agravantes más importantes de los eventos agudos del corazón.
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Lo que debemos recordar sobre verano y corazón
Ya sea verano o invierno, debemos tener presente que cuidar la salud es fundamental todo el año. Si bien es cierto que el tiempo estival afecta negativamente, debido al riesgo de deshidratación o el aumento de las temperaturas, también puede tener una influencia positiva si nos lo proponemos.
Debemos utilizar nuestro tiempo libre y las posibilidades que nos ofrece esta etapa para centrarnos en nosotros y cuidar los hábitos. Una buena alimentación, ejercicio físico y desconectar pueden llegar a ser muy beneficiosos para nuestra salud cardiovascular.
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