Alergia al agua: síntomas y tratamiento

La alergia al agua afecta de una manera notable la calidad de vida de una persona. Se trata de una afección bastante rara. La conocemos aquí.
Alergia al agua: síntomas y tratamiento
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 06 julio, 2023

Muchas personas no han oído hablar de la alergia al agua, ya que se trata de una afección muy rara y bastante peligrosa. Hasta el momento, solo se conocen 40 personas en el mundo que han recibido este diagnóstico.

La alergia al agua hace que una persona desarrolle manchas rojas u otro tipo de irritaciones en su piel cuando entra en contacto con el líquido. No importa si está frío o caliente.

De hecho, las personas con este padecimiento llegan a ser intolerantes a su propio sudor o a sus lágrimas. Como puede suponerse, esto implica graves consecuencias para llevar una vida normal.

¿Qué es la alergia al agua?

La alergia al agua es el nombre popular que se le da a una afección llamada urticaria acuagénica. Es una forma de urticaria que se presenta al entrar en contacto con el agua, bien sea a través de la piel o al ingerirla.

Esta rara afección se presenta más en las mujeres y los primeros síntomas suelen manifestarse en la adolescencia. Se trata de un problema paradójico, ya que el 60 % del organismo está compuesto por agua. Aun así, los afectados desarrollan ronchas con picazón si entran en contacto con el líquido.

De momento, no existe ninguna cura disponible para la alergia al agua, aunque en muchos países se están adelantando investigaciones al respecto. Si los efectos negativos toman la zona de la garganta, se pone en peligro la vida.

Causas de la alergia al agua

La ciencia todavía no ha logrado precisar las causas de la alergia al agua. Sin embargo, existen varias hipótesis al respecto. Una de ellas señala que el origen es genético. De manera específica, correspondería a una mutación en el gen 2q21, el mismo vinculado a la deficiencia de lactasa congénita.

Otra hipótesis indica que el agua como tal no es la causante de la alergia, sino algunas sustancias que se disuelven en ella. También se afirma que, al contacto con el líquido, algunas pieles crean una sustancia tóxica que lleva a la formación de las ronchas.

Así mismo, se ha señalado que se produce porque las personas afectadas tienen un antígeno en su piel que se disuelve al contacto con el agua. Esta sustancia activaría el sistema inmunitario.

En este último caso, se propone la idea de que, al disolverse, el antígeno traspasaría las capas externas de la piel. Esto llevaría a que los glóbulos blancos liberen histamina. Luego, la sustancia provoca edema, dilatación de los vasos capilares y todos los síntomas de la urticaria.

Genética en la alergia al agua.
Una alteración genética podría ser la explicación de la alergia al agua, ya que solo 40 personas en el mundo la padecen.

Síntomas

El síntoma característico de la alergia al agua es la aparición de ronchas rojas pequeñas, de entre 1 y 3 milímetros, en la piel. Estas surgen entre 5 y 30 minutos después de haber entrado en contacto con el líquido. Por lo general, desaparecen por sí solas luego de 30 a 60 minutos.

También es posible ver pequeñas ronchas sin enrojecimiento. En todo caso, hay sensación de ardor o picor en la piel.

Aparecen en los brazos, el cuello y el tórax.

Esta alergia puede dar lugar a un choque anafiláctico. Los síntomas de gravedad son los siguientes:

  • Sibilancias al respirar.
  • Falta de aire.
  • Cara hinchada.
  • Sensación de tener un obstáculo en la gargantaa

Diagnóstico

El diagnóstico de la alergia al agua debe realizarlo el dermatólogo. Lo usual es que se haga una prueba sencilla, que consiste en lo siguiente:

  1. Colocar una compresa de papel empapada en agua sobre la espalda de la persona, a una temperatura de 35 grados centígrados.
  2. Esperar entre 15 y 30 minutos.
  3. Si transcurrido ese tiempo aparecen las ronchas características, se considera que la prueba ha dado un resultado positivo para alergia al agua.

Es importante que se descarten otras afecciones similares, como las siguientes:

  • Prurito acuagénico: la reacción no provoca urticaria, sino prurito. Casi siempre se limita a los miembros inferiores.
  • Urticaria colinérgica: las lesiones son similares, pero no se forman solo por contacto con el agua.
  • Urticaria a frigore: hay reacción alérgica al agua fría, pero no a la tibia o caliente.


Tratamiento para la alergia al agua

La alergia al agua es incurable, pero es posible ofrecer un abordaje paliativo. Se debe tomar en cuenta que algunas personas solo tienen una reacción leve y tolerable. En esos casos, no se toma ninguna medida, a menos que la situación empeore.

El tratamiento habitual, cuando los síntomas son más intensos, se centra en el uso de antihistamínicos. Estos deben ingerirse 2 horas antes de entrar en contacto con el agua.

También es posible que se receten anticolinérgicos, como la escopolamina. Así mismo, a veces se acude a cremas de barrera o aceites. Por lo general, en personas que practican deportes acuáticos.

También pueden ser eficaces los siguientes tratamientos:

  • Luz ultravioleta: se emplea radiación UVA, junto con la administración oral de psoralenos. Esto podría disminuir la respuesta de la piel al contacto con el agua.
  • Desensibilización: es una técnica empleada en diferentes alergias. Actúa como una vacuna. Consiste en exponer al paciente al agua de forma gradual y paulatina, hasta que desarrolle tolerancia.
Fototerapia para la alergia al agua.
La fototerapia con luz UVA se usa en estética, pero también en tratamientos dermatológicos de patologías, como la psoriasis o la alergia al agua.

Consejos y cuidados para los pacientes

Ninguna persona puede abstenerse del todo a entrar en contacto con el agua. Por lo tanto, lo indicado es tomar medidas para que la patología no sea una limitante absoluta.

Lo más recomendable son estos consejos:

  • Tomar duchas cortas y solo 2 o 3 veces a la semana.
  • Ponerse ropa de algodón ligera para ducharse si no se resiste el contacto directo.
  • Incrementar el consumo de frutas y verduras. Esto ayuda a compensar la falta de hidratación.
  • Cambiar el agua por refrescos o zumos de fruta.
  • Beber agua utilizando un pitillo. Esto impide que el agua entre en contacto con los labios.
  • Protegerse de la lluvia. Es importante estar atentos a las previsiones del clima.
  • No practicar actividades físicas que lleven a sudar en exceso.
  • Aplicarse aceite de lanolina o cremas para proteger la piel.
  • Evitar el contacto con el mar y las piscinas.

Lo más importante es seguir al pie de la letra las recomendaciones del dermatólogo. Cada caso es diferente.

En la actualidad se están realizando investigaciones en diversos países para encontrar las causas de la alergia al agua y su posible cura. Algunos fármacos experimentales parecen estar dando buenos resultados.


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