Hacer el amor sin ganas: ¿cómo podemos mejorar esta situación?

Hacer el amor sin ganas puede generar angustia y malestar, lo cual repercute directamente en la relación de pareja. No lo dejes pasar. Hay solución.
Hacer el amor sin ganas: ¿cómo podemos mejorar esta situación?
Isbelia Esther Farías López

Revisado y aprobado por la filósofa Isbelia Esther Farías López.

Última actualización: 09 julio, 2023

Hacer el amor sin ganas puede generar angustia y dolor para ambos. No solo repercute en la vida en pareja, sino que a nivel psicológico puede resultar realmente dañino para los dos.

Es importante, si se quiere seguir en la relación, buscar las razones de la falta de deseo o de ganas y tratar de darles una solución. No hay que darse por vencidos.

A continuación, te damos varias recomendaciones para solucionar este problema y volver a disfrutar de las relaciones sexuales con tu pareja.

Hacer el amor sin ganas es doloroso

Hombre preocupado en la cama

Son diferentes causas las que pueden provocar la disminución de la libido. El estrés de las preocupaciones y responsabilidades, algunos tratamientos médicos o situaciones no resueltas entre la pareja son solo algunas de ellas.

En ocasiones, la persona se atreve a decir “no” ante la invitación sexual, pero en otros momentos decide hacer el amor sin ganas. Entonces, el sexo se convierte en un trámite que debe cumplir por contrato. Piensa que es mejor hacerlo rápido para seguir adelante sin tener que caer en explicaciones.

Este comportamiento, a largo plazo, puede causar problemas de pareja bastante severos.

Ver también: ¿Cuál es la diferencia entre hacer el amor y tener sexo?

Medidas para solucionarlo

Existen diferentes medidas que se pueden tomar para revertir esa tensa situación. Cada persona puede intentar con diferentes alternativas y decidir cuál es la adecuada para aumentar su deseo sexual. Veamos.

1. Practicar actividades físicas

Muchas veces, la falta de libido se debe al estrés. Según sugiere este estudio realizado por un equipo de la Clínica Mayo, la práctica de ejercicio físico estaría asociada a la relajación. Por ello, no estaría de más descubrir si el deporte puede ayudaros en este tema.

Si consigues controlar tu forma de enfrentarte a los problemas, tendrás gran parte del camino hecho.

2. Hablar con la pareja

Tener confianza y ser transparentes con el otro es una buena forma de empezar. Habla con tu pareja sobre el problema que supone hacer el amor sin ganas. Puede que, para recuperar el deseo, debáis estimular los sentidos.

Por ejemplo, podéis probar a enviaros mensajes de contenido erótico sin avisar; utilizar juguetes sexuales o practicar nuevas posturas que os resulten placenteras.

3. Olvidad los dispositivos tecnológicos por un momento

Hay quienes no saben dejar de lado el uso de dispositivos electrónicos en ciertos momentos. También hay casos de personas que hacen de su habitación una sala de cine, en la cual la única actividad posible es mirar un episodio tras otro de la serie del momento, por ejemplo.

Para no caer en esto, hay que tener en cuenta que es necesario apagar el móvil, olvidarse de lo que pueda haber al otro lado de la pantalla y conectar, en todos los sentidos, con el otro.

Actualmente, entre las largas horas de trabajo, la vida social y el uso de las tecnologías cada vez es más difícil encontrar tiempo para mimarse a uno mismo (y al otro). Considera el sexo con tu pareja como una forma de dejar de lado las tensiones del día a día.

4. Acudir a experiencias eróticas

Anímate a incorporar literatura y vídeos eróticos. La innovación en las relaciones sexuales suele tener efectos muy positivos siempre y cuando ambas personas están de acuerdo.

De la misma forma, existen múltiples alternativas que pueden realizarse fuera de casa, como los tuppersex o el intercambio de parejas. Recuerda, eso sí, que ninguno debe sentirse presionado al respecto.

Siempre se puede retomar una relación sensual y satisfactoria. Lo importante es mantener una buena comunicación que facilite el entendimiento.

5. La meditación puede ser una alternativa

Al igual que la práctica de actividades físicas ayuda a disminuir el estrés, lo mismo ocurre con la meditación. Puede que al principio no te apetezca, pero es una buena alternativa para aprender a relajarse.

De esta forma, será mucho más sencillo aprender a gestionar el estrés que pueden causar los problemas en la cama. Puedes apuntarte a clases o, incluso, practicarlo por tu cuenta.

Mujer meditando en la cama

Pedid ayuda, si así lo consideráis

Por último, si se realizan todos los esfuerzos por mejorar y nada cambia, quizás sea el momento de acudir a terapia. Cada vez son más las personas que buscan consejo profesional ante los problemas de índole sexual.

Un sexólogo o un psicólogo pueden ayudar a descubrir qué sucede. Con sus enfoques y vuestro interés por solucionar la cuestión, todo mejorará.


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