Antracosis: la enfermedad de los mineros del carbón
Escrito y verificado por el biotecnólogo Alejandro Duarte
La antracosis es una afección pulmonar consecuencia de una prolongada exposición e inhalación de polvo con alto contenido en carbón. Esta enfermedad también es conocida como neumoconiosis del minero de carbón o enfermedad del pulmón negro. Esto se debe a que la afección tiene una alta prevalencia entre personas dedicadas a la minería.
El carbón es un mineral de color negro que contiene principalmente carbono. Contiene otros elementos tales como: azufre, oxígeno, nitrógeno o hidrógeno. Se utiliza como combustible fósil debido a su poder calorífico y su alto porcentaje de elementos volátiles.
Grupos de riesgo
Principalmente constituido por trabajadores pertenecientes a la industria carboquímica e industrias varias.
- Mineros.
- Cortadores de carbón.
- Fabricantes de grafito.
- Manufactureros de electrodos de carbón.
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Fisiología de la antracosis
El sistema inmunitario acaba con las partículas de polvo que se cuelan en el interior de los pulmones de forma natural. Esta función le corresponde a los macrófagos, células del sistema inmune que fagocitan (engullen) cualquier partícula externa indeseable.
Los macrófagos alveolares fagocitan las partículas de polvo que llegan al extremo final de los bronquios, los bronquiolos. Estos representan las ramificaciones últimas de los bronquios, donde ocurre el intercambio gaseoso.
Las partículas fagocitadas se acumulan en los intersticios pulmonares alrededor de los bronquiolos. Con el tiempo, darán lugar al síntoma más visible de la antracosis: las máculas de carbón. Estas se irán haciendo más grandes a medida que aumenta el tiempo que se está expuesto a este tipo de polvo.
Las máculas de carbón no son más que manchas negruzcas visibles en radiografías o tomografías computerizadas de tórax. Es el síntoma más claro para realizar el diagnóstico de esta afección.
En los casos más graves de antracosis, las máculas evolucionan a nódulos de carbón. Esto se debe a la acumulación de colágeno en los intersticios pulmonares (fibrosis). Además, las paredes de los bronquiolos se delimitan progresivamente. En consecuencia, se dilatan, lo que da lugar a un enfisema pulmonar focalizado que, a su vez, conlleva a una disminución de la función respiratoria.
La función respiratoria
Durante la inhalación, los alveolos se llenan de aire rico en oxígeno. Estas estructuras están rodeadas de finísimos capilares sanguíneos cuyo tamaño diminuto es imprescindible para que el oxígeno acceda al riego sanguíneo por difusión.Del mismo modo, la sangre que circula por estos capilares presenta altos niveles de dióxido de carbono, que accederá a los alveolos también por difusión para ser eliminado con cada exhalación
Cuando las paredes de los alveolos están excesivamente dilatadas (enfisema pulmonar), estos no adquieren durante la inhalación la presión necesaria para que se produzca el intercambio gaseoso, por lo que pierde su función.
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Sintomatología y tratamiento de la antracosis
Los alveolos cuyas paredes han sido dañadas no volverán a recuperar su integridad. Por lo tanto, la pérdida de función respiratoria es progresiva y crónica. Estos síntomas son muy comunes también en fumadores habituales,quienes suelen desarrollar EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), afección cuya fisiopatología es muy similar a la antracosis.
Por otro lado, parece que la antracosis se relaciona con una mayor predisposición a padecer artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune crónica que afecta a las articulaciones y tejidos circundantes produciendo inflamación y dolor.
Por norma general, la antracosis no suele producir síntomas. De hecho, los síntomas pulmonares son causados por afecciones secundarias derivadas de la acumulación de carbón, pero no debidas a ella.
Según los expertos, entre estos síntomas se encuentran:
- Enfisemas pulmonares focalizados.
- Aparición de ciertos tipos de cáncer (en algunas casos, no se trata de una constante).
- Por otra parte, en algunos pacientes, puede haber un desarrollo de tos crónica, aun cuando dejan de estar expuestos a ese tipo de polvo.
El tratamiento de la antracosis, en algunas ocasiones, puede incluir:
- Terapias con oxígeno.
- Rehabilitación pulmonar.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, los defectos producidos como consecuencia de la exposición son crónicos, por lo que el tratamiento se suele limitar a restringir a los individuos de nuevas exposiciones, especialmente en los casos más graves.
Se considera importante adoptar, como medida adicional, mantener al paciente en un entorno limpio o, en otras palabras, con la menor contaminación posible.
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