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Aprende a defenderte de una crítica asertivamente

4 minutos
Además de no sentirnos ofendidos, al aceptar una crítica de forma asertiva y no ponernos a la defensiva también conseguiremos un equilibrio mayor a nivel psicológico.
Aprende a defenderte de una crítica asertivamente
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña

Última actualización: 06 julio, 2023

A lo largo de todo un día estás sometido a multitud de críticas. Por eso, hoy aprenderás a defenderte de una crítica asertivamente. La asertividad es una capacidad muy poco desarrollada y que nos permite defender nuestros derechos y hacérselo saber a los demás de una manera respetuosa.

Algunos ejemplos de asertividad los podemos encontrar cuando decimos “no” o cuando nos permitimos expresar una opinión sin pedir disculpas ni, menos aún, esperando algún tipo de aprobación.

No te pongas a la defensiva. Mejor, pregunta

En el momento en el que alguien nos hace una crítica, la primera reacción que tenemos es ponernos a la defensiva. Sentimos la crítica como un ataque, nos duele y nos ofende. Por eso, nos ponemos alerta.

Sin embargo, en el momento en el que nos ponemos a la defensiva, contraatacamos. Le echamos en cara algo al otro e intentamos pagarle con la misma moneda.

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Si quieres aprender a defenderte de una crítica asertivamente, este no es el mejor camino que puedes seguir. Es más, contraatacar no hace más que ponerte al nivel de la otra persona y, quizás, eso no sea lo que quieras.

Por eso, cuando notes que las emociones te impulsan a defenderte de esa crítica que te están haciendo, respira, detente y pregunta. La pregunta es algo que la persona que critica no se espera. Su objetivo es que aceptes lo que te dice, que quizás incluso te sientas mal.

Por ejemplo, si alguien te dice: “¡qué pintas traes hoy!”. En vez de intentar justificarte, agachar la cabeza y mostrarte inseguro y avergonzado, o contraatacar con un “¡pues anda que tú!”, mejor pregunta “¿qué le ocurre a mi manera de vestir?”.

Lo más probable es que la otra persona no sepa qué contestarte o que si lo hace su respuesta sea absurda. Lo importante es que no dejes que la crítica te enfade y, menos aún, que te haga sentir mal.

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Reconocer la crítica de manera asertiva

En el caso de que alguien critique algo que hemos hecho, no para hacernos sentir mal ni porque tenga determinadas creencias al respecto, sino porque tiene razón en lo que dice, tampoco es una buena idea que nos pongamos a la defensiva.

Si un amigo nos dice lo mucho que hemos tardado para arreglarnos y quedar con él, no es positivo que le digamos “¿te acuerdas de aquella vez en que yo también tuve que esperar por ti?”.

Estas maneras de afrontar una crítica, en vez de fortalecer las relaciones, las van minando poco a poco, hasta que el desgaste es tal que terminan rompiéndose. Lo ideal sería responder de una manera asertiva diciendo “es verdad, he tardado mucho”.

Si te critican también diciendo “no se puede dialogar contigo, no tienes ni idea de política” puedes responder “es cierto, no sé nada sobre política”.
Aceptas que no sabes o que te has equivocado o que has cometido un error, pero en ningún momento permites que eso te aplaste y menos aún que te haga sentir que tienes que cambiar.

Por ejemplo, si no sabes nada de política porque no te interesa en absoluto ese tema, no tienes por qué empaparte de él solo porque te hayan hecho una crítica que te ha sabido mal. Acepta esto como parte de ti y expresa tu posición al respecto sin pudor.

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Defenderte de una crítica asertivamente respetando la opinión de los demás

 

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En todo esto, hay algo muy importante y es que puedes defenderte de una crítica asertivamente siempre que respetes la opinión de los demás. Pero, ante todo, debes respetarte tú mismo.

Si alguien te dice que llevas unos pantalones horrorosos, no tienes por qué ofenderte, ni tampoco rechazar esa opinión. Respétala, acéptala y di “¿ah sí? Vaya, pues a mí me encantan”. No todos podemos tener los mismos gustos y tú no tienes por qué cambiar los tuyos.

Puedes respetar que la otra persona haya sido sincera y te haya dado tu punto de vista, pero recuerda que son tus gustos y tus opiniones los que deben primar sobre ti.

A pesar de que a las demás personas no les gusten tus pantalones, si a ti te encantan, eso es lo que debe estar primero. De esta manera, aprenderás también a ser más flexible con las opiniones y gustos de los demás.


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