Aprovecha las bolsitas de infusión para hacerte mascarillas
Revisado y aprobado por la médica Karla Henríquez
En otros artículos, ya hemos dado a conocer los distintos usos que se le pueden dar a las bolsitas de infusión ya utilizadas. Las podemos meter en los armarios o en la nevera para quitar olores, podemos usarlas para limpiar cristales y alfombras, para fertilizar la tierra del huerto, etc.
Pero, a continuación, te explicamos cómo puedes reutilizar las bolsitas de infusión para prepararte mascarillas que pueden ayudarte a limpiar, nutrir y relajar el cutis. ¡Descúbrelo!
Las bolsitas de infusión
Los restos de plantas o hierbas que contienen las bolsitas de infusión, una vez reposados con agua caliente, activan sus propiedades. Estas se pasan al agua ,pero también permanecen en las hojas humedecidas.
Al mezclarlas con otros ingredientes, se pueden potenciar sus efectos. Además, nos permiten exfoliar el rostro con suavidad una vez retiremos la mascarilla.
Así pues, se pueden usar el mismo día, guardarlas en la nevera para utilizarlas en los dos días siguientes o bien congelarlas para cuando las necesitemos.
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¿Qué bolsitas de infusión se pueden usar?
A continuación, detallamos cuáles son las bolsitas de infusión que pueden resultar más beneficiosas para la piel del cutis gracias a las propiedades de sus componentes:
- Té verde. El té verde es un potente antioxidante ayuda a prevenir los radicales libres que causan envejecimiento gracias a que es rico en catequinas, como evidencia este estudio publicado en Chinese medicine. Además, ayuda a regular el exceso de grasa gracias a sus propiedades astringentes.
- Manzanilla. La manzanilla tiene propiedades calmantes y antiinflamatorias, como señala esta publicación de Electronic physician, por lo que puede resultar beneficiosa para las pieles más sensibles, irritadas o con tendencia a enrojecerse. También podría ayudar a aliviar las bolsas bajo los ojos y la cara hinchada.
- Romero. Se cree que las infusiones de romero ayudan a mejora la circulación cuando las tomamos y también cuando las aplicamos en el cutis. De hecho, una investigación publicada en Complementary therapies in medicine, llevada a cabo en una persona con la enfermedad de Raynaud, señala que un masaje en las manos con aceite de romero le ayudó a calentar más rápido los dedos. Aunque, por el momento, son necesarios más estudios al respecto.
- Escaramujo. Con el fruto del escaramujo se elabora el famoso aceite de rosa mosqueta, un elemento beneficioso para las pieles maduras y secas, y para prevenir las arrugas y marcas de expresión. Así, un artículo publicado en la revista Scientia Agropecuaria señala sus propiedades antioxidantes y cicatrizantes.
- Cola de caballo: Esta planta medicinal de propiedades diuréticas y remineralizantes aporta una gran cantidad de silicio, un mineral imprescindible para tener una piel elástica, tonificada y sin arrugas. Además, puede ayudar al tratamiento de la osteoporosis, como evidencia este estudio publicado en Cell proliferation. Asimismo, sus propiedades antioxidantes ayudan a combatir los radicales libres para prevenir el daño celular.
¿Cómo preparar la mascarilla?
Para preparar la mascarilla, elegiremos una bolsita de infusión ya usada, que será el ingrediente base de nuestra mascarilla. Abriremos la bolsita y pondremos el contenido en un recipiente. Ahí, añadiremos, también, el resto de ingredientes, adaptados a nuestro tipo de piel:
- Para hidratar sin aportar demasiada grasa: yogur, leche de avena, plátano, miel de abeja, aceite de coco o aceite de jojoba, yema de huevo.
- Para nutrir en profundidad: aceite de oliva, aceite de sésamo, aceite de lino, aceite de rosa mosqueta, aguacate.
- Para dar firmeza a la piel: gel de aloe vera, clara de huevo.
- Para eliminar el exceso de grasa: zumo de limón, zumo de piña, agua marina.
- Para regular pieles mixtas: aceite esencial de lavanda, arcilla blanca.
- Para calmar pieles delicadas: agua de rosas, aceite esencial de lavanda, yogur, avena, arcilla blanca.
- Para controlar los granitos y prevenir el acné: arcilla verde, aceite esencial de árbol de té, aceite esencial de menta, aceite de onagra, levadura de cerveza.
La mascarilla ideal debería estar preparada con el contenido de una bolsita de infusión y dos ingredientes adecuados a cada tipo de piel. ¿Pero cómo la usamos?
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¿Cómo nos aplicamos la mascarilla?
- Para empezar, mezclaremos los ingredientes hasta conseguir una pasta que nos podamos untar con facilidad. No debe ser demasiado líquida ni demasiado espesa.
- Después, nos la aplicaremos sobre la piel, con la cara lavada, limpia y seca. Evitaremos la zona más sensible del contorno de los ojos.
- A continuación, la dejaremos actuar entre 15 y 30 minutos.
- Después, nos aclararemos con agua haciendo, con suavidad, círculos, a modo de exfoliación, en las zonas más grasas. Estas suelen ser la frente, la nariz y, a veces, la barbilla.
- A continuación, hidrataremos la piel con nuestra loción habitual.
- Podemos aplicarnos esta mascarilla una vez por semana.
- Además, recomendamos ir variando los ingredientes para comprobar cuáles son los que mejor le van a nuestro cutis.
Recomendaciones sobre las bolsitas de infusión para hacer mascarillas
Como has podido comprobar, gracias a las propiedades de los compuestos de las bolsitas de té, se pueden elaborar numerosas mascarillas que pueden resultar beneficiosas para cada tipo de piel.
No obstante, es importante consultar con un médico antes de probar cualquiera de las opciones que hemos comentado o los cambiar los hábitos de vida, ya que productos naturales, como puede ser un té, pueden causar reacciones alérgicas o interferir con ciertos medicamentos.
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