Arritmia y consumo de sal: ¿cómo se relacionan?
Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias
El consumo excesivo de sal se considera perjudicial, pues eleva el riesgo de arritmia y otros problemas vinculados a la presión arterial. Ahora bien, esto se agrava con la ingesta de sal de mala calidad, muy procesada, y en las personas que tienen predisposición genética a estos trastornos.
De cualquier modo, el sodio es un mineral esencial para el control de varios procesos fisiológicos. No solo es determinante para la adecuada transmisión del impulso nervioso, sino para prevenir la diabetes tipo 2. Así pues, la idea no es eliminarlo por completo de la dieta; simplemente, moderar su ingesta. Veamos más al respecto.
¿Qué alimentos tienen un alto contenido en sal?
Por lo general, los alimentos con más contenido de sal son los ultraprocesados industriales. Estos productos se fabrican para ser hiperpalatables, lo que conduce al deseo de comerlos en exceso. A partir de aquí, es probable que se experimenten diversos problemas, sobre todo de tipo inflamatorio.
Y es que no solo concentran sodio en su interior, sino también azúcares simples y grasas trans en grandes cantidades. Ahora bien, hay que tener en cuenta que la sal es un elemento presente en casi todos los productos de consumo regular.
No obstante, esto no es nocivo para la salud. Al revés, resulta necesario. Eso sí, hay que ingerirla en cantidades adecuadas. La que se encuentra en los alimentos frescos no suele suponer un problema a medio plazo. Además, no es refinada, por lo que hablaríamos en este caso de sal de alta calidad.
Incluso podemos destacar que algunos estudios recientes aconsejan un aporte total de sodio cercano a los 5 gramos al día, muy por encima de las recomendaciones actuales de los principales organismos internacionales.
Se ha demostrado que esta dosis es eficiente para reducir la mortalidad por cualquier causa y para mejorar el funcionamiento de la fisiología del organismo. Aun así, será clave incrementar también el aporte de potasio.
La relación entre la sal y la arritmia
Aunque la sal es un elemento indispensable para la vida, su consumo en cantidades excesivas tiende a derivar ineficiencias en el medio interno. En particular, la alteración de la fisiología de los canales de sodio puede derivar una situación de arritmia, tal y como evidencia una investigación publicada en la revista Advances y Pharmacology.
De todos modos, esto no significa necesariamente que un consumo inadecuado de sal o de sodio vaya a generar este problema. Existe bastante especulación al respecto.
Lo que muchos autores sostienen es que ingerir cantidades elevadas de sal —en un contexto de malos hábitos de vida— sí que puede afectar de forma negativa al funcionamiento del sistema cardiovascular.
Si el aporte de potasio no es suficiente, o si hablamos de situaciones de sedentarismo, puede que se experimenten consecuencias negativas para la salud. Ahora bien, también existen momentos en los que el aporte de sal y de sodio ha de aumentarse.
Un ejemplo sería el caso de los deportistas que realizan su actividad en condiciones de humedad y de calor. Aquí hay que compensar el sodio que se pierde a través del sudor, por lo que es conveniente asegurar un aporte significativo en las comidas. De lo contrario, se eleva el riesgo de hiponatremia y problemas de salud.
Estrategias dietéticas para prevenir enfermedades cardiovasculares
Aparte de optimizar el consumo de sal, existen otras estrategias que pueden resultar eficientes de cara a mejorar el funcionamiento del sistema cardiovascular. Por ejemplo, será importante evitar las dietas hipercalóricas en el contexto del sedentarismo. El sobrepeso eleva de forma considerable el riesgo de trastornos cardíacos.
Por otra parte, habrá que evitar hábitos tóxicos como el consumo de alcohol y de tabaco. Estos elementos pueden causar rigidez arterial a medio plazo, lo que aumenta el riesgo de hipertensión.
El consumo de antioxidantes también es beneficioso, ya que ayuda a neutralizar la formación de los radicales libres y su posterior acumulación en los tejidos. En última instancia, no hay que dejar de lado la práctica de actividad física.
Este hábito aumenta la eficiencia cardíaca y eleva su capacidad para bombear la sangre. Asimismo, disminuye los niveles de inflamación y previene alteraciones como la agregación plaquetaria.
¿Cuál es la cantidad de sal adecuada para el consumo?
En cuanto al consumo máximo de sal, existe bastante discordancia en la actualidad. Los autores más clásicos consideran que sería óptimo mantener el aporte diario de sodio por debajo de los 2 gramos, mientras que las evidencias recientes sostienen que hasta 5 gramos al día son seguros.
Sea como sea, en lo que coinciden los expertos es en la necesidad de mantener un equilibrio entre el consumo de sodio y de potasio, ya que presentan efectos antagónicos sobre el control de la presión arterial.
Del mismo modo, estas recomendaciones pueden verse alteradas en deportistas o en el caso de personas que viven en lugares donde las temperaturas son muy elevadas. Bajo estos contextos, conviene adaptar individualmente la dieta para evitar problemas con el equilibrio electrolítico.
El consumo de sal podría estar relacionado con el desarrollo de arritmia
A pesar de que falta evidencia al respecto, algunos investigadores consideran que una ingesta elevada de sal puede incrementar el riesgo de sufrir una arritmia, en especial en personas con predisposición. También hay motivos para asociarla al desarrollo de varios trastornos cardiovasculares.
De todos modos, el sodio es un elemento importante para el organismo. Por eso, ha de aparecer en la pauta diaria en cantidades suficientes. Lo idóneo es evitar alimentos como los ultraprocesados industriales, pues sus cantidades de sal y otros aditivos son bastante elevados.
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