Beneficios de comer 4 dientes de ajo al día que desconocías
Revisado y aprobado por la nutricionista Eliana Delgado Villanueva
En varias ocasiones, a nivel popular se ha llegado a afirmar que sería beneficioso comer uno o varios dientes de ajo regularmente. Generalmente se suele decir que con comer un diente de ajo en ayunas sería posible cuidar la salud cardiovascular. Ahora bien, ¿qué podrían brindar cuatro dientes de ajo?
El ajo es un alimento que se usa mucho en la cocina. Con él sazonamos diversos platos y hasta preparamos aderezos y salsas. Aporta un sabor muy particular y permite obtener preparaciones con un aroma exquisito, como el pan de ajo, por ejemplo.
El ajo, un alimento milenario
La planta del ajo pertenece a la familia Allium (al igual que la cebolla y el puerro). De los bulbos se obtienen los dientes (también llamados gajos).
La Fundación Española de la Nutrición indica que el ajo (Allium sativum L.) es un alimento bajo en calorías, fuente de minerales como: el yodo, el fósforo y el potasio. Adicionalmente, contiene vitamina B6 y compuestos sulfurados (dentro de los cuales destaca la alicina).
La alicina es un compuesto azufrado que se libera cuando se fractura corta o machaca el diente de ajo. Se le han atribuído principalmente propiedades antibióticas y antioxidantes, aunque también se ha llegado a sugerir que podría ser un agente hipoglucémico (es decir que ayudaría a reducir los niveles de azúcar en la sangre).
Beneficios que aportaría comer 4 dientes de ajo
Algunos de los principales beneficios que aportaría el hecho de comer 4 dientes de ajo al día, dentro de una dieta equilibrada son los siguientes que vamos a comentarte a continuación.
1. Reduciría el colesterol
Como a lo largo de los últimos años se han realizado diversas investigaciones para evaluar si comer dientes de ajo podría ayudar a reducir el colesterol y, en concreto, el colesterol malo, aún no se ha descartado la idea de que podría ser útil. Sin embargo, queda por determinar cómo.
Mientras tanto, en el ámbito popular popular se sigue recomendando su consumo regular a las personas que tienen los niveles de colesterol altos. Por otra parte, se cree que comer dientes de ajo podría ayudar a prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales, infartos y presión arterial elevada.
2. Ayudaría a combatir enfermedades virales
Según la sabiduría popular, el ajo podría ayudar a eliminar los agentes patógenos que causan infecciones (como la gripe, por ejemplo). Por ello, se suele decir que comer dientes de ajo podría ayudar a “ahuyentar” las enfermedades infecciosas.
3. Apoyaría la salud ósea
Según un estudio, el ajo podría contribuir con el alivio de la inflamación en mujeres menopáusicas con osteoporosis. En concreto, afectaría la metabolización de estrógenos, lo que podría ser la explicación científica para dicho beneficio.
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4. Mejoraría el rendimiento
La Fundación Española de la Nutrición indica que en la Antigüedad, el ajo se usaba para reducir la fatiga y aumentar las capacidades de los trabajadores (en términos de fuerza y resistencia).
Por otra parte, los atletas olímpicos de la Antigua Grecia lo consumían antes de las pruebas. Por ello, se cree que comer dientes de ajo contribuye con el rendimiento físico.
Beneficios adicionales
Según algunos estudios, incluir el consumo de dientes de ajo en la dieta con regularidad podría:
- Reducir los niveles de azúcar en la sangre.
- Fluidificar la sangre, mejorando así la circulación.
- Mejorar el funcionamiento del hígado y aparato renal.
- Apoyar la salud del corazón y el resto del sistema cardiovascular.
Y según creencias populares, se cree que comer dientes de ajo podría ayudar a reforzar el sistema inmunitario, previniendo así infecciones (o reduciendo su impacto en el organismo).
¿Cómo comerlo? ¿Crudo o asado?
Los expertos de la Fundación Española de la Nutrición explican lo siguiente: “los efectos que produce el ajo parecen manifestarse, sobre todo, cuando este se ingiere crudo, sin embargo ciertos autores señalan que mantiene sus propiedades tras el proceso de fritura o cocción”.
Hay quienes consideran que, para aprovechar sus beneficios, habría que comerlos crudos. Sin embargo, hay quienes afirman que lo más recomendable sería cocerlos de ciertas maneras, pues mediante el calor se conseguirían que los compuestos “se activen”.
Se cree que poniendo en práctica ciertas técnicas, se podría evitar la pérdida de nutrientes al asarlo. Una de ellas consiste en picarlo y dejarlo reposar durante unos 45 minutos. En ese tiempo, la alicina se activaría y ya no se destruiría aunque se cocine. De esta manera, se podría consumir tanto crudo como cocido, sin perder sus aportes.
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