Besar mejora la salud y estos 8 beneficios de los besos están comprobados
Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto
Pareciese lógico pensar que los besos son buenos para la salud y que tienen sus beneficios. Nos besamos de manera natural y casi automática para saludarnos, para demostrar afecto a un familiar y no concebimos las relaciones románticas sin un beso.
Sin embargo, no está claro que la humanidad siempre se haya besado. De acuerdo con información recopilada por los antropólogos, no fue hasta el 2500 a. C. que el beso adquirió estatus de demostración romántica.
Además, se calcula que el 10 % de la población humana mundial no tiene el hábito de besarse por ningún motivo. Más aún, menos del 50 % de las culturas tienen presente al beso romántico (labios contra labios).
Entonces, ¿por qué y para qué besamos? ¿Tiene alguna función biológica la práctica? De una u otra manera, hoy es un hecho tan relevante, que hasta le fijamos un Día Internacional, que se celebra cada 13 de abril.
Besar podría mejorar nuestro bienestar en distintos aspectos. Veamos, entonces, cuáles son los beneficios de los besos para la salud, corroborados por la ciencia que los estudia: la filematología.
1. Besar reduce el dolor corporal
El acto de besar de forma interesada y con afecto permite la liberación de diversas hormonas y sustancias. En concreto, hay una mayor concentración de dopamina y de endorfinas en el sistema nervioso central.
Las endorfinas son neurotransmisores que funcionan, entre otras cosas, de manera similar a los analgésicos. Se unen a receptores específicos en las neuronas, reduciendo la transmisión de las señales de dolor y generando alivio.
Así es como uno de los beneficios de los besos para la salud es el aumento de las endorfinas. A propósito, también podemos aumentarlas por otros medios, como la práctica regular de ejercicio físico.
2. Más besos es menos riesgo cardiovascular
La Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) asegura que las demostraciones de afecto, sobre todo las táctiles (acariciar, abrazar y besar), mejoran parámetros asociados a la salud del corazón. Podrían reducir la presión arterial, fomentar la circulación sanguínea y hasta reducir el colesterol.
Al respecto de este último punto, un estudio publicado en Western Journal of Communication reveló que los besos en pareja podían disminuir el colesterol total sanguíneo. Y ello es muy importante para la salud cardiovascular, ya que esta sustancia es, en parte, responsable de las obstrucciones arteriales.
3. Besar incrementa la oxitocina
Cuando recibimos apoyo por parte de una pareja, y ese apoyo se expresa en lo físico, aumentan las concentraciones de una hormona llamada oxitocina. La denominación menos técnica para esta sustancia es «hormona del amor».
La oxitocina es también un neurotransmisor y desempeña varios roles en el cuerpo humano. Se la considera una hormona del apego, ya que se asocia con la formación y el mantenimiento de vínculos emocionales y sociales.
Por otro lado, contrarresta algunos efectos del cortisol, que es la hormona del estrés. Así que estaría asociada a más sentimientos de felicidad, bienestar y satisfacción.
Uno de los roles fundamentales de la oxitocina es su participación en la maternidad. Durante el parto y la lactancia, facilita la contracción del útero para el parto y promueve la liberación de la leche materna para alimentar al bebé.
4. El beso funciona como antialérgico
Las personas que sufren cuadros clínicos alérgicos podrían encontrar que los besos tienen beneficios para su salud a través del alivio de sus síntomas. En particular, para quienes padecen rinitis y eccema.
Una investigación conducida en Osaka, Japón, demostró que besarse reduce los niveles de inmunoglobulina E específica. Es decir, de la sustancia que se incrementa en la sangre y reacciona ante los alérgenos. Se trata del mismo mecanismo que usan algunos fármacos antialérgicos.
5. Menos estrés, ansiedad y depresión
La liberación de oxitocina y de endorfinas actúa de modo directo en el estado de ánimo. Estas hormonas generan placer por sí mismas, pero también reducen los efectos de otras sustancias que podrían actuar en sentido contrario, como sucede con el cortisol.
Los besos pueden activar el sistema de recompensa del cerebro. El mismo está mediado por la dopamina. Esta es una de las razones por las que, al besar, queremos repetir la acción. La interpretamos como algo bueno y placentero, que nos trae felicidad.
Si hablamos de los besos en el marco del amor romántico, la neurobiología nos explica que el fenómeno químico que ocurre en nuestro cerebro conduce a la reducción del estrés. Sentirse querido, apreciado y contenido, con demostraciones físicas de ese sentimiento, reduce la probabilidad de experimentar ansiedad y depresión.
En las parejas estables y de larga duración, la frecuencia de los besos estaría en consonancia con la satisfacción respecto a la relación. Eso crearía un ambiente de mayor contención y capaz de promover la felicidad a diario.
El intercambio de las muestras de afecto es una potente herramienta para combatir el estrés. Cuando besamos al otro, lo estamos ayudando a superar sus dificultades y sus problemas diarios y cotidianos.
6. Haces ejercicio al besar
Hay distintos tipos de actividad física y todas ellas queman calorías. Algunas lo hacen en mayor medida y otras un poco menos.
Al besar, podríamos contribuir a nuestra salud con un movimiento que consume alrededor de 20 kilocalorías. No es mucho, pero tampoco es nada.
Hay que considerar que el beso romántico activa una serie de mecanismos fisiológicos de adaptación que se asemejan a los del deporte. Sube la frecuencia cardíaca, se contraen músculos y la cantidad de respiraciones por minuto aumenta.
7. En el beso estimulamos al sistema inmunitario
La microbiota oral es el conjunto de microorganismos que residen en la boca de manera habitual. Se trata de una comunidad que nos protege, pero que también puede enfermarnos.
A través del beso frecuente, las parejas intercambian información de sus microbiotas orales. Ello provoca que el sistema inmunitario de uno reconozca patógenos y antígenos que provienen de otro.
Como si se tratase de pequeñas dosis de vacunas, aprendemos de esos intercambios de saliva. A largo plazo, el cuerpo se vuelve más eficiente para reconocer agentes extraños y actuar en consecuencia.
8. Fortalecemos los vínculos
Los beneficios de los besos para la salud no acaban en lo físico. Besar interviene en la vitalidad de las relaciones sociales. No solo desde el acto en sí. También hay componentes biológicos y químicos que parecen determinar su validez y su peso a la hora de confirmar o rechazar a otro.
Entre adolescentes, los besos frecuentes suelen interpretarse como buena señal de la relación. Son demostraciones de afecto que reaseguran la autoestima y parecen revelar un compromiso de base para continuar a futuro.
Pero en las relaciones paternales también sucede algo similar, aunque con otros propósitos. Según un análisis publicado en Science, el intercambio de saliva por besos de afecto, entre padres e hijos, determina un vínculo más potente y de mayor seguridad. Los niños pequeños esperan que, quien los besa, les otorgue protección.
Besar también trae problemas a la salud
A pesar de sus beneficios para la salud, besar tiene la capacidad de contagiar microorganismos patógenos. La saliva es un medio para que virus y bacterias pasen de un huésped a otro.
Entre las enfermedades transmitidas por el beso, las más frecuentes son las siguientes:
- Resfrío común y gripe.
- Mononucleosis infecciosa, por el virus de Epstein-Barr.
- Infecciones de transmisión sexual, como la sífilis y la gonorrea.
- Herpes, sobre todo, por el virus del herpes simple tipo 1, que se asocia a la forma labial de las lesiones.
De todas maneras, eso no quiere decir que no haya que besar. Lo idóneo sería tomar los recaudos suficientes para no contagiar a otros si estamos resfriados, con gripe, con una lesión activa en los labios o tenemos un diagnóstico claro de una enfermedad transmisible.
Los beneficios de los besos para la salud van más allá de lo romántico
Besar no es solo una expresión de amor o de excitación. También significa respeto, a veces, y conexión emocional, en el amplio sentido del concepto.
La liberación de oxitocina y de dopamina, la reducción del estrés, la mejora del sistema inmunitario y otros beneficios de los besos para la salud pueden tener un impacto positivo en nuestro bienestar. Tanto en lo físico como en lo mental.
La forma en que besamos es variable. Hay quienes aprenden técnicas para mejorar su forma de besar y otros que siempre incurren en los mismos errores.
El acto cambia entre personas, en las diferentes edades y de acuerdo a la cultura. Sucede entre parejas, pero también entre hermanos, amigos, padres e hijos y hasta recién conocidos.
Los besos son integrales a la experiencia humana en gran parte del mundo. Algunos tienen nombre propio y no se dan con la boca, como el beso de Singapur, mientras que otros son anónimos. Aun así, no dejan de ser tan placenteros como fascinantes.
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