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¿Qué ocurre en tu cuerpo cuando te duchas con agua fría por las mañanas?

3 minutos
Acorde con los expertos, el agua fría tiene un doble efecto. Activa el sistema nervioso para darte más energía y mejora el ánimo casi de inmediato.
¿Qué ocurre en tu cuerpo cuando te duchas con agua fría por las mañanas?
Publicado: 26 noviembre, 2025 09:00

Las duchas con agua fría por las mañanas cada vez ganan más popularidad. Deportistas, celebridades, influencers y gurús del bienestar aseguran que empezar el día con un chorro de agua helada cambia por completo su energía. Y aunque a muchos les parezca una idea terrible, este sacudón ayuda a terminar de despertar y despejar la mente.

Más allá de la sensación inicial que suele incomodar, el agua fría activa con rapidez el sistema nervioso simpático, aumentando la alerta, el enfoque, la sensación de energía y hasta el estado de ánimo. Si estás acostumbrado al agua caliente, bastan unos segundos de frío para darte un impulso extra por la mañana.

La ciencia detrás de la energía que produce el agua fría

Cuando el cuerpo entra en contacto con agua fría, activa de inmediato su sistema de alerta biológica. Los sensores de frío de la piel envían señales al sistema nervioso simpático, que responde liberando noradrenalina, una hormona relacionada con el estado de alerta y la energía. 

Al mismo tiempo, el cuerpo inicia un proceso natural de termorregulación. Al detectar la caída de temperatura, aumenta la producción de calor interno para proteger los órganos. Esta respuesta activa el tejido adiposo marrón (el encargado de generar calor) y estimula procesos celulares que mejoran el metabolismo energético. 

Un reciente estudio publicado en The Journal of Physiology resaltó que una de las moléculas clave asociadas a este efecto es PGC-1α, conocida por impulsar la producción de nuevas mitocondrias, las “centrales eléctricas” de nuestras células. Más mitocondrias significa mayor capacidad de generar energía y, por ende, más vitalidad.

Beneficios potenciales de las duchas de agua fría

Bañarte con agua fría en las mañanas puede sacudirte la pereza en segundos. Ese cambio brusco de temperatura pone en marcha mecanismos internos que te hacen sentir más vivo y con una energía distinta a la que tienes al salir de una ducha caliente. Incorporar este hábito en tu rutina puede brindarte los siguientes beneficios. 

  • Ayuda a despertarte de verdad: el choque del agua fría activa el sistema nervioso simpático y eleva la noradrenalina, ayudándote a despejarte de inmediato.
  • Aumenta la energía matinal: al intentar recuperar su temperatura,  tu cuerpo se “enciende” y genera una sensación de arranque físico y mental.
  • Mejora el estado de ánimo: el frío provoca una liberación breve de catecolaminas, sustancias que pueden elevar el ánimo y disminuir la sensación de cansancio.
  • Brinda una sensación de bienestar: superar ese primer choque frío puede darte una sensación de logro y más confianza para enfrentar el día.
  • Fortalece la tolerancia al estrés: la exposición breve al agua fría entrena al cuerpo para responder con más calma ante situaciones estresantes del día a día.

¿Cómo empezar a incluir los baños de agua fría en tu rutina?

Si estás acostumbrado al agua caliente y quieres darle una oportunidad a los baños de agua fría, lo ideal es hacerlo poco a poco.  Al final de tu ducha normal, cambia a agua fría durante 10 a 15 segundos. Cuando ya no te resulte tan chocante, ve subiendo a 30–60 segundos. Esta progresión suave permite que tu cuerpo se adapte sin ansiedad.

Mientras estés bajo el agua fría, trata de respirar despacio, sin ahogarte ni entrar en pánico. Si en algún momento sientes mareo, presión en el pecho, palpitaciones o falta de aire, es mejor parar. Y si nunca has hecho inmersiones en agua helada, evita empezar de golpe con algo tan intenso, una ducha es más que suficiente para iniciar.

Lo más importante es recordar que unos segundos bien llevados son más que suficientes para aportar energía y bienestar sin necesidad de forzarte. La idea es que este hábito te sume, no que te deje sin aliento. Con voluntad y disciplina, cualquier persona puede convertir el agua fría en un aliado diario.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.