Uñas frágiles y manicura que dura poco: este es el error que estás cometiendo en casa

Te has hecho una hermosa manicura en un salón, pero en una semana ya notas que la pintura ha comenzado a caer y las uñas se rompen. El problema puede estar en las tareas cotidianas que haces en casa todos los días. El contacto frecuente con productos de limpieza y el agua caliente aceleran el deterioro del esmalte y debilitan las uñas. Si comienzas a usar guantes de la manera correcta, notarás un gran cambio.
El agua y los detergentes dañan tus uñas
Las uñas están naturalmente protegidas por una capa lipídica que las mantiene flexibles y resistentes. El agua caliente y los productos de limpieza la eliminan, dejando la uña desprotegida. Las uñas comienzan a laminarse, partiéndose en capas horizontales.
Además, cuando la uña se moja y seca constantemente, el problema empeora. Al contacto con el agua se hincha y al secarse se contrae, debilitándose aún más. La fricción durante la limpieza añade un factor más de desgaste.
El esmalte y el gel de la manicura necesitan adherirse a una superficie estable. Sin embargo, cuando la uña absorbe agua, la capa superior se expande y el esmalte pierde adherencia. El agua también se filtra entre la uña y el producto, creando pequeñas burbujas que terminan desprendiendo la pintura.
Los detergentes contienen tensioactivos que penetran en la cutícula y alrededor del esmalte, debilitando el sellado. Por eso, aunque tu manicura parezca resistente al salir del salón, puede empezar a levantarse tras unas horas de tareas domésticas.
Hábitos para proteger tus uñas y cuidar tu manicura
Lo más efectivo es usar guantes de goma, pero debes hacerlo de la siguiente manera:
- Elige guantes con forro de algodón porque absorben el sudor y evitan que tus manos se maceren dentro del guante. Si tus guantes no lo tienen, ponte unos guantes finos de algodón debajo.
- Prefiere vinilo o nitrilo, ya que estos materiales son más resistentes que el látex y menos propensos a provocar alergias. Además, soportan mejor el contacto con productos químicos.
- Aplica aceite o crema en tus manos después del contacto con agua. Un aceite de cutícula o una crema de manos hidratante restaura los lípidos perdidos.
- Opta por la manicura en seco para que la adherencia del esmalte sea mejor. La cutícula se puede empujar suavemente sin necesidad de remojar.
Si trabajas en limpieza profesional o realizas otras tareas que hacen que tus manos estén en contacto frecuente con agua, considera los guantes especializados para wet work. Estos modelos están diseñados con un grosor mayor y mejor ajuste en la muñeca para evitar que entre agua.
Cambiar los guantes cuando el interior está húmedo también es importante. Un guante mojado por dentro no protege y puede causar maceración de la piel y las uñas.
Incorporar el uso de guantes no requiere esfuerzo, pero el impacto en tus uñas es notable. Al protegerlas del agua y los químicos consigues que tu manicura dure más tiempo. También añade una rutina de hidratación tras el contacto con agua y aplica aceite en las cutículas antes de dormir. Estos pequeños gestos hacen las uñas más resistentes, sin tratamientos complicados.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.







