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“Cómo hacer que te pasen cosas buenas”: los 4 consejos de Marian Rojas Estapé

4 minutos
Marian Rojas Estapé nos explica cómo funciona la mente y las emociones para tomar el control de nuestra vida y aprender a gestionar lo que sentimos.
“Cómo hacer que te pasen cosas buenas”: los 4 consejos de Marian Rojas Estapé
Última actualización: 10 octubre, 2025

Hay quienes creen que “lo bueno” es cuestión de azar; que aquellos que gozan de bienestar, éxito o felicidad simplemente tuvieron suerte. Pero, ¿y si nuestra actitud, hábitos y decisiones pesaran más en lo que nos pasa? La psiquiatra Marian Rojas Estapé,  famosa por su libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” nos plantea una perspectiva diferente.

En esta obra nos cuenta cómo el estrés, los pensamientos negativos y la falta de dirección afectan no solo nuestra salud emocional y psicológica, sino las oportunidades que tal vez se nos presentan. A través de conocimientos de neurociencia y psicología nos enseña sobre el funcionamiento de nuestro cerebro y la capacidad que tenemos para “cambiar el chip”.

Estos son los 4 pilares básicos para aplicar día a día

En “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” , Marian nos hace una invitación a dejar de lado las creencias limitantes y las ideas de pensamiento mágico. Lo bueno, dice la experta, a menudo es la consecuencia de cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con lo que nos rodea. Estos 4 consejos resumen las claves más valiosas.

1. Entrenar el sistema de atención

En el cerebro tenemos un filtro conocido como sistema de activación reticular, encargado de mostrarnos aquello en lo que nos hemos enfocado previamente. Cuando pasamos gran parte del día pensando en problemas, dramas o cosas negativas, entrenamos el cerebro para que se vuelva experto en detectar este tipo de patrones.

Lo contrario sucede si toda esa atención la dirigimos a cosas buenas. Incluso cuando estemos atravesando dificultades, empezaremos a percibir señales, oportunidades o cosas por las que agradecer.

  • Cómo aplicarlo: un ejercicio muy sencillo consiste en dedicar dos minutos al final del día a anotar o pensar en tres cosas buenas que nos hayan pasado, por simples que nos parezcan. Con el tiempo, esto nos ayudará a desarrollar una mirada más optimista y resiliente frente a la vida.

2. Elegir cómo interpretar la realidad

Algo que todos tenemos que aceptar es que muchas situaciones y dificultades de la vida están fuera de nuestro control. Sin embargo, la interpretación que le damos a ello es algo que con frecuencia podemos modificar. No se trata de negar los problemas ni de caer en un positivismo tóxico. Más bien, es hacernos más conscientes de cómo reaccionamos.

Marian Rojas plantea que nuestra actitud frente a las circunstancias puede cambiar radicalmente la forma en que las vivimos. Cuando atravesamos un desafío como una catástrofe sin salida, el cortisol se dispara y nos paraliza. En cambio, si nos damos unos minutos para interpretar la situación y actuar con serenidad, activamos áreas del cerebro que favorecen la toma de decisiones y el bienestar.

  • Cómo aplicarlo: ante un contratiempo, en lugar de preguntarnos “¿por qué a mí?” , mejor analizamos “¿qué puedo aprender de esto?” . Aunque no lo vemos, esta simple forma de pensar cambia para bien nuestra respuesta neuroquímica.

3. Rodearnos de “personas vitamina”

Este es uno de los conceptos más populares del libro. Las “personas vitamina” son aquellas que con su apoyo y optimismo realista nos ayudan a segregar oxitocina. Son relaciones que nos recargan y nos hacen sentir seguros. Lo opuesto son las personas que etiquetamos como “tóxicas”, que nos drenan energía y nos mantienen en un estado de alerta constante.

  • Cómo aplicarlo: somos conscientes de quienes suman en nuestra vida. Por eso, es importante dedicar tiempo para cultivar estas relaciones. Además, debemos aprender a poner límites sanos sobre aquellas interacciones que nos hacen sentir agotados o insuficientes.

4. Entender y nombrar las emociones

Reprimir las emociones no las hace desaparecer; las convierte en una fuente de estrés crónico. Marian Rojas Estapé explica que el simple acto de identificar y verbalizar lo que sentimos con frases como “estoy triste” o “siento miedo”, activa nuestro córtex prefrontal, o sea la parte racional del cerebro. Esto reduce la intensidad de la respuesta emocional y nos ayuda a salir del “modo alerta”.

  • Cómo aplicarlo: nos podemos apoyar con un diario emocional o simplemente compartiendo lo que sentimos con alguien de confianza. Ponerle nombre a la emoción le quita poder y nos hace conscientes.

Entrenar el cerebro nos cambia la vida

Tal vez el azar puede influir de algún modo en lo que nos ocurre. Sin embargo, una realidad que no podemos ignorar es que nuestra mente tiene el potencial de transformar la forma en que vivimos. Marian Rojas Estapé nos recuerda que podemos redirigir nuestra atención, fortalecer nuestro cerebro y vivir con propósito si así lo queremos.

No es magia, tampoco es una fórmula secreta. Es el resultado de elegir cultivar por dentro lo que queremos reflejar y experimentar por fuera.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.