Logo image

Técnica "underpainting": cómo hacer que la base del maquillaje quede tan natural como tu piel

4 minutos
Este método invierte el orden de aplicación de los productos. Contorno, rubor e iluminador se aplican antes de la base ligera para unificar la piel y obtener un resultado natural.
Técnica "underpainting": cómo hacer que la base del maquillaje quede tan natural como tu piel
Publicado: 26 noviembre, 2025 11:00

Uno de los mayores retos del maquillaje es conseguir una piel uniforme sin caer en el temido “efecto máscara”. Es decir, cubrir las imperfecciones, pero al mismo tiempo dejar traslucir la naturalidad de tu piel.

La solución está en cambiar la forma de usar los productos y emplear la técnica underpainting, popularizada por los maquilladores de las celebridades. En lugar de aplicar una capa de base y añadir color encima, se invierte el orden. El rubor, el contorno y el iluminador se colocan primero y la base al final para fusionar todo de manera natural.

1. Prepara la piel

Ninguna técnica de maquillaje funciona bien sobre una piel deshidratada o mal preparada. Comienza siempre con tu rutina de cuidado facial habitual. En general, es bueno hacer una limpieza e hidratar bien.

Deja que los productos se absorban durante unos minutos antes de continuar. Si lo deseas, aplica una prebase específica para tu tipo de piel (hidratante para piel seca o “matificante” para piel grasa) para alisar la textura y mejorar la duración del maquillaje.

2. Corrige e ilumina

Con la piel ya preparada, aplica tu corrector habitual en las zonas que necesiten una cobertura extra, como las ojeras, sobre las rojeces o las pequeñas marcas.

A continuación, usa un iluminador líquido o en crema en los puntos altos del rostro para aportar luz desde dentro. Las zonas clave son la parte superior de los pómulos, el puente de la nariz, el hueso de la ceja y el arco de cupido. Difumina ambos productos suavemente con la yema de los dedos o con una esponja pequeña.

3. Da color

Ahora es el momento de crear dimensión. Para lograrlo, aplica un contorno en crema justo debajo de los pómulos (desde la oreja hacia la comisura del labio), en la línea de la mandíbula y en los laterales de la frente, cerca de la línea del cabello. El contorno debe ser más oscuro que tu tono de piel y en una tonalidad fría, para imitar las sombras naturales del rostro.

Después, añade un rubor en crema o líquido en las mejillas, difuminándolo hacia las sienes. Debes difuminar muy bien cada producto con una brocha densa o una esponja húmeda hasta que no queden líneas marcadas y los colores se integren de bien.

4. Aplica la base

Elige una base de cobertura ligera o media y aplica una cantidad muy pequeña (la mitad de lo que usarías normalmente) en el dorso de tu mano. Con una esponja húmeda o una brocha de pelo suelto, toma un poco y deposítala de a toques suaves, sin arrastrar.

Empieza por las zonas del rostro donde no aplicaste otros productos (como el centro de la frente o la barbilla) y luego extiende una capa muy fina sobre el resto para unificar. El objetivo no es cubrir, sino actuar como un velo que suavice y fusione todos los productos que hay debajo.

5. Sella el rostro

Una vez que hayas utilizado todos los productos en crema, debes finalizar sellándolos para que no se muevan de su lugar. Utiliza un polvo traslúcido y aplícalo de a toques en todo el rostro. Enfatiza las zonas que más brillan (frente, nariz y barbilla).

Errores que debes evitar

Para que la técnica funcione, es fundamental evitar ciertos fallos:

  • Arrastrar la base: aplica la base con toques suaves para evitar mover los productos de abajo y mezclar los colores de forma incorrecta.
  • No difuminar lo suficiente: las líneas del contorno y del rubor deben estar bien integradas en la piel antes de aplicar la base. De lo contrario, se verán como manchas.
  • Usar productos en polvo: todos los productos que uses (salvo el polvo traslúcido final) deben ser líquidos o en crema, para que se fundan entre sí sin dejar parches.
  • Usar demasiada base: si aplicas una base de alta cobertura o una capa demasiado gruesa, borrarás todo el trabajo de dimensión que hiciste antes. Lo mejor es usar menos cantidad de la habitual.

Cómo variar el underpainting según tu tipo de piel

Puedes adaptar la técnica para un resultado óptimo según la piel que tengas. Si tienes la piel seca, utiliza productos con acabados luminosos y asegúrate de hidratarla muy bien antes de empezar. Además, puedes saltarte el sellado con polvos o aplicarlos solo en zonas muy concretas (como el puente de la nariz).

Si tienes la piel grasa, usa una prebase que “matifique” antes de empezar. Al finalizar, sella con una capa muy fina de polvos traslúcidos, sobre todo en la “zona T” (frente, nariz y barbilla) para controlar los brillos sin apagar la luminosidad de las mejillas.

A menudo, menos es más. Al utilizar la base como un toque final en lugar de como punto de partida, lograrás un acabado fresco y tridimensional que parecerá nacer de tu propia piel.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.