Me salió un bulto alrededor de un piercing, ¿qué puedo hacer?

La presencia de un bulto alrededor de un piercing puede confundirse con un queloide o una infección. Sin embargo, podría ser parte del proceso normal de cicatrización.
Me salió un bulto alrededor de un piercing, ¿qué puedo hacer?
Mariel Mendoza

Escrito y verificado por la médica Mariel Mendoza.

Última actualización: 06 julio, 2023

La presencia de un bulto alrededor de un piercing no es motivo de pánico. Aunque son muy frecuentes, molestos e incómodos, la mayoría se producen como parte del proceso de restitución de la piel y se resuelven con el paso del tiempo.

Por lo general, se forma un bulto alrededor de un piercing por acumulación dispersa de tejido de cicatrización. Esto es común en los tejidos más densos, como el cartílago de la nariz o de la oreja.

Aunque en ocasiones es confundido con un queloide o una infección, el origen real es la presencia de una cicatriz hipertrófica que se forma por el trauma en el tejido tras la colocación del piercing. Es por ello que el cuidado de la joya es esencial.

¿Por qué se produce un bulto alrededor del piercing?

Estas cicatrices hipertróficas en los piercings tienen múltiples factores asociados y la causa es un tanto desconocida. En general, es una respuesta exagerada de reparación ante trauma en el tejido blando.

Producto de una perforación, el cartílago, la piel, los músculos y la zona fibrosa se inflaman. Luego, los fibroblastos aumentan la producción de colágeno. Según estudios, esto da lugar a la formación del tejido de granulación que busca cerrar la brecha en la dermis. Este nuevo tejido puede proliferar en exceso, acumulándose sobre la herida y originando el bulto.

¿Hay alguna forma de prevenirlo?

El bulto alrededor de un piercing o la cicatriz hipertrófica puede aparecer desde horas después de alguna perforación hasta luego de un par de semanas. Investigaciones sugieren que las complicaciones después de realizar piercings dependen de la experiencia del artista, las técnicas de higiene aplicadas y el cuidado luego del procedimiento por parte del cliente.

En este sentido, un factor clave para prevenir los bultos y cicatrices es teniendo medidas adecuadas de cuidado. Un estudio de la Revista de Enfermería Dermatológica recomiendan las siguientes medidas generales:

  • Evitar tocar el área perforada con las manos sin lavar.
  • Limpiar la perforación de 2 veces por día, preferiblemente con solución antiséptica, girando la pieza.
  • Mantener el área alrededor limpia y aireada. En caso de tener el piercing en las orejas, tratar de llevar el cabello recogido.
  • Secar muy bien el piercing después de las duchas. Se recomienda el uso de secador.
  • No acudir a piscinas o usar ropa ajustada, ya que puede interrumpir el proceso de cicatrización y favorecer al crecimiento bacteriano.
  • No se aconseja el uso de jabones, cremas o sprays. Estos irritan la herida y entorpecen la cicatrización.

Además, se debe evaluar el tipo de joyería antes de colocarla. Estudios sugieren que las alergias al material pueden generar irritación, escozor e inflamación. Por tanto, se aconseja el uso de joyas hipoalergénicas como el oro de 14 o 18 quilates, el niobio y el titanio.

Higiene para colocar un piercing.
El lugar comercial donde se coloque la joya debe contar con específicas medidas de cuidado e higiene.


Tratamiento de las cicatrices hipertróficas

El mejor tratamiento para un bulto alrededor de un piercing es la paciencia, ya que con el tiempo suelen desaparecer. Sin embargo, el lapso de cicatrización varía dependiendo del sitio donde se realizó el piercing. En la oreja y la nariz va de 6 a 8 semanas, en los pezones de 2 a 4 meses y en el ombligo hasta 9 meses.

En general, se deben mantener las medidas de higiene ya mencionadas hasta que finalice la cicatrización de la herida. Una vez que haya sanado, se puede hacer el cambio de la joyería por una de otro material.

De igual forma, existen algunos tratamientos médicos que pueden ayudar a eliminar las cicatrices hipertróficas asociadas a los piercings. Estos incluyen los siguientes:

  • Parches de silicona: permiten frenar el crecimiento del bulto. Estudios los recomiendan en cicatrices pequeñas y poco voluminosas de menos de 2 años de evolución.
  • Corticoides: se pueden aplicar en cremas o infiltrados en la cicatriz. De este forma, disminuyen el tamaño de la lesión y mejoran la apariencia de la piel.
  • Láser: el láser colorante pulsado (PDL) es de elección para el manejo de cicatrices hipertróficas y queloides. Investigaciones afirman que existe mejoraría en el aspecto de las lesiones y los síntomas asociados, después de 1 a 2 sesiones en 57 a 83 % de los casos.


¿Cómo diferenciar un bulto alrededor de un piercing de una infección y de un queloide?

Como ya se mencionó, el bulto clásico alrededor del piercing no es una infección ni un queloide, sino una cicatriz hipertrófica. Los queloides son cicatrices desproporcionadamente grandes. Pueden aparecer de forma espontánea o secundaria a un trauma, pero su principal característica es que siempre sobrepasan los límites de la herida que los originaron.

Un verdadero queloide suele aparecer entre 3 a 12 meses después del trauma y sigue creciendo con el tiempo. A diferencia de las cicatrices hipertróficas, en las cuales el crecimiento se detiene. Por otro lado, las cicatrices hipertróficas son abultadas y duras, pero nunca sobrepasan los límites de la herida de origen. En estas no hay signos de una infección previa.

Cuando hay infección, el proceso produce algo de fiebre y enrojecimiento en la zona, hinchazón, dolor a la palpación y calor alrededor del área perforada. En ocasiones, hay presencia de secreciones amarillas o verdes, con olor fétido.

El tratamiento de la infección es con antibióticos tópicos u orales. En algunos casos se requiere el retiro del piercing y el drenaje del pus. Pero esto lo debe decidir un médico, ya que quitar la joya con una infección en curso amerita un ambiente cuidado para la intervención.

Los queloides, por su parte, se tratan con corticoides infiltrados, láser, crioterapia o cirugía. Por supuesto, esto implica retirar la joya.

Piercing en la boca.
Hay zonas más sensibles y más propensas a los efectos secundarios de las joyas, como los labios y la lengua.

¿Cuándo se debe retirar el piercing?

Existen varias situaciones en las que es recomendable retirar la pieza para reducir el riesgo de complicaciones o efectos adversos. La Revista de Enfermería Dermatológica citada anteriormente aconseja remover el piercing en los siguientes casos:

  • Formación de abscesos.
  • Durante la práctica de ejercicio físico de contacto.
  • Signos de inflamación persistente a pesar de antibioticoterapia.
  • Cicatriz queloidea.
  • Hinchazón de la lengua de más de 10 días, en caso de piercings linguales.
  • Infecciones genitourinarias a repetición, en piercings genitales.
  • En piercings del pezón, al sexto mes del embarazo y hasta 3 meses luego de finalizar la lactancia.

¿Cuándo debo acudir al médico?

Algunos síntomas que requieren atención médica inmediata son los siguientes:

  • Fiebre.
  • Secreción de pus amarillo o verdoso con mal olor.
  • Dolor que aumenta de intensidad progresivamente y es más notorio al roce.
  • Enrojecimiento progresivo con tendencia al oscurecimiento del área (de rojo a morado).
  • Presencia de una cicatriz abultada que no respeta los límites de la zona perforada y aumenta conforme pasa el tiempo.

Mantenerse atento es fundamental

Los piercings tardan varias semanas a meses en terminar de cicatrizar. Durante este periodo, puede sentirse incomodidad o molestias en la zona, así como evidenciar enrojecimiento y una ligera hinchazón. Estos síntomas deben disminuir progresivamente. Ante la persistencia o exacerbación de los mismos, consulta con un profesional de salud.


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