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Carnosidad en los ojos: ¿qué es y por qué aparece?

4 minutos
La carnosidad en los ojos es un problema de salud que se origina principalmente por el impacto del sol y del medio ambiente. La mejor manera de prevenir esta afección es protegiendo los ojos de los rayos ultravioleta del sol, con unas buenas gafas.
Carnosidad en los ojos: ¿qué es y por qué aparece?
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto

Escrito por Edith Sánchez
Última actualización: 09 julio, 2023

La carnosidad en los ojos también recibe el nombre de pinguécula o pterigión. Esta es una protuberancia de tejido que sale en la conjuntiva y que puede llegar a poner en riesgo la salud ocular, aunque en principio no es una afección grave.

Hay que tener en cuenta que la superficie del ojo se encuentra expuesta directamente al medio ambiente. Por esto, recibe el impacto de los rayos solares y de la contaminación atmosférica. Estos son factores decisivos para que aparezca una carnosidad en los ojos.

Precisamente por lo anterior, la carnosidad en los ojos es un problema que aparece con mayor frecuencia en las zonas tropicales. La fuerte radiación en esas regiones hace que cualquier persona tenga mayor riesgo de desarrollar una de estas afecciones.

La carnosidad en los ojos

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La carnosidad en los ojos se puede definir como un crecimiento anormal de tejido en la conjuntiva ocular. Esta es una membrana fina y transparente, que recubre la esclerótica, es decir, la parte blanca del ojo, y también la zona interna del párpado.

Este crecimiento se ve como una protuberancia con forma triangular o circular y de tamaño variable. Se extiende desde la conjuntiva hasta la córnea. A veces, tiene la apariencia de una especie de tela de color blanquecino en el borde interno o externo de la córnea.

Cuando la carnosidad en los ojos toma la forma de una pequeña bola blanca, llena de grasa, se le llama pinguécula. Si comienza a crecer y llega hasta la pupila, alcanzando incluso la córnea, recibe el nombre de pterigión. En ambos casos son tumores benignos que, sin embargo, pueden llegar a desfigurar el ojo.

Características

La carnosidad en los ojos se clasifica, en principio, en función de su tamaño:

  • Puede ser pequeña, en cuyo caso no genera mayores molestias.
  • También es posible que sea mediana y en ese caso, usualmente, genera algunas molestias.
  • Si es grande, muy probablemente afectará la visión.

Por otro lado, este tipo de afección también se clasifica según el grado de inflamación que presente. Desde ese punto de vista encontramos dos tipos:

  • El atrófico, en donde la protuberancia es delgada y sin síntomas.
  • El carnoso o inflamado, que tiene color rojo, es grueso y causa varios síntomas.

Los síntomas habituales de la carnosidad en los ojos son:

  • Enrojecimiento en los ojos.
  • Picor o ardor frecuente.
  • Dolor que se experimenta como punzante.
  • Visión borrosa en mayor o menor medida.
  • Sensación de tener un objeto extraño en el ojo.

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Origen de la carnosidad en los ojos

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Como ocurre en otros casos, la ciencia no sabe con precisión por qué surge una carnosidad en los ojos. Lo que sí se ha logrado identificar son los factores que facilitan su aparición; estos son:

  • Exposición a los rayos ultravioleta: el exponerse continuamente al sol, sin protección en los ojos, facilita la aparición de este tipo de protuberancias.
  • Exposición a elementos medioambientales: el viento, el calor, el polvo, la sequedad y el humo también contribuyen a que se formen estas carnosidades.
  • Trastorno del ojo seco: quienes lo padecen, desarrollan con más facilidad una carnosidad en los ojos.
  • Interrupción del sueño: cuando una persona deja de dormir con frecuencia y por periodos largos de tiempo, tiende a generar este tipo de anomalía.

Todo indica que los factores mencionados impiden que haya una lubricación adecuada en los ojos. Esto, a su vez, origina sequedad y luego irritación. Allí mismo donde tiene lugar la irritación, comienza a crecer un nuevo tejido, originando la carnosidad. Esta termina afectando al normal funcionamiento de la glándula lacrimal.

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Otros datos de interés

Es muy importante proteger los ojos de la radiación ultravioleta. La mejor manera de hacerlo es utilizando gafas con protección UVA y UVB, no solo en los días de sol, sino cada vez que salgamos a la calle. Esto aplica especialmente para quienes viven en países del trópico.

Así mismo, es recomendable usar gorro, sombrero o visera y algún tipo de lubricante ocular, en gotas o gel, durante los días de mayor sol. No conviene exponerse directamente a este en las horas comprendidas entre las 10:00 y las 15:00.

Por ahora, no existe ningún medicamento para tratar estas carnosidades en los ojos. A lo sumo, se recetan productos para aliviar las molestias. Cuando crecen mucho y afectan la visión, la única opción posible es realizar una cirugía para extirparlos.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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