7 causas de estrés más comunes en la época de Navidad
Aunque la época de Navidad suele asociarse con la alegría, la celebración y la unión familiar, también es una realidad que muchas personas experimentan elevados montos de estrés, ansiedad y tristeza durante estas fechas. ¿A qué se debe? Las causas de estrés en Navidad son múltiples y varían en cada persona.
La nostalgia que generan las festividades, al igual que la disminución del descanso y las múltiples actividades, inciden en gran medida en este problema. Como sea, es primordial identificar cuál es el detonante, ya que hay que implementar estrategias para afrontarlo antes que genere complicaciones en la salud.
7 causas de estrés en Navidad
Las causas del estrés en Navidad varían de acuerdo al contexto en el que esté la persona. Lo cierto de todo es que estas fechas tienden a incrementar la tensión, la ansiedad y otras emociones desagradables.
Así lo señala una investigación compartida en Innovations in Clinical Neuroscience, que concluye que durante las vacaciones de Navidad incrementan los estados de ánimo disfóricos, es decir, con tendencia a la depresión, a la irritabilidad y a la ansiedad.
Los estudios también sugieren que en esta época aumentan los casos de ataques al corazón, lo que se vincula —entre otras cosas— con el estrés emocional. Así pues, es un asunto que no debe pasar desapercibido y que debe identificarse para encontrar las soluciones más efectivas. Veamos en detalle sus principales causas.
1. Expectativas irreales sobre la festividad
La mayoría de las personas tiene una representación tradicional de la Navidad exageradamente optimista. Suele asociarse con un hogar acogedor y alegre, habitado por una familia feliz, que se reúne para compartir regalos y una gran cena preparada a la perfección.
Sin embargo, la vida suele ser tan compleja y desordenada, que muchas veces no se ajusta a esta representación convencional. Aun así, muchos esperan que su experiencia se adapte a ella. Entonces, cuando las expectativas irreales no se materializan, se experimentan emociones de decepción y frustración.
Además, con el auge de las redes sociales, esto se hace más patente, sobre todo cuando los demás publican su «Navidad perfecta». De cierto modo, esto genera una presión adicional y una obligación de realizar una celebración que se adapte a las convenciones sociales.
En este caso, hay que ser conscientes de que la forma de pasar la Navidad no tiene por qué ajustarse a las representaciones sociales. Está bien ajustar las rutinas y tradiciones navideñas para reflejar circunstancias nuevas y diferentes.
Por ejemplo, si las visitas familiares generan malestar debido a mayores obligaciones, problemas de salud, conflictos entre los miembros, o cualquier otra razón, no está mal cancelarlas y celebrar las festividades con un círculo más cercano y sin tanta ostentosidad.
2. Organización de las festividades
Detrás de las grandes celebraciones en familia hay alguien que debe hacer todo el trabajo preliminar de organizar, decorar, hacer la compras, cocinar, etcétera. Por lo general, son las madres de la familia quienes terminan experimentando la mayor carga de estrés.
Aunado a ello, el cierre de las escuelas y la llegada de visitas familiares al hogar suelen aumentar las exigencias. Entonces, en lugar de disfrutar, estas personas terminan muy abrumadas y estresadas.
En estos casos, se recomienda lo siguiente:
- Planear con anticipación las fiestas navideñas y las visitas familiares.
- Dividir las tareas y pedir la colaboración de todos los miembros.
- Dejar un espacio al día para hacer una actividad relajante.
- Evitar incluir demasiadas visitas y eventos sociales en la agenda.
3. Tensiones familiares
En casi todas las familias existen conflictos que suelen intensificarse en la época navideña por el incremento de encuentros familiares y la convivencia.
Es común verse en la obligación de compartir con un familiar con el que no hay tan buena relación. También es frecuente tener choques ideológicos entre miembros debido a las diferencias generacionales, geográficas o personales.
De hecho, así no haya una fuente obvia de desacuerdos o conflictos, un período prolongado en lugares cerrados con gran parte de la familia aún puede ser estresante. Para afrontarlo, lo mejor es mantener expectativas realistas.
Si los parientes tienden a pelear durante todo el año, lo más probable es que también peleen el día de Navidad. Entonces, una solución es dividir las celebraciones para mantener separadas a las «partes en guerra». Por ejemplo, visitar un grupo de familiares en Nochebuena y otro en Navidad.
Otra recomendación es evitar los temas controversiales durante la velada. En su lugar, pueden realizar actividades lúdicas —como juegos de mesa familiares— para evitar recurrir a conversaciones incómodas.
Por último, hay que evitar el consumo excesivo de bebidas alcohólicas. La reducción de las inhibiciones podría contribuir a discusiones innecesarias.
4. Estar lejos de casa
Muchas personas se encuentran solas en Navidad y los motivos pueden ser una reubicación en una ciudad lejos de sus familiares, una ruptura matrimonial o un distanciamiento familiar.
En estos casos, el énfasis en la familia, la unión y los buenos momentos durante las festividades navideñas puede hacer que aquellos que están aislados se sientan muy solos y deprimidos.
Si este es tu caso, recomendamos mantenerte en contacto con tus seres queridos a través de videollamadas o mensajes. También procura hacer planes para el día de Navidad; si no tienes a nadie con quien compartir el día, considera ofrecerte como voluntario para obras de caridad.
Si vives en el extranjero, otra opción es organizar una reunión con personas que conozcas que estén en la misma situación o asistir a celebraciones comunitarias como Villancicos en lugares comunes.
5. Problemas financieros
El gasto en los regalos, la comida y la decoración también pueden hacer de la Navidad una temporada bastante estresante, en especial para aquellos que están atravesando problemas económicos o de desempleo.
De ser así, hay que recordar lo que hemos comentado sobre las expectativas de la temporada; estas no siempre se van a adaptar a la realidad y eso no está mal. La Navidad es otra fecha más en el calendario y está bien si en este momento no hay las condiciones para tener una celebración de ensueño.
Con esto claro, te invitamos a darte la oportunidad de vivir la Navidad a tu manera, adaptándola tus necesidades personales y posibilidades. Puedes poner en práctica lo siguiente:
- Armar un presupuesto y ajustarse a él para evitar gastar de más.
- Considerar una versión más simple y económica para llevar a cabo la celebración.
- Tener en cuenta que no hay que gastar dinero para dar un regalo, también puedes brindar tu tiempo y presencia a los demás o dar un obsequio elaborado por ti (como una tarjeta o manualidad con motivo navideño).
6. Separaciones, divorcios o pérdidas recientes
Las ausencias de seres queridos suponen una de las principales causas de estrés en Navidad. Las festividades pueden ser muy difíciles para una familia que recientemente ha experimentado una separación, un divorcio, una mudanza o el fallecimiento de alguien muy querido.
Estar atravesando ese proceso de duelo hace que las festividades profundicen más en las heridas emocionales. Por ello, hay que reconocer que los sentimientos displacenteros son normales y que está bien sentirse triste o solo.
Es válido expresar los sentimientos y tener presente que, aunque sea una época festiva, no hay que estar feliz todo el tiempo.
Por supuesto, es conveniente evitar el aislamiento. Compartir con otros seres queridos y participar en diversas actividades puede evitar ese sentimiento de soledad. También participar en eventos comunitarios o de caridad.
7. Hábitos alimentarios poco saludables
Los hábitos alimentarios durante la Navidad también inciden en la aparición del estrés. De hecho, no es extraño que algunas personas se refugien en las comidas altas en calorías y en el alcohol para intentar calmar el estrés y la ansiedad.
Y aunque de forma momentánea estos alimentos disminuyen la sensación de estrés, más tarde se produce un efecto rebote y las emociones negativas tienden a intensificarse.
De hecho, el consumo de alcohol puede cruzar la línea de «agradable» y «desagradable», para dar paso a la resaca, la deshidratación y una sensación de malestar emocional.
En general, lo idóneo es ser más conscientes de las cosas que se consumen en estas fechas. Una alimentación sana, libre de excesos, es clave para mantener el bienestar integral.
Es posible afrontar el estrés en Navidad
Aunque existen diversas causas de estrés en Navidad, esto no quiere decir que haya que pasarla mal durante esta época. Por el contrario, hay muchas posibilidades para crear momentos gratos e inolvidables independientemente de las circunstancias.
El punto de partida es reconocer que esto no es algo dado ni automático. Todo requiere tiempo, esfuerzo e inversión. Ignorar esta realidad solo lo hará más estresante a largo plazo.
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