¿El CBD ayuda a dormir mejor? Beneficios y contras

Revisado y aprobado por la farmacéutica Franciele Rohor de Souza

Escrito por Daniela Echeverri Castro

Última actualización: 09 julio, 2024

En los últimos años, el cannabidiol o CBD —uno de los principales compuestos químicos de la planta de cannabis— ha despertado interés entre quienes buscan dormir mejor. Sin los efectos psicotrópicos del tetrahidrocannabinol o THC, el aceite de CBD y otros productos similares se postulan como una alternativa para inducir el descanso.

Ahora bien, estos efectos recién se comienzan a investigar. Estudios preliminares sugieren su potencial para regular el ciclo de sueño y promover un descanso profundo y reparador. También provocaría una disminución del estrés y la ansiedad.

¿Quieres saber más al respecto? A través de un repaso de investigaciones científicas, te contamos en detalle si esta sustancia ayudaría a dormir mejor y cuáles son las consideraciones actuales sobre su posible empleo.

¿Qué dicen las investigaciones sobre el uso de CBD para dormir mejor?

El cannabis medicinal, y en especial el CBD o cannabidiol, se ha promocionado como un tratamiento alternativo para combatir el insomnio. A través de redes sociales y otras plataformas virtuales, los usuarios reportan efectos que van desde una mayor facilidad para conciliar el sueño hasta la disminución de los despertares nocturnos.

En una encuesta divulgada a través de Psychopharmacology, en la que participaron 27 000 consumidores de marihuana medicinal de Estados Unidos y Canadá, el sueño fue la segunda razón de salud física más citada para justificar su consumo (46 %). Solo fue superada por el dolor (53 %).

Ahora bien, ¿hay evidencias de que el CBD ayude a dormir mejor? Los estudios clínicos que respaldan su uso contra el insomnio y otros trastornos del sueño son limitados, mixtos o divergentes.

Una revisión publicada en 2022, a través de European Psychiatry, determinó que las dosis medias a altas de CBD pueden ayudar a mejorar el insomnio. Sin embargo, combinadas con THC, se asocian a una disminución del sueño de ondas lentas o sueño profundo.

Entre tanto, otro artículo de revisión, publicado en Cannabis and Cannabinoid Research, informó que el CBD solo o con cantidades iguales de THC tiene beneficios potenciales para el alivio de los síntomas del insomnio.

En un ensayo clínico de 2024, publicado en Journal Of Clinical Sleep Medicine, los investigadores evaluaron los efectos de la suplementación nocturna con 150 mg de CBD, en comparación con placebo. Los resultados arrojaron pocas diferencias a favor del cannabidiol, respecto a otros tratamientos convencionales. Sin embargo, el grupo que lo usó informó mejores parámetros de bienestar, lo que sugiere sus efectos psicológicos.

La gravedad del insomnio, la latencia de inicio del sueño autoinformada, la eficiencia del sueño y el despertar después del inicio del sueño no difirieron entre los tratamientos a lo largo del ensayo.

Limitaciones

La evidencia preliminar sugiere que el CBD, en combinación con el THC, tiene potencial como tratamiento para los trastornos del sueño, como el insomnio, la apnea del sueño, el síndrome de las piernas inquietas y las pesadillas relacionadas con estrés postraumático. No obstante, hay limitaciones importantes de los estudios científicos que hay que considerar:

• Poca evidencia acumulada.
• Falta de ensayos clínicos con placebo a gran escala.
• Resultados inconsistentes entre diferentes investigaciones.

Estas y otras divergencias dificultan saber con certeza cómo incide el cannabidiol en el sueño.

¿Por qué el CBD podría ayudar a dormir mejor?

En concreto, el CBD interactúa con el sistema endocannabinoide (SEC), cuya función principal es mantener la homeostasis. Es decir, el equilibrio interno de todos los sistemas del cuerpo.

El sistema endocannabinoide le permite al cerebro responder al cambio, además de restablecer el equilibrio ante el aumento del estrés, la inflamación y el dolor. Su función es clave para el estado de ánimo, el apetito, la calidad del sueño, la memoria y la percepción del dolor.

Las evidencias sugieren que el CBD ayuda a mejorar la señalización en el SEC. Ello es determinante para incrementar la respuesta adaptativa al estrés y para inhibir procesos asociados, como el miedo, la ansiedad, las conductas depresivas y el aumento de la sensibilidad al dolor.

Además, se ha observado que el CBD tiene un efecto supresor sobre la degradación del triptófano inducida por citoquinas proinflamatorias, lo que sugiere que ayudaría a mantener e incrementar sus niveles. Este aminoácido es clave para la producción de serotonina y de melatonina, dos neurotransmisores que intervienen en el estado de ánimo, la salud mental y el sueño.

Finalmente, el cannabidiol contribuye a tratar otros padecimientos asociados a los trastornos del sueño, como es el caso del dolor crónico, el estrés, la ansiedad y la depresión. Al mejorar dichos síntomas, colabora con el descanso.

Riesgos y posibles efectos secundarios

En general, el CBD tiene un buen perfil de seguridad. La evidencia disponible sugiere que es bien tolerado y su toxicidad resulta baja.

En algunos casos —sobre todo, cuando se emplea en concentraciones altas— puede causar efectos secundarios:

• Fatiga.
• Diarrea.
• Cambios de humor.
• Sequedad en la boca.
• Cambios en el peso corporal o en el apetito.

Combinado con alcohol y otras sustancias que deprimen el sistema nervioso central, el CBD incrementa el riesgo de sedación y somnolencia. También se observó un efecto de hepatoxicidad en modelos animales, pero se requieren más estudios para determinar si provoca lo mismo en humanos.

Interacciones con medicamentos

La administración de CBD con fármacos está desaconsejada por el riesgo de interacciones. Se ha observado que el cannabidiol bloquea la actividad de un grupo de enzimas hepáticas llamadas citocromo p450, cuya función es descomponer las toxinas y los principios activos.

Dicho en otras palabras, el CBD afecta el metabolismo de los medicamentos en el hígado, lo que puede aumentar o reducir sus concentraciones en el cuerpo. Con ello, el riesgo de efectos secundarios se incrementa.

Algunos de los fármacos que interactúan son los siguientes:

• Antiepilépticos: brivaracetam, carbamazepina, clobazam, ácido valproico y topiramato.
• Sedantes: benzodiazepinas, fenobarbital y morfina.
• Antidepresivos tricíclicos: amitriptilina.
• Levotiroxina.
• Warfarina.

Hay muchas otras posibles interacciones. Por eso, antes de utilizar cualquier forma de CBD que sea legal en tu país, es importante consultar al médico.

¿Cómo emplean el CBD para dormir mejor sus usuarios?

No hay una dosis estándar establecida para el uso de este producto contra los problemas de sueño. La cantidad efectiva depende de factores como el peso, la edad, el estado de salud y cómo reacciona el organismo ante la sustancia.

Existe solo evidencia anecdótica sobre los efectos positivos de determinadas cantidades. Además, los estudios científicos disponibles son limitados en cuanto a la recomendación de dosis. Sin embargo, el interés de la población por probar este cannabinoide para el insomnio y otros trastornos del sueño sigue en aumento.

De acuerdo con la información brindada por usuarios, y en el marco de países que autorizan su comercialización, la forma habitual de empleo del CBD para mejorar el sueño es a través de aceites o tinturas. Las mismas oscilan en un gran abanico de concentraciones, que van desde 50 mg a 3000 mg o más.

Hay que tomar en cuenta que esa variación, difícil de determinar en cada producto, no permite establecer con claridad cuál es el contenido de una gota de aceite. Ello dependerá del fabricante.

También se comercializan, en algunos países donde están autorizados, aceites de CBD formulados con melatonina. No obstante, las evidencias de la eficacia de la combinación son limitadas.

¿Qué otras opciones existen?

El CBD está presente en otros tipos de suplementos, además de los aceites y las tinturas. Pero el problema es el marco legal; y ello cambia de acuerdo a la legislación de cada Estado.

Antes de comprar un producto con cannabidiol, corrobora cuál es el estatus regulatorio vigente en tu país de residencia.

Las gomitas de CBD comestibles son populares en internet. Se trata de masticables de varios sabores, que pueden tener concentraciones de 10 mg, 25 mg, 50 mg o más.

No hay certeza sobre la dosis que se absorbe por vía intestinal con las gomitas. Además, para muchos países, el CBD es ilegal como alimento o, sencillamente, para su ingesta por vía oral. Esto incluye también a los comestibles con cannabidiol, como galletas, chocolates y cafés.

Los vaporizadores tipo bolígrafo son otro formato disponible en internet, aunque también sujeto a las restricciones de comercialización de cada territorio. Se trata de dispositivos que calientan una pequeña porción de aceite de CBD y que permiten inhalar su vapor.

No obstante, la investigación al respecto es escasa. Se sabe que el vapeo acarrea riesgos para la salud respiratoria. Por lo tanto, no sería la opción más recomendable.

El CBD también está disponible en cremas y lociones de uso tópico. Si bien esta es la forma más autorizada y legal para su expendio en casi todos los países, existe nula evidencia sobre su capacidad de mejorar el sueño.

Preocupaciones respecto a la comercialización de CBD

La falta de claridad respecto a las dosis y la disponibilidad en internet de presentaciones que no son legales, es un tema que genera preocupación. En la actualidad, la mayoría de los productos de CBD que se comercializan no tienen garantía de calidad, eficacia y seguridad. Muchos no están regulados ni aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) o por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).

Dicha falta de regulación supone desafíos para encontrar un producto de calidad y para que los usuarios adquieran una presentación que esté dentro de la normativa. En los análisis de muestras comerciales de CBD —como aceites, tinturas y líquidos para vapeo— se evidencia el problema.

Por citar un ejemplo, en un estudio realizado en 2018, en Países Bajos, ninguna de las 21 muestras analizadas contenía la cantidad de CBD de su etiquetado: 13 tenían poco o casi nada del cannabinoide, mientras que otras poseían THC sin haberlo especificado.

Solo hay una forma de CBD regulada y aprobada por la FDA como medicamento. Su nombre comercial es Epidiolex ® y se prescribe para tratar dos presentaciones raras y graves de epilepsia.

La principal recomendación es buscar marcas comerciales de CBD con buena reputación y que solo comercialicen productos autorizados por la ley del país en el que operan. Deberían contar con un sitio web en el que ofrezcan «certificado de análisis» o «resultados de laboratorio», un documento que respalda la existencia de un examen que garantiza sus niveles de CBD, THC y otros compuestos del cannabis.

¿Qué debes recordar sobre el uso de CBD para el sueño?

No es infrecuente encontrar anuncios y testimonios que aseguran que el CBD es una «solución para dormir mejor» o un «remedio natural para el insomnio». Lo cierto es que estas y otras afirmaciones todavía no están respaldadas por la evidencia científica.

Si bien hay estudios preliminares que reportan efectos positivos del CBD para el sueño, en especial, al apoyar el tratamiento de condiciones subyacentes que afectan el descanso —como el dolor crónico, la ansiedad, el estrés y la depresión—, hacen falta argumentos más concretos antes de emitir conclusiones definitivas.

Aunado a lo anterior, no hay que ignorar que todavía no hay suficiente información sobre la seguridad del CBD a largo plazo. Se desconoce qué dosis exacta utilizar y en qué formato podría favorecer más el descanso.

Los productos de CBD que se encuentran en el mercado están mal regulados y podrían contener THC u otros componentes del cannabis. De ahí la necesidad de apelar solo a marcas confiables.

En la mayoría de las personas, el CBD es bien tolerado y tiene baja toxicidad. Pese a ello, no está exento de provocar efectos adversos e interacciones con medicamentos. Su uso solo está recomendado bajo supervisión profesional.

Aunque resulta atractivo probar CBD para dormir, debido a su popularidad, debes saber que hay otros tratamientos seguros y eficaces para el insomnio y los trastornos del sueño. Las técnicas de relajación, las prácticas de higiene del sueño, la reestructuración cognitiva y la terapia conductual son claros ejemplos.