Cirugía de feminización facial: ¿qué es y cuáles son sus riesgos?

La feminización facial es el proceso de minimizar la dureza o masculinidad de algunos rasgos del rostro. Esto se puede hacer tanto en mujeres transgénero como cisgénero.
Cirugía de feminización facial: ¿qué es y cuáles son sus riesgos?
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Última actualización: 10 julio, 2023

El concepto de feminización facial se refiere a un conjunto de cirugías estéticas encaminadas a cambiar ciertas facciones en el rostro de la persona. Por supuesto, se busca que el resultado sea lo más natural y armonioso posible.

Por lo común, tiene mayor demanda por parte mujeres transgénero en proceso de transición física. Sin embargo, también es frecuente en mujeres cisgénero, quienes buscan suavizar algunos rasgos más bien masculinos, como el mentón cuadrado o los arcos superciliares marcados.

Son varios los procedimientos quirúrgicos dentro de la feminización facial. Los mismos pueden llevarse a cabo de manera simultánea, combinando varias intervenciones. O solo se trabaja en una zona específica de la cara.

¿Qué es la feminización facial y por qué se hace?

Con excepción de lo que sucede en algunas culturas, la cara es la parte que mostramos más al mundo. De allí que para muchas personas, tener un rostro agradable o armonioso es algo primordial.

El rostro femenino suele tener unas facciones más finas en comparación con el del hombre. De manera particular, esto se observa en detalles como la frente estrecha, la nariz pequeña y perfilada, los labios carnosos, el rostro ovalado o los pómulos salientes.

Pero puede que una persona no se sienta cómoda o a gusto con su apariencia, al considerar que sus facciones son más duras. Para ello se puede hacer una feminización facial, que consiste en una serie de intervenciones quirúrgicas con fines estéticos.

En la medida de la posible, se trabaja para que los resultados se correspondan tanto con la estructura ósea como con los deseos de la persona. Por ende, se busca que las facciones no solo tengan apariencia femenina, sino que sean armoniosas.

En las personas cuya identidad de género difiere del sexo que tenían al nacer (disforia de género), se considera importante el proceso quirúrgico. Incluso, es necesario modificar algunas características del rostro, sobre todo cuando tiene lugar el proceso de transición física a su género autoafirmado.


Sigue leyendo sobre el tema en ¿Cuál es la diferencia entre sexo y género?


¿Cómo es el procedimiento de feminización facial?

Para lograr los cambios se debe partir de un estudio personalizado y muy detallado del rostro, debido a que la estructura ósea y facial es única en cada persona.

En algunos casos se requiere aplicar diversas técnicas, que incluyen radiografías y tomografía computarizada, además de fotografías. En este orden de ideas, los cambios que se buscan pueden estar relacionados con lo siguiente:

  • Línea del cabello y tamaño de la frente.
  • Arcos superciliares.
  • Párpados y ojos.
  • Labios.
  • Pómulos.
  • Mandíbula y mentón.
  • Nariz.
Cirugía estética de feminización facial.
La cirugía requiere primero un estudio minucioso de las facciones para establecer una proyección de los cambios.

¿Qué cirugías se pueden realizar?

El trabajo de feminización facial se puede hacer de manera conjunta o simultánea, así como por zonas. Entre las diferentes cirugías a realizar se tienen las siguientes:

  • Suavizado del seno frontal y de los arcos superciliares.
  • Frontoplastia: descendimiento de la línea del cabello.
  • Modificación de los ángulos de mandíbula para acentuar o dar la forma ovalada.
  • Mentoplastia: cambios en el mentón para afinamiento o aguzamiento del rostro.
  • Tiroplastia: para estilizar la nuez de Adán.
  • Blefaroplastia: para eliminar las bolsas en los ojos.
  • Lifting del labio superior: para dar proyección, así como definición y volumen en los labios.
  • Aumento de pómulos.
  • Rinoplastia: aunque hay distintos tipos de nariz, por lo general, la femenina suele ser más fina y en punta. En su defecto, se puede hacer rinomodelación, que es un procedimiento más sencillo.
  • Bichectomía: extracción de las bolsas de grasa en las mejillas.
  • Lifting facial: no solo aporta tersura y firmeza, sino que acentúa el aspecto de un cutis cuidado.
  • Eliminación de vello facial.

Preparación para la feminización facial

Como en otras cirugías, antes de realizar una feminización facial se deben realizar una serie de exámenes y chequeos médicos para descartar cualquier afección. Esto incluye lo siguiente:

  • Revisión de la historia clínica, tanto personal como familiar.
  • Examen físico completo.
  • Pruebas de laboratorio: perfil lipídico, glucemia, hemograma, enzimas hepáticas.
  • Serología de VDRL, VIH y otras enfermedades de transmisión sexual.

La paciente debe informar al equipo de cirujanos si se encuentra bajo tratamiento. Se puede considerar necesario que suspenda algunos medicamentos, tales como los anticoagulantes.

Además, se recomienda una evaluación por parte de un profesional de la salud mental. Se debe determinar si la persona está en pleno uso de sus facultades antes de firmar cualquier consentimiento.

Cuidados después del procedimiento

Tomando en consideración que durante la feminización facial se pueden realizar varias intervenciones a la vez, se requiere de un período de recuperación. Por consiguiente, hay que tomar en cuenta recomendaciones para ayudar en el proceso.

Guardar reposo

Los tiempos de recuperación pueden variar de una paciente a otra o según el tipo de intervención. Sin embargo, se recomienda que las primeras 24 horas sean de reposo absoluto. Luego, se debe esperar entre 1 y 2 semanas para reincorporarse al trabajo.

Tomar los medicamentos prescritos

Se pueden prescribir algunos medicamentos, tales como antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios, e incluso corticoides. Para evitar complicaciones, se sugiere seguir al pie de la letra las recomendaciones del equipo médico en cuanto a la medicación.

Aplicar frío en caso de ser necesario

Es posible que se experimente sensación de tirantez, calor u opresión en las zonas tratadas. Además de la medicación para el dolor y la inflamación, se puede colocar frío local tras las primeras 24 horas después de la intervención.

Evitar tocar las heridas

Como debe suceder luego de cualquier cirugía, hay que evitar tocar las heridas, halar los puntos de sutura o rascar las costras de las cicatrices.

Las heridas deben permanecer limpias y secas. Se recomienda limpiar con suero fisiológico o jabón antiséptico. Si la herida sangra un poco durante el lavado no hay que preocuparse.

No tomar sol

Se recomienda no exponerse al sol a lo largo de la primera semana posterior a la intervención. Luego, en los siguientes meses, debe usar crema con factor de protección 50 para prevenir la aparición de manchas en la piel.

Rinoplastia para feminización facial.
Todos estos procedimientos son cirugías. Por lo tanto, aplican los mismos riesgos y contraindicaciones que en procesos similares.

¿A quiénes no se recomienda la feminización facial?

Esta cirugía solo ha de realizarse cuando la persona ha terminado de crecer y los huesos de la cara y el cráneo han terminado de formarse. Por otra parte, no se recomienda en caso de afecciones mentales no controlada, que se piense que puedan afectar las posibles reacciones ante los resultados o que limiten la capacidad para la toma de decisiones.

Otras afecciones de salud que desaconsejan la realización de feminización facial son los trastornos hemorrágicos, los antecedentes de trombosis venosa profunda, las cardiopatías y la enfermedad renal.

Feminización y autoaceptación

Al final, todos queremos sentirnos bien con nosotros mismos. Ser aceptados y sentirnos aceptados. Y en parte esto pasa por estar a gusto con el cuerpo que tenemos y el rostro que vemos en el espejo.

No obstante, en el caso particular de la feminización facial, hay que acotar algunos asuntos. En primer lugar, no necesariamente las pacientes tienen que hacerse todas las intervenciones. De igual modo, estas no siempre deben ser hechas a la vez.

Se afirma que, para que los resultados luzcan naturales, las operaciones deben hacerse de forma progresiva. En este sentido, se debe observar la evolución tras cada una de las intervenciones. Los resultados definitivos no se apreciarán sino a los meses.

El riesgo mayor es que la persona no se sienta satisfecha con lo que observa tras el proceso. Por ende, para evitar problemas y minimizar impactos, además de la importancia de que la paciente plantee sus expectativas al cirujano, este también debe ser asertivo al comunicar los posibles resultados esperados.


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