Logo image
Logo image

Cómo curar una olla o cazuela de barro por primera vez

7 minutos
Curar una olla o una cazuela de barro no es una tarea complicada y es clave para evitar que se agriete y absorba olores. Descubre varias maneras de hacerlo fácil y en casa.
Cómo curar una olla o cazuela de barro por primera vez
Última actualización: 24 septiembre, 2024

Las ollas y cazuelas de barro son ideales para preparar guisos, sopas y otras recetas a fuego lento, ya que distribuyen el calor de manera uniforme y conservan el sabor de los alimentos. Sin embargo, antes de utilizar una por primera vez, es fundamental someterla a un proceso de curación. Este procedimiento cierra los poros del barro y evita que absorba olores indeseados o que se agriete.

Existen varias técnicas para curar una olla o cazuela de barro. A continuación, te explicamos cuáles son los siete métodos más comunes y su paso a paso, para que los pongas en práctica en la cocina.

1. Con grasa

Una de las técnicas más usuales para curar una olla de barro y cerrar sus poros es aplicando grasa. Esto crea una barrera protectora en la superficie de la arcilla, evitando que los alimentos se adhieran y ayudando a que la cazuela dure más tiempo. El paso a paso es muy sencillo:

Paso 1. Llena la olla con agua hasta el tope y ponla a hervir en el fuego.

Paso 2. Una vez que el agua se haya evaporado por completo, retírala del fuego, deja que se enfríe y, con ayuda de un trapo, aplica una fina capa de grasa (manteca o aceite vegetal) en toda la parte interior.

Paso 3. Lava la olla con agua y jabón para platos suave y deja que se seque al aire.

2. Con agua

Otra de las formas más populares de curar una olla de barro es con agua corriente. El barro absorberá el líquido y se expandirá, cerrando los poros y reduciendo el riesgo de grietas durante el uso. Sigue los siguientes pasos:

Paso 1. Sumerge la cazuela de barro en un recipiente grande. Debe quedar cubierta de líquido. Puedes ponerle una tapa encima.

Paso 2. Deja la cazuela sumergida por, al menos, ocho horas. Lo ideal es dejarla un día entero.

Paso 3. Durante el proceso, verás que se forman burbujas. Es buena señal: quiere decir que los poros están absorbiendo el líquido y que la cazuela se está curando de la forma correcta.

Paso 4. Retira la cazuela del agua y sécala con un paño limpio. Luego, deja que se seque boca abajo en un lugar ventilado.

Paso 5. Para asegurar un sellado completo, puedes frotar un diente de ajo en la base de la olla.

3. Con ajo y vinagre

Mientras que el ajo tiene propiedades antisépticas, fungicidas y bactericidas, el vinagre es un excelente agente para eliminar impurezas y malos olores del barro. Juntos, forman un dúo eficaz para curar tu cazuela de barro de manera natural y segura. Veamos cómo hacerlo:

Paso 1. Por la noche, sumerge la olla de barro en agua fría.

Paso 2. Al día siguiente, frota un ajo por toda la cazuela, tanto el interior como el exterior.

Paso 3. Pon la cazuela en la hornalla y añade una taza de vinagre blanco.

Paso 4. Una vez que el vinagre haya hervido, retira la cazuela del fuego y deshazte del vinagre.

Paso 5. Lava muy bien la cazuela de barro con agua y detergente. Enjuaga a conciencia, ya que el jabón para platos también puede quedar atrapado en los poros de la arcilla.

4. Al horno

Esta técnica es muy simple, y no requiere ningún elemento extra más allá de la cazuela y un horno, ya sea a gas o eléctrico. El calor del horno permite que el barro se selle de manera uniforme. Todo lo que tienes que hacer es lo siguiente:

Paso 1. Precalienta el horno a 180 grados.

Paso 2. Introduce la cazuela o la olla de barro en el horno y déjala allí durante media hora, a una temperatura entre 150 y 180 grados.

Paso 3. Deja que se enfríe y lávala con agua.

5. Con agua y patatas

Este método es parecido al anterior, con la diferencia de que deberás introducir la olla en el horno con agua y patatas. La combinación de estos elementos elimina el sabor a barro de la cazuela, además de sellar los poros.

Paso 1. Llena la cazuela con agua y coloca un par de patatas crudas.

Paso 2. Introduce la cazuela dentro del horno, a una temperatura de 150 grados. Cuando las patatas estén cocidas, retira la cazuela.

Paso 3. Deshazte del agua y de las patatas.

Paso 4. Seca la cazuela con papel de cocina o con un paño limpio.

Paso 5. Por último, puedes frotar la base de la olla con un diente de ajo. No olvides lavarla muy bien al finalizar.

6. Con leche

En este método, el calor y la leche crean una capa protectora que ayudará a mantener la cazuela en óptimas condiciones. Los pasos son los que se detallan, a continuación:

Paso 1. Calienta la cazuela a fuego muy alto durante unos minutos.

Paso 2. Retira la cazuela del fuego y añade media taza de leche, asegurándote de que cubra la base.

Paso 3. Mueve la cazuela para que la leche recubra el interior lo máximo posible.

Paso 4. Vuelve a colocarla al fuego y agrega más leche hasta que se consuma.

Paso 5. Repite este proceso varias veces, asegurándote de que la leche cubra todas las grietas.

Paso 6. Por último, retira la cazuela del fuego, enjuágala bien y estará lista para usar.

7. Con sal

Otro método tradicional para curar cazuelas de barro es con sal; un ingrediente que cierra los poros y genera una barrera efectiva contra la absorción de olores y sabores.

Paso 1. Llena la cazuela de agua y un cuarto de taza de sal.

Paso 2. Llévala al fuego y permite que hierva durante una media hora.

Paso 3. Retira la olla del fuego.

Paso 4. Lava la olla con agua. ¡Eso es todo!

¿Qué pasa si no curo una olla de barro?

Si no sometemos a un proceso de curación a un objeto de barro antes de utilizarlo por primera vez, pueden ocurrir varios problemas:

  • Absorción de sabores y líquidos. Los poros abiertos en el barro alojarán sabores, líquidos y partículas de otras preparaciones, lo que terminará por afectar cualquier alimento que cocines. Cerrar los poros evitará que queden restos de comida en la olla.
  • Fragilidad. El barro sin curar es más propenso a agrietarse cuando lo expones a altas temperaturas, sobre todo cuando se pasa del frío al calor abruptamente.
  • Desprendimiento de texturas. Si los poros no están cerrados, pequeñas partículas de barro podrían terminar en los alimentos. Esto puede hacer que tus comidas tengan un extraño sabor a arcilla.
  • Menor durabilidad. Sin la curación, la olla de barro será más vulnerable al desgaste y deterioro con el tiempo, reduciendo su vida útil.

¿Todas las ollas de barro son iguales?

Es importante prescindir del plástico y del teflón en la cocina, pues podrían liberar sustancias químicas nocivas al calentarse. Es mejor optar por el barro, una sustancia natural y sin aditivos sintéticos. Sin embargo, algunas cazuelas de barro podrían contener plomo, una sustancia tóxica que puede filtrarse en los alimentos. Por eso, es fundamental asegurarse de que sean libres de este metal al momento de comprarlas.

Ten en cuenta que los métodos que te compartimos en este artículo aplican a cazuelas sin esmaltar o semiesmaltadas; para muchos, son el tipo de cazuela que le da un sabor especial a las comidas, pues la arcilla otorga un deje terroso que resalta los sabores de los ingredientes.

En cambio, en las ollas de barro completamente esmaltadas (es decir, con una capa de vidrio que funciona como un sellador impermeable y no poroso), el procedimiento será más sencillo, porque solo debes remojarlas durante unos minutos antes de cada uso.

¡Disfruta del sabor natural que brinda una olla de barro!

Para disfrutar de comidas preparadas por una cazuela o una olla de barro, es importante curarla antes. Te animamos a que pongas en práctica estos métodos simples y caseros. De esa forma, te asegurarás de prolongar la vida útil de este utensilio y de que tus comidas adquieren ese sabor especial y terroso que solo la arcilla puede brindar.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.